3.4K 359 115
                                    

j.hy

La música estaba sonando demasiado fuerte, apenas y podía escuchar la gruesa voz de Taehyung teniéndolo frente a mí, y la verdad que estábamos demasiado más que cerca, estaba a horcajadas sobre sus piernas mientras mi pelvis le rozaba la entrepierna.
Sus manos se deslizaron sobre mis medias de red y en un intento apresurado por tocarme un poco más su boca atrapó la piel de mi cuello. Estaba desesperado y demasiado drogado para poder permitirse ocultarlo.

—Vamos a mi habitación.

—Dijiste que se había terminado.

—Lo he dicho cuando estaba enojado, Hyeong—pasó un mechón de cabello detrás de mi oreja y suspiró fastidiado.

—Me lo tengo que pensar un poquito porque hay que mantener algo de dignidad. Me dolió lo que dijiste...

—Te prometo que lo único que te va a doler esta vez, es el culo de tanto que te voy a azotar.

—Joder, que buen método de convencimiento—asentí sonriente y lo miré detenidamente, me gustaba cuando llevaba ondas en el cabello. Lo hacía ver menos preocupado por el futuro.

—Lamento lo de anoche...ya sabes, haberte dejado ahí...—me acarició la mejilla.

—Olvídate—apreté los labios inocentemente y me limité a levantar los brazos para que me cargara escaleras arriba. 

La casa Kim era gigantesca pero cuando se trataba de fiestas, parecía que era microscópica porque Jin y Taehyung además de estar buenísimos, nadaban en dinero. Podría haberme permitido ni siquiera pensar en dirigirles la palabra si esos dos no fueran tan amables y adorables. Taehyung estaba en la misma clase que Hara y Jin era un año mayor que ella. Por lo tanto, era dos más que yo.

Lo nuestro era efímero, para empezar, ni siquiera era nuestro. Taehyung estaba locamente enamorado de Hara, pero mi hermana era un tanto selectiva a la hora de elegir a los chicos, y francamente me parecía la estupidez más grande de este mundo, porque el castaño era jodidamente encantador. Además de que tenía el rostro de un adonis...
Pero ella no le prestaba atención simplemente porque era bastante extrovertido para su gusto, y desde ahí todo estaba mal, porque ya quisiera yo que Taehyung me mirara de la misma forma en la que miraba a mi hermana.
Habíamos terminado así, en un triángulo amoroso bastante doliente, él adoraba a mi hermana y yo lo adoraba a él.

Pero no me había enamorado de él a propósito, lo conocí mucho antes de que el ciclo escolar comenzara, en una pequeña fiesta en el valle. Me flechó desde que le vi bajarse de aquella Jeep todo terreno, en cuanto le vi supe que escupía billetes, con ese porte lo tenía todo.
Resultó que le encantaba la fotografía y odiaba la ketchup tanto como yo, Taehyung me hacía sentir especial cuando me hablaba de sus ambiciones, aunque entre ellas estuviera ser el novio de mi hermana.

—¿Averiguaste algo?, ¿te dijo algo sobre su cita con Min?—sus dedos se colaron debajo de mi blusa mientras me empujaba hasta el colchón.

—No me ha dicho demasiado, Yoongi es agradable...en realidad—detuvo los besos en el cuello.

—¿Perdona?—me soltó—, "¿Yoongi es agradable?"—sonrió socarrón.

—Bueno, me ha seguido la pauta mientras molestaba a Hara. Y no tiene malos genes—me encogí de hombros.

—¿Qué vas a saber tú de Min, Hyeong?—me miró mal—. Sólo le has visto una vez.

—Te he dicho lo que pienso de él, ¿ahora es un puto crimen decir lo que pienso?—arrugué la nariz.

—Me importa una mierda lo que sea que pienses de él, te he pedido que investigues que tanto le gusta a Hara para saber como moverme—se echó el cabello atrás—. Esto no se trata de ti.

