16. A contra Fuego (Parte 2).

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ZADIG.

Algo andaba mal.

La sensación de que había algo incorrecto en el entorno, me saco de mis profundos recuerdos.

El tiempo había pasado hasta oscurecer, desde el banco donde me encontraba, el viento traía el silencio, nada parecía moverse, todo estaba absolutamente en calma. En espera.

Debían ser cuatro o quizás cinco, sentía sus ojos sobre mí. Continuando con una pose calculadamente relajada, cerré los ojos y nivele mi respiración a un sueño profundo. Tendiendo una trampa infalible para tontos.

Espere cinco minutos en la misma posición, hasta que escuche unos ligeros pasos.

Había dos a la izquierda.

Uno a la derecha y uno tras mi espalda, cuatro estúpidos en total.

La felicidad que me embargo de repente, al entender que podría desprenderme de todo mi estrés con una buena pelea, fue increíble.

Debía de encontrar un plan para reducir... ¡MIERDA! el silbido de un dardo fue tan fuerte como el de una bala para mi instinto, rápidamente me arroje del banco para evitar el impacto, en un segundo sentí el dolor de la caída, pude ver las sobras moviéndose con agilidad y escuchar dos silbidos, provenientes de lugares diferentes. Sabía que estaba jodido incluso antes de que el somnífero se introdujera en mi sistema.

- Pensé que solo serían mis sacos de boxeo pero al parecer se han ganado el derecho a no respirar- dije con lentitud, al estar luchando con la droga - son más idiotas de lo que pensaba.

- Ya veremos quien morirá- dijo la sombra más cercana, con frío dominio.

"No son novatos", ese fue mi último pensamiento antes de caer en la oscuridad.

*****

Tacg...

Tacg... tacg...

Volví a la conciencia pero mi instinto me previno que no abriera los ojos, decidí concentrarme en escanear el entorno pero tan solo odia escuchar una gota caer al vacío, como música de fondo.

Parecía ser un espacio con grandes dimensiones y grave problema de filtración. Posiblemente estaba en un barrio de mala muerte, donde encontrarse un cuerpo sin vida sería como el pan de cada día. Esperaba que no hubieran pasado muchas horas porque no me gustaba que mi gatita pasara muchas horas rodeada de un grupo de hombres, aunque tuvieran bajo mi cargo.

Las luces se activaron, lastimando mis ojos aunque estuvieran cerrados, trate de reponerme rápidamente para vislumbrar los rostros de personas que escuchaban sus pasos.

- Buenas noches, Capitán Hunter - dijo una voz que no podía reconocer.

- Las fueron hasta que interrumpieron mi tiempo de soledad- dije con sorna, segundos después abrí los ojos para encontrar un hombre de estatura media con un traje negro, su imagen genérica de hombre común me reflejo que era el jefe, uno muy inteligente, dado que trataba de ser indetectable. Además que estaba rodeado de guardaespaldas bien entrenados, según sus posturas.

- Lamento escuchar eso - dijo con tono neutra.

- Si me ha llamado capitán quiere decir que ha investigado lo suficiente y como todavía estoy vivo deduzco que quiere algo de mí, sé que no es información porque no estoy drogado, así que mejor comience la negociación y terminamos rápido de esto.

- Capitán Hunter, debo admitir que su mente rápida no me ha defraudado, sin embargo, nadie me da órdenes - dijo con voz baja pero amenazante, el mismo tono que utilizaría una serpiente cascabel si pudiera hablar.

Cuando Llegaste TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora