XIV

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Había llegado hacía un par segundos a la estación de trenes se Liverpool, ganándose una mirada de preocupación por parte de algunas personas al ver como se encontraba.

Caminó hacia una de las casetas que vendían boletos y se detuvo ahí, esperando a que la mujer dentro de la caseta le pusiera atención.

"Disculpe." Murmuró, de inmediato la mujer dejó de jugar con su sopa de letras y le puso atención al menor.

"¡Santo cielo! ¿Te encuentras bien?" Preguntó casi saliendo por la ventana de la caseta al ver el tan deplorable estado en el que se encontraba el chico. "¿Quieres que llame a alguien?"

"No... No debe preocuparse." Intentó dedicarle una sonrisa a la mujer pese al dolor. "¿Podría responderme una pregunta?" La dama asintió dispuesta a ayudar al chico. "¿Cuánto vale un boleto a Londres?"

"Si traes tú identificación de estudiante contigo solamente diez libras." Paul palmeó el bolsillo de su chaqueta rogando por que Pete no se haya llevado con él su billetera y gracias al cielo que se encontraba en el mismo lugar que la había guardado antes de salir del salón, sacó el dinero con su identificación y se lo entregó a la mujer. "Bien, aquí tienes." Le estiró todo a Paul y este lo recibió con una pequeña sonrisa. "Ten cuidado, y cuida tus heridas."

"Está bien, gracias." Asintió un par de veces y se alejó de la caseta. Observó la hora de salida de su tren en el boleto y se dio cuenta que sólo faltaban un par de minutos para que su tren saliera a Londres.

[...]

Agradeció hacia sus adentros que el tren no se haya movido mucho en el viaje que duró casi tres horas, horas que había aprovechado para descansar un poco. Bajó del tren y comenzó a caminar en dirección hacia la calle en dónde se encontraba el departamento de John. El mayor le había explicado muy bien como llegar al departamento desde la estación de trenes, así que no tenía por donde perderse.

En ocasiones tenía que sostenerse de las paredes o algún poste de luz para no caer rendido al suelo, sentía que en cualquier momento sus ojos se iban a cerrar y se iba a quedar dormido, o peor aún, que se desmayaría en cualquier lugar.

Cuándo al fin encontró el gran edificio que pudo reconocer gracias a las descripciones que John le había dado esbozó una pequeña sonrisa. Entró, caminando aún con cuidado, pues por cada paso que daba sentía que sus huesos se rompían entre sí. Al entrar se encontró de inmediato con el señor Spencer ─el señor de recepción─ hablando animadamente con una mujer.

El hombre de inmediato al verlo entró en alerta y corrió a ayudarlo. Pasando el brazos del chico por su hombro, mientras sujetaba su torso con cuidado, pues cuándo apenas el hombre posicionó su mano en aquel lugar Paul soltó un quejido.

"¿Estás bien, muchacho?" El señor Spencer preguntó dejando a Paul sentado sobre el asiento que él tenía en recepción. McCartney negó un poco con su cabeza.

Paul iba a preguntar algo pero el ruido de la puerta abriéndose nuevamente lo interrumpió.

"¡Señor Spencer! Encontré este paquete afuera, dice que es para el departamento 213." El joven al darse cuenta que el hombre no le ponía atención fue hasta él llevándose una sorpresa. "¿Paul?" McCartney levantó su mirada con lentitud, ya que hasta esto le dolía hacer. Lennon sintió su sangre hervir en el momento que vió el rostro del menor, corrió los pocos pasos que le quedaban y de inmediato fue hacia él. "Paul, ¿Qué... Qué haces aquí? ¿Dónde están tus padres?" ." Mencionó John mientras tomaba con cuidado el rostro del menor entre sus manos.

Medicine. [McLennon]Where stories live. Discover now