«diecinueve»

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Christopher regresa al escenario para terminar el show. Cantan 3 canciones más y agradecen a las fans antes de bajar del escenario. Christopher trae la cabeza vuelta loca, todas las cosas que pasaron en el tour, más las cosas que vivió con ella en Utha pasan por su cabeza cómo si fueran una película. Sigue caminando por los pasillos sin ver hacia delante con las manos tapando su rostro hasta que choca con algo, mejor dicho, con alguien.

—¿Estás bien? —la voz de Sofia inunda sus oídos.

—Hmm... —tartamudea un poco, pasando saliva. —si. —susurra, negando con la cabeza.

Empieza a caminar para su camerino, no queriendo que Sofia lo mire en un estado tan patético y causarle lástima. Está a punto de cerrar la puerta de su camerino cuando alguien lo impide, piensa que es Ari, ya que ella siempre viene a este después de cada show.

—Ahora no...— se queda a mitad de la oración. —¿Sofia? —pregunta confundido.

—¿Puedo pasar? —

—Hm... —mira para todos lados. —hm, si pasa. —se hace a un lado para dejarla pasar.

Sofia mira alrededor, tratando de no criticar o prestar mucha atención a lo que ve. Se sienta en uno de los sofás, esperando que nada haya pasado en el. Christopher cierra la puerta de su camerino y se sienta enfrente de ella.

—¿Estás bien? —le pregunta preocupada.

—Si, solo un poco emocionado por el concierto. —Christopher le da una media sonrisa. —¡felicidades, todo te salió muy bien a ti! —la mira con los ojitos cristalizados.

—Muchas gracias. —Sofia le sonríe. —nada de esto hubiera sido posible sin ustedes.

—No, tú fuiste quien los cautivaste con tan hermosas canciones. —se muerde el labio inferior nerviosamente.

Se quedan en silencio por unos segundos, no saben cómo seguir la conversación. Christopher carraspea, moviendo sus pies de un lado a otro.

—Me quiero disculpar contigo. —él dice de la nada, haciendo que ella lo mire con el ceño fruncido. —la vez que hablamos, traté de explicarte lo que pasó y no me disculpe...—

—No tienes que hacer eso. —ella lo interrumpe, pasando saliva.

—Lo sé, pero enserio... —

—¿Tú confiabas en mí? —la pelinegra pregunta, dejándolo helado.

—¿Cómo? —

—¿Tú confiabas en mí? —pregunta de nuevo.

—Por supuesto que sí. —él es rápido en contestar.

—¿Entonces porque no me lo dijiste? —

—Cómo te expliqué antes... no quería que ustedes se sintieran mal por mí por si no me llamaban. —juega con sus dedos nerviosamente.

—Sabes que yo te hubiera apoyado, ¿no es así? —

—Si, lo sé.—carraspea. —pero en el momento no supe que pensar, en el momento todo era confuso y ... —

—Yo entiendo eso. —Sofia lo mira a los ojos. —pero lo que no entiendo es porque lo tenías que hacer de esa manera. —

—Dime Sofia, ¿tu que hubieras hecho en mi lugar? —le pregunta en un tono serio.

Sofia toma una bocanada de aire, mirando a todos lados menos a los ojos de Christopher.

—Yo rechacé la oferta. —susurra mirando hacia el suelo.

—¿El qué? —Christopher se arrodilla enfrente de ella, limpiando con las yemas de sus dedos las lágrimas que corren por sus mejillas.

—Ellos me contactaron a mi correo, justo cómo lo hicieron contigo. —ella sigue susurrando, no deja de mirar a sus botas. —me ofrecieron que viniera a Los Ángeles para que hiciera una audición para una banda de chicas. —traga el nudo que se ha formado en la garganta. —pero yo la rechacé. —

—¿Porque no me dijiste antes? —

—Porque tu tuviste la misma elección y no me escogiste a mí. —susurra entrecortado, las lágrimas bajando por sus mejillas.

Esas palabras se repiten en la cabeza del castaño una y otra vez.

—Yo lo rechacé porque no quería hacer esto sin ti, yo lo rechacé porque nos prometimos que pase lo que pase saldríamos adelante los dos juntos... —

Christopher toma los labios de la pelinegra entre los de él, uniéndolos en un beso necesitado. Esos labios se sienten tan familiar, se sienten cómo si estuviera llegando a casa. Le toma pocos segundos para darse cuenta que ella no lo está besando, desorientado se aparta de ella.

—Discúlpame. —le da la espalda, maldiciéndose por ser tan tonto.

—No hay problema. —Sofia se acaricia sus labios, aun sintiendo el hormigueo en estos.

—Créeme que yo no quería que termináramos así. —Christopher la vuelve a ver, con los ojos cristalizados.

—Yo tampoco quería que termináramos así, pero así es como son las cosas... —

—Yo no quiero que terminen así. —Christopher se vuelve a poner de cuclillas enfrente de ella, tomando sus manos entre las de él. —Sof, eres una de las personas más especiales en mi vida, estoy tan orgulloso de lo lejos que has llegado. —le da una sonrisa cálida. —Admiré la muchachita que eras hace 4 años y admiro a la mujer que eres ahora y no quiero perderte, no quiero que salgas de mi vida de un solo golpe otra vez. —acaricia sus manos con sus pulgares. —quiero que seamos amigos, quiero poder ir a tus conciertos y estar orgulloso de ti. —le sigue sonriendo. —sé que Erick y Joel estarán en primera fila y quiero estar allí con ellos, no te quiero perder Sof. —

Sofia sonríe, tragándose el nudo en la garganta. Nunca esperaba que Christopher le pidiera eso, nunca esperaba que Christopher solo quisiera ser amigos y nada más. Ella pensó que cuando ellos hablaran y resolvieran todo, él le diría que la seguía amando y le pediría una segunda oportunidad.

—Por supuesto que yo también quiero eso. —se obliga a decir a si misma con una sonrisa en sus labios.

—¿Chris? —la puerta del camerino es abierta, Ari está al otro lado de está mirándolos con una expresión de confusión en su rostro.

—Bueno, yo me voy. —Sofia se limpia las lágrimas, poniéndose de pie. —nos vemos. —sale de allí sin darle la oportunidad a Christopher de decir algo.

Camina con pasos apresurados para su camerino en donde Sebastián y Yerdani la están esperando. Se asegura que no se note que ha estado llorando antes de entrar a este y saludarlos con una gran sonrisa en sus labios.

El Precio de La Fama - Christopher VélezWhere stories live. Discover now