Capítulo doce.

3.8K 259 12
                                    


— Capto tu sarcasmo con la escultura de Morfeo, Hadper. — me juzga con la mirada pero luego me da una sonrisa— sin embargo, me encantan mis regalos y no tengo objeción alguna. —me toma por sorpresa abrazándome y le correspondió un poco lenta todavía sorprendida.

— Que bueno que te gustaron, deberías agradecerle un poco a Keelan, en realidad no me dejó pagar nada de lo que escogí, ¿Podrías creer que él perdedor tiene una tienda llena de cosas maravillosas? ¡Jamás lo hubiera imaginado! — Me mira asombrada.

— ¡No te creo! Jamás lo ví de esa manera, de ser responsable, me refiero. — nos burlamos de él durante media hora más.

— Casi lo olvido— ella murmura mientras camina hacia su mesita de noche. — yo también tengo un obsequio para ti. —abre sus manos y me muestra un brazalete plateado.

— En realidad no tenías que regalarme nada Agnes. — le digo  apenada observando el lindo brazalete con una pequeña H colgando de el. — Es muy lindo, gracias. — le agradezco mientras ella termina de ponerlo en mi muñeca izquierda junto a mi brazalete rojo. Alzo mi mano para observarlo mejor y de repente el brazalete que tenía antes en la misma mano se rompe tomandonos por sorpresa. Las pequeñas piedrecitas rojas caen esparciendose en la alfombra de la habitación de Agnes y nos miramos asombradas.

— Te juro que en la descripción de mi obsequio no decía que hacía explotar otros brazaletes. — Agnes se excusa haciéndome reír.

— Eso sería imposible— reímos — era un brazalete viejo, tal vez ya era tiempo de que se rompiera — levanto los hombros restándole interés.

— Pero lo que si traía es esto— Agnes saca un papelito dorado del bolsillo delantero de su falda, y comienza a leer lo que lleva escrito— Llave liberadora, libera cualquier encantamiento, claro a excepción del amor.

Observo por segunda vez el nuevo brazalete y a la pequeña llave que cuelga de el, y recuerdo el dije que tenía mi antiguo brazalete.

— Agnes, ¿dónde lo compraste ? — ella trata de recordar.

— En una tienda de antigüedades, la que está en la plaza, frente a una librería. ¿Por qué?

— Hay una posibilidad de que el brazalete no se haya roto por antigüedad, y necesito respuestas. — Agnes me mira confundida y yo debato conmigo misma. ¿Debería preguntarle si quiere ir conmigo o...?— Necesito que vengas conmigo. — me decido finalmente y la tomó de las manos, ella un poco sorprendida asiente y salgo casi arrastrandola.

[...]

Finalmente fuera de la tienda, mi yo interno debate nuevamente sobre si esto es una buena idea. Sacudo esos pensamientos y decido que ésta es una buena oportunidad para obtener respuestas.
Entramos a la tienda, y observo todo el lugar hasta que llegó al mostrador. En el cual está un señor limpiando algunos libros, al percatarse de nuestra presencia los deja a un lado y lleva la vista hacia nosotras mientras nos dedica una cálida sonrisa.

— Hola jovencitas, ¿En qué puedo ayudarles? — Agnes y yo le regresamos la sonrisa.

— Necesito información sobre este brazalete — levanto mi mano para que el lo observe unos segundos y luego mira a Agnes.

— Es el que veniste a comprar la tarde de ayer, ¿No es así?— ella asiente un par de veces. — Veamos — piensa un momento— claro, claro, es un brazalete contra hechizos, si lo observamos bien, tiene una pequeña llave colgando, pero el verdadero poder se centra en el brazalete mismo, es capaz de romper maldiciones o encantamientos, así como selladores y bloqueos, menos amarres de amor. Hay de muchos tipos, así como está esté— lo señala—  hay brazaletes que sellan recuerdos, emociones, placeres o poderes. Sin embargo son muy difíciles de conseguir, yo solo vendo los liberadores.

— ¿Cómo sabemos que funciona? — Agnes lo interrumpe con la pregunta que invadía mi cabeza.

— Si se ponen en el mismo brazo dónde está el otro brazalete que quieren liberar esté va a romperse de manera casi inmediata, sin embargo, el sello puede tardar unos días más en liberarse aunque ya no tengas el brazalete.

Suspiro y me tallo la cara de frustración al tratar de asimilar toda la información. Agradecemos y la enana me toma de la mano tratando de darme ánimos. Salimos de la tienda aún confundidas, nos sentamos en una mesa de la plaza.

— Yo... No tengo idea de que puede significar esto, Hadper. Es decir, ¿Quién demonios te sello? ¿Y por qué ? Creo que el señor solo estaba bromeando. — agradezco su intento de hacerme sentir mejor.

— En realidad yo aún sigo con preguntas en mi cabeza, pero no sé a quién demonios podría preguntarle, mis padres no van a decirme nada y aún hay cosas que no sabes de mi, enana. — la miro disculpándome.

— No tienes que preocuparte, pero prométeme que algún día vas a confiar en mí, y entonces haré lo posible para ayudarte.

Maldiciendome mentalmente asiento y la dejo abrazarme.



Hola, hola!
Sé que he tardado un poco (o tal vez mucho) pero trate de escribir todos estos días y hasta hoy termine el cap❤️

Gracias a las nuevas lectoras y a todos los que han estado esperando, lo siento trataré de actualizar pronto❤️

Gracias por leer❤️


La hija de Hades.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora