Capítulo 5

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*Narra Sofía*

Mi padre tira con fuerza de la sábana, destapándome por completo, comenzando a golpearme. De mientras, repite una y otra vez, que debía de estar dormida. Cuando se cansó, se fue, dejándome sola. Tirada en el suelo, sin poder casi levantarme. Con cuidado me arrastro un poco hacia la cama, tumbándome con cuidado. Estiro mi mano hacia la mesita, para ver de quién era el mensaje. Samuel.

-Buenas noches princesa, espero que descanses bien. Ya sabes que mañana, aunque no nos veamos, debes preparar la maleta, para pasado mañana. -Samuel-

-OK. -Sofía-

Mi respuesta fue cortante, lo sabía, pero no me apetecía hablar. Apago el teléfono, guardándolo en la mesita. Tiro de las sábanas, tapándome como puedo. No había curado mis heridas, mañana lo haría, ahora mismo no tenía fuerzas, ni para mantener mis ojos abiertos.

Para mi suerte, a la mañana siguiente, despierto menos dolorida. Observo mi cuerpo en el baño, contemplando cada moretón, y cada herida. Lo único bueno, es que los podía disimular fácilmente, con cualquier prenda de ropa. Tomo una ducha, sintiendo como el agua caliente, quema entre mis heridas. Esparzo crema por mi piel, para calmar el dolor, antes de bajar a desayunar. No hay rastro de mi padre, ya se ha marchado. Cuando termino, me dirijo hacia mi habitación, para preparar la maleta.

No le había comunicado a mi padre, que me marcharía unos días, pero sabía de antemano, que si lo hacía quizá me lo prohibiría. O me pegaría otra paliza. Aunque pensándolo detenidamente, seguramente, hiciera lo que hiciera, me iba a pegar. Ya no era ese super héroe que tenía cuando era pequeña, que me protegía ante cualquier peligro, y me hacía reír entre mil cosquillas. 

Abro la ropa, contemplando lo que deseo llevar, son solo unos días. Tomo mi bolsa de aseo, metiendo lo esencial, además de la crema que tanto me alivia. También meto en la maleta, zapatos, maquillaje, accesorios, y la cierro. Después la escondo debajo de la cama, para que no la vea mi padre.

Sin darme cuenta, había pasado todo el día. Había terminado con todo, la casa estaba impoluta, no había ni un solo error. Nada que pudiera desatar, el mal humor de mi padre. Tomo el teléfono, que aún estaba escondido en la mesita, encendiéndolo. Tenía varias llamadas de Samuel, además de varios mensajes.

-Buenos días princesa, espero que hayas dormido bien. -Samuel-

-El avión sale a las seis de la mañana, te recogeré a las cuatro. Debemos de pasar todos los controles, y dejar las maletas. -Samuel-

-¿Ya preparaste la maleta? -Samuel-

-¿Princesa? ¿Estas? -Samuel-

-Sofía, me preocupas. En cuánto veas esto, contesta por favor. -Samuel-

-Siento no haber contestado, mi teléfono estaba apagado. Y sí, he preparado la maleta. Todo esta listo, no te preocupes. -Sofía-

¿Él preocupado por mí? Es muy tierno, pero no quiero ilusionarme. Seguro no es tanto, como yo pienso. El teléfono suena alertándome de una llamada, es Samuel. Tras insistirle varias veces, que estaba bien, por fin pude apagar el teléfono. Bajé a la cocina, para cenar algo ligero, antes de irme a la cama. No quería revivir la misma escena, del día anterior, así que me dormí muy temprano.


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Mi sugar daddy (Vegetta777) *EN EDICIÓN*Where stories live. Discover now