8.

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Si tuvieras que elegir...

🐝

La advertencia había quedado suspendida en el aire, incluso para Castiel. Pero ninguno se había atrevido a dejar de verse.

Dean por su parte, pensaba mucho en las palabras del otro ángel, quien advirtió que Cas sería el perjudicado. Por ello, se dijo a si mismo, que mantendría un relación amistosa con el ángel y no intentaría nada.

Pero cada vez se le era mas difícil dejarlo ir, sobre todo cuando el miedo, de no volver a verle, era lo que le quitaba el sueño.

Intentaba ignorar ese miedo, el sabía que no debía dejarse influir por el, pero cuando Castiel se puso de pie esa tarde, Dean no pudo evitar detenerlo.

El ángel lo miró sorprendido, a los ojos, buscando una explicación.

— no te vallas — pidió Dean, entonces, sosteniendo la mano del ángel.

— el cielo me llama — respondió Castiel. Como si está fuera suficiente explicación.

—¡Al diablo el cielo!, Cas, ¿No eres feliz, aquí, conmigo?,¿No te quieres quedar?. — sus ojos le miraron suplicante.

Castiel dio un paso enfrente, acariciando su rostro.

— lo soy — afirmó. — pero el cielo es mí hogar. No lo abandonaré. Tengo que ir.

—¿Entonces qué soy yo para ti?, Si tuvieras que elegir, ¿Elegirlas al cielo ante mí?.

Cas se apartó.

— si — respondió sin duda. Dean apartó la mirada, dolido.

No esperaba esa respuesta, sinceramente se sentía utilizado y traicionado.

— claro, solo eres uno más de esos muñequitos de cuerda. No sé qué esperaba de ti — soltó con veneno, levantándose del sofá. Castiel lo miró afligido. Entonces Dean lo miró fijamente — no eres especial, solo eres un soldado más.

El peso de las palabras golpearon a Castiel, quien sintió un poso en su corazón y un nudo en la garganta.

— lo soy, soy un ángel del señor. El cielo siempre será primero.

Dean lo miró atentamente, sin decir palabra. Castiel se sintió listo para partir.

— porfavor — solto de pronto Dean — yo te amo tanto Castiel — confesó, dando unos pasos hacia el ángel, quien retrocedió. — me preguntaste si los demonios podían amar, sinceramente no lo sé. Pero yo te amo.

El ángel parecia impresionado por la respuesta, dando unos pasos hacia atrás. Mientras detenía a Dean con sus manos en el pecho, este se las tomó con intranquilidad, cerrando sus ojos. Llevándolas hasta sus labios, para luego besarlas. Castiel jadeó. Sin aliento e impresionado. Cuando el demonio abrió los ojos, estos eran completamente negros.

No hubo palabras dichas, Castiel no tenía que decir y por primera vez, ignoró todos los 'no', que rondaban en su cabeza. De pronto, corto la distancia, besando los labios ajenos.

La acción dejo en shock a Dean, quien reaccionó momentos después, tomando con sus manos el rostro de Cas, mientras correspondía el beso. Besos que el ángel rompió más tarde, dando un paso atrás.

— adiós Dean — susurro, luego desapareció.

El demonio se quedó parado en medio de la sala. Con el corazón en la mano, el sabor de un beso y la amargura de ser abandonado.

The ángels and demons. [Destiel].Where stories live. Discover now