𝐌𝐢 𝐝𝐮𝐥𝐜𝐞 𝐞𝐧𝐦𝐚𝐬𝐜𝐚𝐫𝐚𝐝𝐚 ⎸Kanato

Capítulo II

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Ya estando en la habitación de Kanato ambos se sentamos en el suelo donde estaba enfrente de los dos una pequeña mesa con tasas para el té y una tetera.

Teddy junto con el vampiro y la humana estaban disfrutando del té, Akira por su parte tuvo que parecer emocionada mientras disfrutaba del té, que no mentiría, estaba delicioso.

— Y dime Kanato. — él nombrado volteo a ver a la humana. — ¿Cuántos años tienes y en qué año cursas? — se lo preguntó ya que tenía la duda de cuántos años tenía puesto a su comportamiento el vampiro que la rebasava por apenas dos centímetros de diferencia.

— Mmm.. Tengo dieciocho años y curso el segundo año. — respondió su pregunta con una pequeña sonreía sirviendo más té, puesto que se dio cuenta que la femenina ya no tenía de aquel líquido sabor manzanilla en su taza. — ¿Quieres pastel?. — le preguntó para que ella a sintiera con su cabeza por lo que se él peli lila se levantó del suelo tomando a su preciado Teddy y ponerlo entre sus brazos haciendo que Akira observará cada movimiento de éste.

— ¡Sí, por supuesto que quiero pastel! ¡Me encantan! — exclamó entusiasmada, ya que, ella no mentiría, cuando se trata de comida, y en este caso comida dulce y postres no se negaba; el pastel era uno de sus postres favoritos; por lo que, por primera vez en su estadía de la manción, fue sincera.

— Entonces sígueme. — ella asintió ante su llamado, se levantó del suelo sacudiendo un poco la falda de su vestido para caminar a lado de Kanato que este había salió de su habitación y ahora caminaban hacía lo que sería la cocina.

— Y... ¿A dónde vamos? — preguntó, una pregunta bastante estúpida por parte de nuestra protagonista, que consideraba todo estúpido; que ironía ¿no?. Bueno, ahora se cambiaban los papeles gracias a la estúpida pregunta de Akira, aplausos para ella.

Aún que razonando su pregunta se dio cuenta de lo idiota que estaba, y habló a lo imbécil con tan sólo tratar de sacar un tema para hablar, ya que sentía el aire bastante incómodo entre los dos.

Aún que no solía hablar mucho, sentía la necesidad de hablar sobre algo; raro, lo sé.

— Al baño. — respondió ante su pregunta el chico, y éste soltó una risita, que para nuestra protagonista le dio ternura, aún gracias a su respuesta se quedó con cara de "¿Qué mierda?"; la cara de la chica daba tanta risa que Kanato no dudo en reírse una vez más — A la cocina ¿no es obvio?. — La Kobayashi asintió. — Que graciosa eres, me estas cayendo bien. — dijo mientras dejaba de reír, provocando una pequeña pero bastante sincera sonrisa en los labios de nuestra protagonista.

— Perdón por mí estupidez. — hizo una pequeña reverencia para luego seguir caminando a la cocina junto con el Sakamaki.

— No te preocupes ¿Verdad, Teddy? — le preguntó mirando hacía su oso de peluche. — Teddy dice que le pareció muy graciosa tú reacción. — dice sonreído dulcemente.