Campamento de verano {Fack}

3| ¿Aún quieres a Jack?

Narra Finn

Estaba en la casa de Sophia tomando un jugo de limón de color rosa...pero igual sabe rico.

- ¡¿QUÉ HAS HECHO QUÉ?!- Me tapé los oídos y cerré los ojos por el grito de Sophia, le dije que ahora Millie y yo salimos.

- Sophia, no quiero que Jack piense que aún lo quiero- respondí

- Eres un pendejo Wolfhard, ¿espera qué? ¡¿AÚN QUIERES A JACK?!- volví a taparme los oídos- uuuh Finnie vales verga, haces cada pendejada-

En verdad Sophia tiene razón, pero obvio no se la daré.

- no, no quiero a Jack, eso ya pasó y ya sé que valgo verga, dime cosas que no sepa mujer.- respondí bebiendo un poco de mi refresco.

- Jack está aquí a las cinco de la tarde - escupí el jugo en su cara (no piensen mal)

- ¡¿ Pero no venía mañana?!-

- adelantaron la mudanza porque el trabajo del papá de Jack que encontró aquí, empieza mañana por la mañana-

- joder Sophia son las dos de la tarde, ¿qué hago?- pregunté

- primero termina con Millie, tu no la quieres, yo lo sé, segundo anda a tu casa y arreglate, tercero iremos a buscar a Jack al aeropuerto y por último, le dirás a Jack lo mucho que lo extrañaste, que lo quieres y si quiere salir contigo otra vez, perí se lo dices muy directamente, no pierdas el tiempo. Él te dirá que sí y todos felices por siempre. -

- vale, iré a casa de Millie, nos vemos.-
Salí de cada de Soph y caminé a la de Millie no quedaba muy lejos.

Estaba en su puerta y toqué el timbre.
Ella abrió.

- Finnie!- se abalanzó a mi y me intentó besar pero la aparté.- ¿qué pasa?-

- Millie te dejo.- dije seco

- ¿qué? Pero si ayer habías venido, me pediste ser tu novia, nos acostamos y ahora me dejas?- dijo casi entre lágrimas

- ajá- contesté con total normalidad.

- ¡Te odio Finn Wolfhard eres un puto imbécil, mujeriego de mierda, te odio te odio, largate de aquí, solo haces falsas ilusiones, eres un hijo de puta que sólo juega con las mujeres, ya me has dejado dos putas veces maricón de mierda! ¡largate de aquí ya! - gritaba Millie entre lágrimas mientra me golpeaba el pecho con su puño.-

Cerró la puerta en mis narices, me quedé parado un rato y me fui. No se lo ha tomado tan mal.

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