Me subí los tirantes de la blusa y me acomodé la falda. Cuando traté de abrir la puerta de la habitación, su mano atrapó mi muñeca con todo menos fuerza. Aquí íbamos otra vez.

—Hyeong...

—Déjame en paz. El hecho de que me gustes no te da el derecho de tratarme como si fuera tu puta. Se te acabó este estúpido jueguito, si tanto te gusta Hara pues agarrate las bolas y díselo de nuevo, y si no funciona acepta que te ha rechazado y deja de tratarme como basura.

—¡No lo he dicho con la intención de lastimarte!—. Me reí para no llorar—, lo sabes...

—¿Te hace falta recordarte todas las veces en las que me has dicho eso?—rechisté la lengua—; ¡Ayer me dejaste en medio de la lluvia cuando te dije que Hara saldría con Yoongi!, joder, Taehyung. Sabes que no tengo auto y no llevaba mi billetera, tuve que caminar durante una hora y media de vuelta a casa mientras tú... te lamentabas frente a la chimenea y bebías chocolate caliente—suspiré—. Estoy harta de tu maldita actitud de niño mimado.

Para ese entonces, mis intenciones por retener mis lágrimas se habían hundido debajo de la alfombra. Taehyung trató de abrazarme pero le di un manotazo; el castaño odiaba verme llorar, y sabía que era sincero cuando me lo decía, porque Taehyung me quería, pero no de la forma en la que me gustaría.
Me miró arrepentido y lleno de dudas, porque de todas aquellas veces en las que me lastimó y trató de arreglarlo con un abrazo, jamás me había apartado.

Le empujé ligeramente para salir, me perdí entre el gentío mientras miraba a la salida. Pero antes de que pudiera llegar a ella, Jin me sostuvo del rostro sin reparo y negó decepcionado.
Y como cereza del pastel, ahí estaba Yoongi con Namjoon, aparté la mirada cuando sentí que los dos me dieron atención. Me avergonzaba tanto estar en una situación en la que no me metí intencionalmente, porque no sabía como manejarlo.

—Si Taehyung se ha puesto pesado...sabes que puedes decírmelo, el hecho de que sea mi hermano no quiere decir que no vaya a romperle nariz.

—Está bien—sonreí y me limpié las lágrimas rápidamente. Apreté tiernamente su mano y empujé la puerta para irme, sentí que me estaba asfixiando.

No era ni la media noche y ese idiota ya me había arruinado el fin de semana entero. No me quedaba de otra más que vagar por ahí hasta que Hara se fuera a dormir, porque no la quería cuestionándome incansablemente cuando se diera cuenta de que había llorado.
Metí las manos en la chaqueta y busqué la caja de cigarrillos con prisa, y mientras encendía el cilindro, comencé a avanzar para llegar hasta el final del jardín delantero. Me tomaría una eternidad salir de la casa Kim.

—¡Hyeong, espera!—me giré con algo de temor y el cigarrillo entre los dientes—. Te llevo a casa...

Yoongi escondió las manos dentro de los bolsillos de sus pantalones y levantó los hombros impaciente. Estaba nervioso y parecía que tenía más frío que yo.

—No voy a casa.

—Bueno, entonces te llevaré a donde se que vayas—insistió con tanta seguridad que me provocó mucha curiosidad.

—¿No tienes nada mejor que hacer?

—La verdad que no.

—Escucha, Yoongi, el hecho de que estés embelesado con mi hermana no debería hacerte pensar que soy igual que ella.

—No he dicho que lo piense, es obvio que ustedes son como el agua y el aceite—admitió—. Si te soy sincero, ninguno de los dos Kim me agrada pero a Namjoon sí, por eso estamos aquí. Y tú eres mi boleto de salida ahora. Así que tendrás que irte conmigo porque no pienso volver dentro.

A nadie le haría daño una noche libre de los Kim.

—¿Sabes nadar?

naughty|m.ygTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang