Prólogo.

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Igual a una novela, a un libro, una película.
El cielo está gris, con nubes extremadamente cargadas, a punto de estallar en lluvia. Amenaza para muchos, para otros, como yo, era simplemente confortante.
Una sola ventana, una mesa, una silla, una cama con su almohada y un cobertor.
No sé cuánto llevo aquí.
Quiero escapar.
¿Cómo llegué a esto? Me niego a dormir en aquella cama pensando en lo que ha pasado por ahí. Prefiero el suelo, ahí estaré mejor.

He perdido la noción del tiempo, el tiempo que pasa tan lento haciendo que mis lágrimas ya no valgan.
Según por la única ventana de esta habitación es de noche pero ¿A qué día estamos hoy?
Abrazo fuerte mis piernas contra mi cuerpo. Nada me ha pasado hasta ahora pero temo que no falte mucho para que suceda aquello tan inevitable.
Desde donde estoy puedo ver las sombras que van y vienen del otro lado de la puerta.
A veces se queda frente a la puerta, tal vez pensando en cómo sería más fácil o más divertido para él; pero no sé queda mucho tiempo y luego vuelve a pasearse por en frente.

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-Entraré a dejarte la cena. -Su voz suena tensa y mi cuerpo se paraliza en ese mismo instante.
Al momento en que abre la puerta la luz que proviene detrás de él es cegadora para mí, haciendo que cierre los ojos.
Veo su silueta, no le veo la cara. Pero es fornido, alto, su voz es gruesa y me produce escalofríos.- Debes comertela toda si no quieres morir.

«Ya estoy muerta» pasa por mi mente, lo único que hago es esconder mi cara entre mis brazos. Escucho como se cierra la puerta, despacio, como si no quisiera molestar ¿No se da cuenta que me ha arruinado y molestado demasiado?

Lo único que me queda es aferrarme a mi hermoso collar y esperar ser salvada cual princesa de cuento de hadas.

Desconocido. [PAUSA]Where stories live. Discover now