El partido y lo que salió de este

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Esta historia es propiedad de Luna_hermione (de potterfics)
la publicó aqui por ser un sitio más amigable
tengo todo el permiso y autorización para publicarla
pero el crédito es de ella.

Era una mañana hermosa en las cuales le dan ganas a uno de saltar, reír y correr , sin embargo la alegría no duraría mucho pues lo primero que me dice Susan es :
—Lucy préstame el suéter morado, ese que te regalo mamá en diciembre
—no —contesto cortante
—no seas envidiosa —me dice dirigiéndome una mirada fiera.
—no soy envidiosa —le contradigo —lo que sucede es que yo sé que si te lo presto significa que jamás lo vuelvo a ver —luego añadí entre dientes —como todo lo que te he prestado
—oye yo jamás me he quedado con algo tuyo.
— ¿acaso quieres que te haga una lista de las cosas con las que te has quedado?
Susan me miro y luego abrió el closet, sacó mi buzo morado y se dispuso a llevárselo.
—oye no te lo puedes llevar —le refute a la vez que intente coger mi saco.
—dámelo —dijo ella y también empezó a tirar del suéter
Todo esto de tal forma que cuando Edmund y Peter entraron a nuestro cuarto para buscarnos, nos encontraron a las dos jalando del buzo como si fuéramos dos cachorritos jalando de una cuerda.
—deja de ser tan infantil —me decía Susan
—tú eres la infantil, pues te llevas las cosas sin permiso
—al menos yo ya no recuerdo los tontos juegos que jugamos cuando niños, como la tal Narnia.
Esto último que me dijo me hizo soltar el suéter y caer sentada de golpe en la cama.
Susan me miro casi diciendo lo siento con su mirada, sin embargo ya era muy tarde, mis ojos se habían llenado de lágrimas y había salido corriendo de la habitación para irme a refugiar a algún lugar apacible de la casa…el patio trasero
—Lu-sentí una voz a mi lado, se trataba de Edmund.
—Déjame en paz —le respondí sollozando.
Estaba a punto de voltearme y decirle que se largara, hasta que hizo un gesto que no podía rechazar, me abrazo.
—Gracias Ed —le dije limpiando mis lágrimas en su chaqueta.
—No le prestes atención —me dijo-Susan se cree muy madura pero lo único que hace es volverse más inmadura…tenía que ser chica.
— ¡Oye! —me queje dándole un golpecito en el brazo.
—Es broma —se rio —oye vamos a llegar tarde a la escuela, y no se te olvide que vamos a apoyar a Peter en el partido de hoy.
Le sonreí y ambos nos dirigimos a la escuela. Cuando llegamos ambos dimos un respingo, pues había tamaña preparación para el partido, todos iban vestidos con los colores de la escuela, por suerte Edmund y yo milagrosamente íbamos de los mismos colares.
—Hola chicos —saludo Maggy.
—Hola —saludamos al unisonó.
—qué bien que ya se apropiaron de la nueva escuela —dijo Maggy mirando nuestros atuendos
—la verdad nosotros… ¡au! —empecé a decir pero Edmund me dio un pequeño pellizco.
—nosotros estamos muy contentos de pertenecer a la escuela —continuo Edmund y le sonrió a Maggy.
Ella se sonrojo un poco y luego dijo:
—chicos es mejor que pasemos a….bueno al partido, no tardara en comenzar.
Todos la seguimos hasta el gimnasio, el cual rebozaba de actividad, pero antes de que pudiera seguir con el grupo alguien me cogió del brazo. Me di cuenta que se trataba de Agustín.
— ¿Qué haces? —le pregunte un tanto extrañada al ver que me conducía fuera del gimnasio
Para mi sorpresa no recibí ninguna respuesta, llegamos a una zona verde.
—necesitaba conversar contigo —me dijo.
— ¿de verdad? ¿Porque antes del partido?
—es que… —y se encogió de hombros
Yo lo mire como diciendo continua.
—Es que para pensar con claridad en el partido —continuo —necesito decirte algo.
— y ¿qué cosa es?
Agustín me miro unos segundos, luego inhaló y dijo:
—es que tu... —pareció que se retrajo delo que iba a decir —quiero que me apoyes en el partido.
Yo le sonreí y le dije:
—eso no me lo tenías que pedir, sabes que siempre tendrás mi apoyo.
Se acercó un poco más a mí y me dijo:
— ¿te puedo pedir otro favor?
Creo que al irse acercarse lentamente a mí entendí de que se trataba, yo lo único que hice fue retroceder un poco, pero antes de que me diera cuenta sus labios estaban muy cerca de los míos, antes de que me pudiera dar un beso alguien lo jalo y le dijo:
— ¡¿Qué te pasa?! ¡No la molestes!
Increíblemente no se trataba de alguno de mis hermanos como cabría esperar, si no que se trataba de Paul.
— ¡¿qué te pasa a ti?! —Se volteo con furia Agustín —no eres capaz de dejarte de meterte un poco en los asuntos que no te incumben.
— ¡y tú tienes menos derecho a tratarlo así! —Le dije a Agustín —lo único que hizo fue quitarte de encima mío
—oye Lu, yo solo… —me empezó a decir Agustín pero yo le interrumpí
—Lu solo me dicen mis hermanos, y tú no eres más que un aprovechado.
Dicho esto último tome la mano de Paul y me dirigí al gimnasio
—no has dicho nada —me dijo casi cuando llegamos al gimnasio.
—ya te di las gracias, con eso es suficiente
—no estas ni tan agradecida de que te haya quitado esa sanguijuela de encima ¿o sí?
No respondí nada
— ¿te gusta Agustín? ¿No es así?
—Si —reconocí en voz baja.
Paul dijo algo que no logre entender del todo así que le pregunte
— ¿Qué dijiste?
—que te vaya bien con el
Ya habíamos llegado al gimnasio, y nos sentamos junto a Maggy, Edmund y Cindy.
— ¿Dónde estabas? —me pregunto mi hermano.
—no preguntes-conteste
El partido comenzó, por suerte Peter hizo unos buenos pases, los ánimos de todos crecían a medida que ganábamos el partido, quisiera o no observaba todo el tiempo a Agustín, de pronto nuestras miradas se cruzaron, luego el tomo el balón y ante mi sorpresa y la de la escuela grito:
— ¡esta va por ti Lucy! —y dicho esto encesto el balón.
Lamentablemente unos chicos de los visitantes que intentaban quitarle el balón y todavía no se percataban de que Agustín había encestado se dirigían a él a toda marcha y frenaron demasiado tarde, haciendo empujar a Agustín fuera de la cancha que a su vez fue a parar con la base de la pirámide que hacían las porristas.
Me reí un poco al ver todo el embrollo que se había formado, a la vez me puse algo sonrojada al recordar que en parte había sido mi culpa.
Edmund a su vez se empezó reír y me dijo:
—mira a Susan, parece que su querida amiga Leila le termino cayendo encima
Mire y me di cuenta que al derrumbarse la pirámide, leila había caído encima de mi hermana.
Edmund se reía y yo lo voltee a mirar como diciéndole "no te pases", así que se calló, sin embargo tenía una mirada aun burlona.
Cuando termino el partido me acerqué a Agustín
—gracias por la dedicatoria —le dije
— ¿ya no estás enojada conmigo?
Lo pensé unos instantes y luego respondí:
—enojada no, pero si extrañada, no creí que fueras así.
—oye….es que me pareces muy linda —admitió el.
—bueno, para la próxima vez me dices eso primero —le dije con una sonrisa
— ¿te puedo dar un beso en la mejilla? —me pregunto algo tímido.
Yo no le respondí nada, solo le di un beso en la mejilla.
Agustín me sonrió y luego me dijo:
—no eres como las otras chicas ¿ya te lo había dicho?
—Es la vez numero mil una, creo —le respondí con una sonrisa —nos vemos Agustín…y fue un gran partido.
—nos vemos Lucy.
En el pasillo me encontré a Maggy quien se hallaba muy feliz, así que le pregunté:
— ¿Qué te tiene tan feliz?
—pues yo te cuento si tú también me cuentas que te tiene con esa sonrisa que jamás te la había visto.
—trato hecho
En voz baja me dijo, para después casi pegar un chillido de felicidad:
—tu hermano me invito a salir
— ¡¡¡ ¿Edmund?!!!
—el mismo amiga….bueno en realidad me invito al cine…si quieres puedes venir con nosotros.
— ¡de que hablas! ¡Claro que es una cita!,…. Y no pienso ser la violinista de nadie
Ambas nos reímos y luego me hizo la pregunta que hubiera preferido evadir:
—y ahora es tu turno ¿Qué te tiene tan feliz?
