Nos presentamos y estuvimos charlando. Me llamo la atención su nombre, y a la vez me encantó. Él se llamaba ''Dylan''.
De pronto alguien tocó la puerta. Era un chico moreno y tenía un parecido a Dylan. Se acercó a nosotros y se presentó. Me dijo su nombre alrededor de 5 veces, ya que se me olvidaba. Pero finalmente, su nombre se me grabó; Liam. Charlábamos, nos reíamos y jugábamos.
Sin darnos cuenta iban pasando las horas, y ya casi era la hora de comer. Dylan y yo nos despedimos de Liam rápidamente, pues se nos había olvidado recoger la tarjeta.
Mientras íbamos buscando el despacho del director, le pregunté por su parecido con Liam. No me contestó. Volví a preguntárselo, pero volvió a ignorarme. Estaba a punto de darme la vuelta e irme, pero me agarró del brazo. Se acercó a mi oído y me susurró: ''Él es mi hermano. Pero el director no quiere que se entere, y ni siquiera sé por qué''. Me relajé al enterarme.
Abrimos una puerta, y buscamos la tarjeta. Me agaché para llegar al cajón más pequeño y noté su respiración. Ni siquiera sé por qué, pero me puse muy nerviosa. Él solo se río, y yo le hice la zancadilla. Encontramos la tarjeta e íbamos a irnos, pero escuchamos un ruido. Como no sabíamos quién era, nos escondimos en un armario. Resultó ser el director. Me dio curiosidad y pegué mi oído al armario para escuchar que decía. Estaba hablando por teléfono, pero su tono era algo desesperado. Colgó el teléfono y se fue. Me hubiera gustado saber que decía.
Dylan y yo íbamos a salir del armario, pero tropecé y me caí. Pero está vez no aterricé en el suelo, sino que en la barriga de Dylan. Me hice daño, pero sin embargo, él no paraba de reírse de mi. Me enfadé y salí corriendo de la sala.
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