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Capítulo ocho

- Tienes que observarte al hablar de aquel chico, mira tú expresión y comportamiento, es como si dudaras de si podría existir algo entre ustedes, por cómo lo dices es evidente que me quieres esconder, se nota que viene una persona importante para ti, a pesar de haber perdido la memoria soy humano y recuerda ¡perdí la memoria no me quedado ciego! Además, toda chica que está comprometida ante esta propuesta que te he hecho en el día de hoy su objetivo de defensa sería decir ¡tengo novio! - Podía notarme seguro de mis palabras, aunque ella dudara igual quería dejar en claro que no estaría bien esconderme solo por él, necesito mostrarle que la importancia que le da a sus pensamientos no lo valen, siente que está enamorada de él porque me ha olvidado y estoy dispuesto a volver a estar en la cima de sus pensamientos. para que ella haya tomado la decisión de esconder al gran cupido, a Liam London catalogado uno de los chicos más bellos en su mundo y a comparación de la tierra no creo que haya mucha competencia tendría que estar esperando a un gran oponente y Samuel no está en aquella pequeña lista.

"No es bello lo que es bello, sino que es bello lo que nos gusta." Dijo FEDERICO MOCCIA, en a tres metros sobre el cielo, un libro digno de admirar, esta regla aplica para ella y un tanto para mí, ve a Samuel como el hombre incomparablemente bello, el a sus ojos es así. Pero ella a mis ojos no es bella solo porque me guste y esté encaprichado, ella es bella entre todas las circunstancias... es perfecta. Además de que el hecho en el que cree haberse enamorado de ese inútil es un poco flácido, te enamoras de cualquiera cuando no tienes a este semental en presencia, así que, sin ser un completo narcisista, la cual sé que es la palabra que alberga en sus mentes al escuchar a una persona hablar de sí mismo como si su perfección fuera un hecho. En ese caso soy solo un poco, una pequeña porción que en mi opinión todos deberían tener para generar el amor propio que necesitarán en cada segundo de sus vagas vidas.

- No es nada de lo que piensas, no quiero que estés aquí abajo, solo es cuestión personal. – vi como en defensa se levantó de su asiento y se dirigió en dirección a la cocina en busca de un vaso de agua, mientras tomaba de este me preguntó si gustaba al igual que ella tomar algo, decidí por enésima vez no molestar, solo observé como ella trataba de zafarse de la conversación mientras intentaba ingerir todo el líquido de la jarra que había sacado tiempo antes, empecé a percibir como ya su cuerpo rechazaba el líquido afirmando que ya era mucho por el momento y desde mi asiento miré como dejó el vaso en el lavaplatos y en ese preciso momento le darían unas incalculables ganas de lavar unos cuantos platos que yacían en este, no haciéndose esperar dijo que no le gustaba que su cocina terminara sucia al culminar el día, asentí con una sonrisa un poco burlona y mientras observaba su espalda desde donde me encontraba sentado pude sentirme en casa y esboce una sonrisa aún más grande, dejando que mi cuerpo tenso se relajara y allí cerrara el tema, por mi mente pasó ayudarle a arreglar el impresionante desorden que había en su cocina, pero se reflejaba en sus dos platos que trataba de huir de mi o mejor dicho de aquella conversación que exponía sus sentimientos no correspondidos por años.

Quisiera decirles en verdad que su actuación duró mucho más tiempo de lo planeado, pero no fue así, las vajillas que yacían en el lavaplatos no se multiplicarían solo porque su dueña tratase de huir utilizándolos de carnada. Secó sus manos con una toalla y miró hacia la sala donde nuevamente estaba yo observándola, pues pude estar viendo otros lados de la casa en esos momentos, pero la parte más interesante de dicha casa está en la cocina y no es una nevera, no es una estufa o incluso una lacena, es una chica que viste una bata de baño y un pijama de bajo, el objetivo del que creó la bata de baño era poder ser utilizada al salir de la ducha con desnudez, pero ella decide poner un pijama abajo. ¡Que desobediente es! Debería acatar las órdenes de aquellas personas que se esmeraron por crear aquellas prendas con objetivos fijos.

Se acercó a mí y con ojos somnolientos me dijo que no quería hablar más del tema, dijo que no éramos amigos para entablar tal conversación y que tampoco estaba en la obligación de responderme, que sentía dicho temor el cual no debería estar expresándome, para terminar de completar su tortura hace meses había visto una película que hablaba de su situación, ni siquiera podía ver grandes diferencias, incluso la noche lluviosa fue otra obra maestra de tal película y que no había motivos para no dudar de él, y con tal nerviosismo decidió decir todo lo que sentía, debía verme tal película la cual nombró como "favor peligroso", ¡que título tan similar!

En el pequeño resumen de la película que se propuso a darme decía que el sujeto era un depredador resentido, pero la única similitud es que yo si soy el depredador que pretende comérsela, devorarla en todas las maneras posibles, aquel depredador que cuida su presa, la acecha cada día... meses o incluso años hasta lograr la devorada exacta. Soy la clase de depredador que estoy en mi constante caza y tan sigiloso como inteligente, audaz y dueño de ese pecado que no me deja ser santo.

Aquellas últimas palabras las relaciono para poder transmitir con exactitud mis emociones ahora mismo. Terminó diciendo que era un desconocido al cual estaba hospedando en su casa por ese día y el mismo al que estaría echando al día siguiente, bueno, no dijo echar en realidad, pero fue lo que percibí en sus palabras, y es que no hacía falta ser un completo cerebrito para saber que temía por su vida y no estaría dispuesta a morir en mis manos, aunque en mi caso si moriría por sostener sus manos.

- Sé que olvidaste todo, al menos es lo que me dices cada que pregunto algo, no tienes un numero al cual llamar, no sabes dónde vives, no entiendes de direcciones, no sabes ni donde estas parado ahora mismo así que en estos casos de desolación lo más lógico sería llamar a la policía, tomar el consejo de las autoridades y ya mirar ellos que pueden hacer por ti, solo estarás en casa el día de hoy. –Las excusas de fingir demencia me las había resuelto con la policía, es lógico que no dejaría a un desconocido en casa por una semana. ¿En que estaba pensando cuando planee esto? ¿yo planee esto? El plan de un completo estúpido convencido, tenía que meterme en la cabeza de una vez por todas que ya era diferente y no estábamos en las mismas direcciones en cuanto a nuestros recuerdos, empezando por el de un puto ángel que da todo por ella, se desvive por estar a su lado, y el mismo el cual ha luchado para estar donde está ahora mismo, el mismo ángel que decide el camino del pecado para sentirse vivo porque el mínimo pensamiento hacia ella es juzgado como pecado teniendo en cuenta que ella vive en su mente todo el día, una cadena perpetua podría estar llegando a ser una condena justa.

- Está bien. – Me levanté de mi asiento y pude quedar frente a ella, tomó las huascas de su bata y las amarró aún más fuerte dejando a la vista su nerviosismo, a continuación, les contaré el relato de caperucita roja y el gran lobo al acecho. – Llamar a las autoridades sería la mejor opción, concuerdo contigo, pero no quería que esto se fuera tan lejos y salir en carteles que expusieran que he quedado sin recuerdos, si era alguien importante estaría manchando mi reputación y diciendo mucho de mí. Solo espero que esto sea momentáneo por algún trance que tuve, también espero que mi vida no esté sufriendo mientras yo desconozco lo que pasa en ella. - ¡un maldito Óscar para este rey! Tampoco sería buena idea tener al gran Liam London en carteles de este mundo, todo esto traería las represaría de llegar a saber que no existo documentalmente. Nada que no pueda arreglar claro, pero no quiero percances ni exponerme demás, ¡qué digo! Por favor, pero si lo que quiero es vivir aquí, quiero estar en ella en la circunstancia que sea.

Ella clavó su mirada en la refinada alfombra que había entre sus muebles, y mis palabras rondaron por su cabeza, era consciente de que dañaría mi reputación si era alguien importante, pero también estaba consciente de que no me conocía y debía deshacerse de mi cuanto antes, yo representaba un peligro. Y en cierta manera soy el peligro.

CUPIDO LE TEME AL AMORWhere stories live. Discover now