—la verdad es que….Agustín me dijo que yo le gustaba….bueno no exactamente en esas palabras, pero si me lo dijo.
— ¿en serio? —Dijo, su expresión había cambiado —bien por ti.
— ¿pero qué les pasa a todos con Agustín? —Replique algo molesta pues mi amiga no se había alegrado para nada —él es un bueno, es porque no lo conocen.
—Si tú lo dices amiga —me dijo lanzando un suspiro
No dijimos nada más, no me parecería correcto que opinaran tan mal de un chico que solo es amable conmigo, pero en parte sentía el breve presentimiento de que todos tenían razón.
Decidí despejar mi mente y pensar en otras cosas.
Al llegar a casa lo primero que hice fue felicitar a Peter por el juego
—te felicito —le dije dándole un fuerte abrazo
—gracias Lucy —me dijo abrazándome también
Luego fui hablar con Edmund
—un pajarillo me conto que vas a salir con Maggy —le dije acercándome luego decidí hacerle cosquillas, ya que sabía que era cosquilloso —picaron.
Ambos nos reímos hasta hartarnos y luego cambio de expresión y me dijo seriamente:
—alguien me conto lo que paso hoy con Agustín
De una vez se me vino a la mente Paul y que lo odiaba por contarle a Edmund, luego le dije furiosa a mi hermano:
— ¡tú también! ¡Estoy harta de que todos se confabulen ¿qué es esto?! ¡Desearía que me apoyaran en vez de criticarme!
Al decir esto me marche como un vendaval a mi cuarto
Allí me encontré a Susan
—ahora tu no vayas a criticar tampoco —le dije y me acosté con la cara metida entre la almohada
— ¿sobre lo de Agustín? —Indagó —pues para que te des cuenta que no soy tan mala….yo te apoyo….es más me parece excelente que salgas con el
— ¿en serio?-dije levantando mi rostro y mirándola.
—Enserio
— ¿y por qué debo creerte?
—porque eres mi hermana
Me quede callada unos instantes y luego le pregunte:
— ¿piensas que es un mal muchacho?
— ¡claro que no! —Me respondió con seguridad —como lo va a ser si es el chico más popular de la escuela y el capitán del equipo de baloncesto
—me refiero como persona.
—pues claro que también es buena persona.
— ¿tú no eres amiga de leila? Ella termino con él hace poco, entonces ¿Por qué me apoyas?
—en primer lugar porque eres mi hermana, y en segundo porque ella ya lo supero
— ¿así? ¿Y entonces con quien está saliendo?
Susan no me dijo nada, lo cual me dejo mala espina, luego me dijo
— ¿quieres que te ayude o no?
—Si
—bueno entonces te voy a arreglar el cabello y también la ropa que pareces un hombrecito.
—Y eso que me pides ropa —agregue entre dientes, pero no me oyó
Me tomo de la mano y me sentó frente a la peinadora y me dijo:
—prepárate hermanita porque te daré un cambio de look.
—Susan —murmure
— ¿dime?
—gracias
Sonrió y luego me dijo:
—Lucy, espero que nos la podamos llevar mejor ahora…porque no entras al grupo de porristas.
— ¡¿Yo?!No gracias
— ¿Por qué no?, ahora que vas a cambiar debieras de dejar de ser siempre la chica invisible….es mas a esta paso te podrías convertir en la más popular de la escuela.
—No me interesa
—vamos Lucy —me dijo animándome —no seas aguafiestas
—está bien lo pensare —dije accediendo
La hice brotar una sonrisa de sus labios, y enseguida empezó a trabajar con mi cabello.
Mientras lo hacía vi que Edmund se paró en la puerta y dijo:
—oye Lu te quería pedir perdón... ¿qué le estás haciendo a Lucy en el cabello Susan Pevensie?
— ¡lárgate! —le gritamos las dos y Susan le cerró la puerta casi en las narices
Enseguida la conciencia me remordió, pero luego pensé en que no me había apoyado y que Susan si, después de todo mi hermana era mi hermana, y en esos momentos me estaba apoyando en lo que quería, aunque sentía en lo más profundo de mi ser que esto no iba terminar bien.

Los Pevensie una historia modernaМесто, где живут истории. Откройте их для себя