Moralmente Incorrecto||SakuIno||

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Moralmente Incorrecto.
Palabras:2808

"Es hoy cuando se que soy la mujer más feliz, al lado de la mujer más hermosa"

-Entoces, ¿Que aprendimos hoy, Sakura?

-Una mujer tiene que: saber cocinar para cuando su marido llegué del trabajo, una mujer solo está como incubadora, ser fina en todo momento y sumisa, así un hombre nos querrá y nos podremos casar.

Su progenitora la miraba orgullosa, su hija había salido bien.

-Exacto.

-Nos quieren sumisas y devotas.

-Es cómo dios manda.

Dios es una mierda.

-Mamá, ¿Que pasa con las mujeres que le gustan otras mujeres?

La castaña abrió grande los ojos, mirando fijamente a la ojiverde.

Esa pregunta iba enserio.

-Se van al infierno, no merecen estar en el paraíso.

-¿Por el simple echo de ser homosexual?

-No, por el mero echo de no servir en nada para este mundo. ¿Si no vas a servirle a un hombre para que quieres estar aquí?

Sakura se encogió los hombros.

Su mamá estaba equivocada.

-Querida, más te vale que nunca me digas que eres un bicho raro de esos. Serías desterrada de esta casa para siempre.

-Claro.

Se levantó de la silla en la que estaba sentada para subir rápidamente las escaleras e ir rumbo hacia su habitación.

Sentía que era su refugio de las acusaciones de su madre.

-Mamá, me costó mucho aceptarme para que vengas a decirme ésto.

Abrazó a sus piernas con fuerza, ella no quería tener la vida que su madre y la televisión le habían inculcado.

Ella quería que su nombre sonará por todo el mundo, ser una arquitecta famosa y con su propia empresa, al terminar su trabajo pasar a buscar a su pareja.

Ino Yamanaka.

Su corazón estallaba de alegría al imaginar a la rubia en su futuro, con su hermosa sonrisa.

Que lindo sueño.

¿No?

Aunque cada vez era menos probable que se cumpliera cuando hablaba con su madre.

Las palabras que decía se clavaban como estacas en su corazón, dolía, y mucho.

Su madre era buena, realmente lo era, pero su manifestación hacía los homosexuales era malévola.

Era extremadamente cruel en ese campo.

Si le llegará a decir que su "perfecta" hija era lesbiana, estallaría de la furia.

Por eso mismo, tenía su secreto bien guardado.

Pero tenía miedo.

Sabía que un día iba a explotar, y decirle lo que realmente pensaba a su progenitora.

No quería que llegara ese día, iba a hacer un caos enorme, y lo que menos quería era eso.

Detestaba el caos.