Our little secret {Bruno Mars}

Museo Hooligan

Me levanté muy emocionada, hoy sería el concierto de Bruno en mi ciudad, y aunque no había podido reunir el dinero suficiente para la entrada, la suerte me sonrió un poco y días atrás me toco en un sorteo de Twitter poder ir al museo y a la tienda temporal de Bruno.  

Me vestí lo mejor que pude y guardé todo lo necesario en la mochila. Antes de irme pase por la habitación de mi madre y vi que seguía con la ropa de ayer, di un suspiro y cerré la puerta, evitando pensar en todo esto hoy, hoy vería cosas que marcaron a mi ídolo y no quiero que nada ni nadie lo arruine.

Al llegar me pidieron la invitación y me llevaron a una habitación en la cual había 3 chicos y 6 chicas, los cuales se giraron al verme entrar, di un tímido hola y me senté en el primer sitio vacío que encontré.

-Venid conmigo, empezaremos por el museo-. Nos dijo una señora mayor con una mueca de asco.

El museo era enorme, era una especie de laberinto formado por salas. En una de ellas me quedé embobada, allí estaba el traje de Elvis que Bruno utilizó cuando tenía cuatro años. Me gire al notar que había mucho silencio y oh, mierda, todos se habían ido. Intenté encontrarlos por mi cuenta pero acabé en un cruce, así que decidí ir por la derecha. Llevaba unos pasos cuando noto que algo me golpea en la pierna. Me agacho para ver qué es y me doy cuenta de que es una pelota de baloncesto. La cojo y al levantarme veo allí a una cara que se me hacia conocida, oh dios, era Bruno, me quedé en shock.

-Hey, ¿me pasas la pelota?-. Me dijo con una sonrisa. –Oye, ¿estás bien?.

-Ehhhh sisi, toma-. Me sonrojo y se la paso-.

-¿Eres del staff o algo?-. Me pregunta mientras coge la pelota-.

-Sí, digo no, he venido por la visita-. Digo nerviosa, aún no me creo que este delante de él.

-Vaya, así que Hooligan, ¿no?-. Asiento. -¿No deberías estar con los demás?-.

-Si bueno, estaba buscándolos, me quede atrás y no se dieron cuenta, supongo-.

-Despistada-. Niega con la cabeza-. ¿Qué te parece si esperas conmigo? Estaba jugando un poco matando el tiempo-.

-Cl Claro-. Me lleva hasta el final del pasillo donde hay una puerta, me deja pasar y veo una sala pequeña con una canasta y unas colchonetas.

-Siento no poder ofrecerte más, mí representante me ha dejado aquí esperando mientras arregla unos papeles para el concierto de está noche y los demás no sé donde están-. Sonríe y me pregunta si juego-.