Entre Ángeles y Demonios (en revisión)

La coronación

A la mañana siguiente las campanas sonaron.
Era la boda y coronación de Aria.
Apenas cumplía 19 años en un mes, y ya iba a casarse con el ángel equivocado.
Quién iba a decirle a ella que se acabaría enamorando de un demonio...
Tanta razón tiene el destino, que te obliga a escoger las soluciones equivocadas, pero que te enseña la lección para que no vuelva a pasar.

Los anillos cruzaron los dedos de los prometidos y la boda concluyó en un beso sin ganas y sin pasión por parte de Aria.
Después la coronación.
La nombraron reina de todos los ángeles y después del baile, se marchó corriendo con su querido demonio, que esperaba en la nube.

Al llegar allí, le dió un abrazo, y le pidió lo siguiente:

-hoy me casé con el hombre equivocado. Me nombraron reina de todos los ángeles y me enamoré de un demonio.
Lo he hecho mal. Y lo admito.
A si que ahora solo te pido una cosa.
Solo quiero estar contigo, y como no veo otra solución... quiero estar contigo en el infierno.

-Aria, si así lo deseas, así será, pero una vez traspasado el portal al inframundo, no habrá vuelta atrás. Te convertirás en un demonio más y serás como yo.

-no me importan las consecuencias si puedo estar contigo.

Entonces Ares la cogió de la cintura, y con un impulso amenazante, se dealizó hacia abajo con intención de atravesar el portal al infierno.
Las alas de Aria se movían muy rápido y algunas plumas se desprendieron.
Hacía mucha calor y Aria no podía aguantarlo.

Tanta presión le ganó en esta batalla, y la pobre y dulce ángel calló desvanecida sobre los brazos de Ares, quién se dio cuenta del error y la subió corriendo al cielo para dejarla caer sobre una nube.
Pero ya era demasiado tarde. Aria se había desvanecido en pequeñas plumas que volaban por todo el cielo.