Cap 5

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La alarma sonó despertándome de mi tranquilo sueño, me destapé un poco el cuerpo pero no quería levantarme esa mañana, afuera estaba demasiado frío y mi cama deliciosamente calientita, volví a llevarme el edredón hacia arriba cubriéndome hasta la cabeza. Estuve así 5 minutos más, pero ya no podía perder mas tiempo, me levanté, me estiré, caminé hacia el baño y me senté en el inodoro mientras revisaba el celular y me actualizaba.

Entre las notificaciones había una en especial, era de Chris; le había dado like a una foto mía de Instagram. Di click rápidamente para ver de que cual se trataba ¡Por Dios! Me lleve la mano a la cara llena de vergüenza, era un collage de Loren y yo haciendo muecas y caras chistosas además de feas.

Tenía muchas fotos en Instagram donde salía bella, pues claro está, nadie sube fotos a redes sociales viéndose fea o feo. Pero esa era una foto especial, la subí el día del cumpleaños de Loren, nunca pensé que me importaría tanto que un chico la viera. Por qué no me likeó una donde salia en bikini en la playa o tan siquiera una donde saliera decente.

Lo sabía, si lo sabía. Talvez porque no le gustaba, no tenía ni un ápice de duda. Eso no tendría por qué molestarme siquiera, puesto que me la pasaba diciendo que no me interesaba gustarle a alguien, pero el ego en una mujer siempre está presente, me dije a mi misma. Talvez por eso sentía esa inquietud dentro de mi.

Me la pasé toda la mañana dándole vueltas a eso, no quería verlo, sentía algo raro en el estómago, eran dudas que me estaban matando, nervios, malditos nervios injustificados. Nada tenía sentido para mí.

Casi eran dos semanas de conocerlo, era miércoles y me dirigía hacia la cafetería, la desgraciada de Lorena ahora ni me buscaba para irnos juntas, se la pasaba con Claudio. En realidad no me molestaba, a ella yo la podía ver cuando quisiera, Claudio no. Los padres de ella eran igual de chapados la antigua que los míos.

Mi celular vibró dentro de mi bolsillo, lo saqué y sonreí era ella. "Te espero Dulcinea, apresúrate". Guardé mi celular en el bolso y cuando levanté la mirada, vi a Chris con Verónica platicando en una esquina alejada, ella le tocaba el brazo insinuosa, no pude evitar sentir rabia, pero celos no eran, era enojo puro. Pero ¿por qué? Él podía hablar y cogerse a quien quisiera. Caminé presurosa hasta la mesa donde me esperaba mi amiga, intentando relajarme y poner buena cara.

-Dulce, vente te compré ya la comida. -Dijo Lorena con una sonrisa en los labios de oreja a oreja.

Que bonita se veía feliz y en cambio yo pensando estupideces con alguien a quien ni siquiera le gusto, eso estaba ya, rotundamente comprobado.

—Gracias —Dije saludando a Claudio y Jose que ya esperaban.

—tenemos planes para hoy —dijo Jose, llevándose un bocado de su comida a la boca. Lo vi estaba muy bien arreglado como siempre, mejor que todas diría.

—hoy es miércoles —dije encogiéndome de hombros, restándole importancia.

—por favor Dulce, hazlo por mi. —dijo Loren haciéndome ojitos. Sabes que sin ti no me dejan salir. —añadió bajando su rostro.

—vamos Dulce, Christopher irá también. —dijo Claudio levantando las cejas divertido.

Sentí una incomodidad grande que me dijera eso. —si, voy a ir. Pero no por Christopher, voy por ustedes dos. —dije señalando a Loren y Claudio que se abrazaban como niños felices con juguete nuevo.

—¿de verdad no te gusta el papacito? —preguntó Jose con cara de incredulidad y negué reiteradas veces riendo.

—pues serás la única porque Verónica está que babea por él, es más creo que ya lo agregó a la lista roja.

—¿qué es la lista roja? —pregunté tratando de no sonar tan interesada y colérica como me sentía.

—es una lista que tenemos donde agregamos a nuestras víctimas.

—¿tu también la tienes? Preguntó Lorena viendo fijamente a Claudio.

—ay claro que no. —interrumpió Jose, ese es un juego entre Vero y yo. —añadió.

Verónica llegó con una sonrisa en los labios que me hizo sentir mal. No entendía que pasaba pero la idea de que Verónica y Chris hubiesen tenido sexo me revolvía el estómago. Tuve que fingir que nada pasaba y seguir con los planes de la salida.

Verónica pasaría por Jose, luego por mi y finalmente pasaríamos por Loren. Convencimos a los padres de ésta que ella se quedaría en mi depa y así no abría ningún problema, que no tomaríamos demasiado alcohol y nos portaríamos bien. Claudio se dirigiría directo al bar y ahi nos esperaría Chris vivía mas lejos el saldría por su cuenta.

Me llevé la mano a la boca y rápidamente busqué la mirada de mi amiga. Al bar al que íbamos era donde trabajaba ¡puta mierda!
—¿es aquí, estás segura? —pregunté a Vero que se estacionaba.

—si, es aquí. Este local es de la mamá Claudio.

Mierda y más mierda, en que maldito momento todo se había complicado para mi.

—¿hay algún problema? —preguntó Jose al notar lo tensas que nos pusimos.

—ninguno, vamos. —dijo Loren ya que yo no sabía que decir.

Cuando éstos bajaron del auto Loren habló tratando de tranquilizarme. —Cálmate Dulce, nadie te reconocerá, precísamente ese es el objetivo de tu peluca y antifaz, recuérdalo. —dijo mientras me abrazaba. De la madre de Claudio me ocupo yo, ándale vamos.

En el lugar, el ambiente era muy bueno, si lo sabía yo. Todos se divertían y yo bailaba con Jose. Habían pasado algún par de horas y había visto a Christopher poco, Verónica se la pasaba con el y no lo soltaba de ninguna manera. Lorena se acercó y me habló al oído. —Dulce, ¿te molestas si me voy con Claudio y paso la noche con él? —dijo hablando furte debido a la alta música.

—para nada, vete disfruta. Me regreso con Verónica. —dije sonriendo. Está de mas decirte que sin gorrito no hay fiesta. —añadí riendo. Nos despedimos con un beso.

Luego de bailar tanto con Jose estábamos cansados y decidimos sentarnos y tomarnos unos tragos. De pronto vimos a Verónica caminando furiosa, casi corriendo hacia nosotros.
—me voy. —dijo tomando su bolso agresivamente de la mesa. Jose te vas conmigo o te quedas —dijo viéndolo y girándose sobre sus pies para marcharse e ignorándome completamente. Jose se levantó y me dijo adios con un movimiento de manos.

Me quedé como novia de pueblo, plantada ahí como estúpida. ¿Qué diablos pasó? Dentro de un par de minutos apareció Chris.

—¿Dónde están todos?

—se fueron, ¿no ves?

—¿y tú? —dijo él, diciendo aquella idiota pregunta.

—también me fuí y la que está aquí es un fantasma. —le dije harta, fastidiada por todo.

—explícame que mierda pasó con Verónica y por qué demonios me dejó aquí.

—vamos te llevo a casa y en el camino platicamos. Ya esta salida se fué al carajo. —dijo, mientras se metía las manos en los bolsillos del pantalón.

Sólo pude notar como los músculos de sus brazos se tensaban ante su movimiento. Era malditamente guapo, y era lógico que cualquier chica estuviera loca por el, mejor dicho Verónica y... Hasta yo.






Dulce PerdiciónWhere stories live. Discover now