Casa de Amanda.
Natalia: -¡No la soporto más, Alfredo!- Grito Natalia, la madre de Amanda.
Alfredo: -Cálmate Natalia, por favor. Solo tienes que tratar de entenderla un poco mas.- Hablo su esposo y padre de Amanda, tratando de calmarla
Natalia: -¿Para qué?, todos sabemos que tiene problemas, que asco de niña.-Suspiro cansada de lo mismo de siempre.
Alfredo: -No tienes que ser así, eres su madre ¡Por el amor de dios Natalia!, se mejor por ella.-
Natalia: -Prefiero estar muerta que ser mejor por un feto mal desarrollado.
Alfredo ya cansado de la situación, tomo su abrigo y cartera juntos con las llaves del coche y salió de la casa dando un fuerte portazo.
Natalia subió a pintarse las uñas para salir alguna que otro fiesta.
Mientras que la torpe Amanda escucho toda la discusión por accidente. Atrás de la puerta, sentada, callada y sin hacer ningún ruido. Estaba sumisa en sus pensamientos y no sentía nada al respecto. Solo estaba normal... ida.
Escuela de Amanda. Salón. 9:00 am. -
Profesora María: -Muy bien chicos, ¿qué quieren hacer cuando sean mayores?, necesito que se coloquen en pareja y hablen sobre el tema con su compañero, luego de eso quiero que lo digan en frente de todo el salón.- Hablo la profesora de Amanda.
Rápidamente todos buscaron pareja, se veían los jóvenes alegres con sus parejas sonriendo abiertamente.
Pero había un problema...Amanda, como siempre. Ella estaba sola.
Profesora María: -Amanda cielo, ¿no te pondrás con nadie?
Negó con su cabeza lentamente y respondió- No, además no hay nadie más. No lo necesito, puedo hablar conmigo misma.
La profe suspira pesadamente, siempre era lo mismo con ella.
Profesora María: -Está bien, está bien.
Paso una hora en que todos sus compañeros hablaban animada mente sobre su futuro. Amanda solo estaba cabeza baja junto al pupitre, durmiendo tranquilamente.
Profesora María: -Muy bien chicos,-Hablo la profe- Quiero que todos ustedes digan lo que quieren ser en un futuro.
Sucesivamente todos pasaban poco a poco, hasta que llegó el turno de Amanda.
Profesora María: -Amanda, ¿qué quieres ser cuando seas más grande?
Se paró de su pupitre haciendo bulla, con cara de sueño y mirada distraída. Se colocó en medio de su salón bostezando.
Amanda: -Quiero ser todo menos la zorra de mi madre.
Todos abrieron la boca sorprendidos.
Profesora María: -¿Qué rayos estás diciendo Amanda? ¡Ve a la dirección justo en este instante!
Justo en ese momento la campana sonó, era la hora de su receso, las 10:00 am.
Amanda fue tranquila hasta su asiento y tomo su bolso, fue la primera en salir. Ya que todos sus compañeros quedaron perplejos con tal confesión.
Nadie hablo ni dijo nada.
Ella iba sola caminado, caminando y más caminando. Su escuela de por si era algo más grande y siempre se perdía en ella por lo torpe que era.
Tenía una manzana en su mano, verde. La mordió lentamente y siguió caminando.
Llego a un pasillo en el que nunca había estado, arriba, en el último piso. Le dio mucha curiosidad.
Amanda: -Que raro, es la primera vez que lo veo- Se dijo así misma.
El pasillo estaba repleto de puertas y al final había uno que tenía un letrero bien grande decía "Biología", no presto atención y siguió caminando.
-Oye, niña descuidada. Se te callo la goma para borrar.
Amanda gira sobre sí misma, con cara adormilada y cabello despeinado.
-¿Qué?
En ese momento observo al muchacho. Alto, blanco y piel blanca. Ojos mieles cafe y sonrisa hermosa.
Muchacho: -Que se te callo la goma para borrar.
Le tiende la goma de borrar con una sonrisa algo divertida por el comportamiento de la muchacha.
Amanda: -¿Ah...? Ah bueno ¡Gracias, gracias!- se acercó rápidamente y tomo la goma. Sin tocarlo ni nada parecido, trato de ser lo más alejada posible del muchacho.
El muchacho rio.
Muchacho: -Que divertida eres.
Le dio la espalda y miro por la ventana.
Amanda: -No lo soy, la verdad no sé qué te causa tanta risa, ni tampoco se porque me hablas.
Muchacho: -Me causa risa que seas tan despistadas. Eh... ¿Porque no debería hablarte?¿Porque no te peinas.
El muchacho volvió a reír, pero no era de una forma mala...Era algo simpático.
Amanda: -No, es que a mí nadie me habla.
Muchacho: -¿Porque motivo? si eres muy divertida...-El muchacho volvió a reír-Es más, hasta puedo decir que tenía años que no me reía.
Amanda puso su cara de disgusto.
Amanda -Eres un mentiroso, eso no puede ser cierto.
Negó con su cabeza sonriendo y pregunto.
Muchacho:-Dime niña, ¿qué hacías por aquí?, no deberías estar jugando con tus amigos o equis cosa?
Ella rió esta vez.
Amanda: -Se nota que no has escuchado de mí. No, no tengo amigos.
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Amanda.
Short StoryAmanda siempre había querido ser especial para alguien, para una persona y, que esa persona estuviese feliz de haberla conocido.