El juego del Rey

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Una vez que Reiji logro calmar la ira hirviente de su hermano, se decidió que era suficiente de ese juego, pero como todos querían continuar con los retos decidieron que jugarían algo menos peligroso: El juego del Rey.

Para esto, la encargada de realizar los palillos con los números correspondientes fue Yaoyorozu.

Una vez que los palillos fueron revueltos para evitar inconformidades, cada uno de los dieciséis presentes tomó un palillo, cuidando que nadie viera su número.

Recordemos que el palillo con el número 1, es el Rey.

—¿Quién es el Rey?–

Preguntó Sero, una vez que vio su número correspondiente.

—Yo lo soy.–

Fue la respuesta un tanto seca que recibieron por parte de Monoma.

—Bien, Monoma-kun, debes decir un número del dos al dieciséis  y poner un reto, o elegir dos números y hacer lo mismo.–

Explicó Uraraka, al tiempo que todos se ponían un poco tensos. Quien sabe que ocurriría por la mente de Monoma en estos momentos.

—Entiendo. En ese caso... El Rey dice que: el número ocho y el número trece deben besarse.–

Todos se miraron interrogantes, Sero quería salir corriendo de ahí, pero sus piernas le traicionaron y se quedo estático en su lugar. El tenía el número ocho.

—¿Quién es el número ocho? Yo tengo el trece.–

Y el que dijo eso fue nadie mas y nadie menos que... Denki.

Sero si o si tenía planeado mantener la boca cerrada, pero un fuerte empujón en su espalda lo hizo avanzar hacía el centro bruscamente. Al voltear se encontró con nadie mas que Reiji.

—Ni lo intentes cobarde intento de héroe, se hombre y cumple con tu reto.–

Y el tono de voz que uso decía que no había paso para reclamos, pues lo dijo tan severa y fieramente, que Todoroki por mero instinto dio un paso atrás, cosa que hizo preocupar a todos; si Todoroki tenía miedo quería decir que el chico era de temer si no se le hacía caso. Mira que incluso Bakugou tembló de manera casi imperceptible cuando le escucho.

Sero sin poner mas quejas, se colocó frente a Kaminari, quien, en cuanto vio al pelinegro tan cerca de el casi hacía corto circuito de los nervios que tenía. El rubio inmediatamente miro al mercenario, quien solo se limito a asentirle con la cabeza, como si supiera lo que pensaba, que así era.

Denki, no queriendo alargar mas ese momento, y viendo como su amigo pelinegro estaba indeciso de su actuar o no, fue el mismo rubio el que tomo al mas alto de las mejillas y le planto un dulce e inocente beso, un contacto que sintió tan cálido, que, de manera inconsciente, mando una ligera descarga eléctrica a sus labios, haciendo que se separara de inmediato de su amigo, quien le miraba entre atontado y sorprendido. Kaminari regreso a su lugar sin decir una palabra, y Sero hizo lo mismo, aun con el agradable contacto eléctrico en sus labios.

Después de eso todos miraron a Monoma, quien continuo dando los retos, sin repetir nunca los números, hasta que finalmente se terminaron, de ese modo volvieron a revolver los palillos para elegir otro Rey.

Y Reiji le dio gracias a DIO, de que le tocara esta vez a el.

—Muy bien pequeños héroes, soy su Rey ahora.–

Y a pesar de que lo dijo con serenidad y una sonrisa tranquila, algunos ahí presentes aún desconfiaban del mercenario.

—Bien. El rey dice que el número dos y el número siete digan en voz alta, su peor miedo. Algo sencillo para comenzar.—

Enamórate sólo de mi. [YAOI BNHA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora