Take on me

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N/A: Por favor vean el video en multimedia antes de comenzar a leer ya que la historia está basada en él. Gracias.
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"Los sueños se hacen realidad si crees en ellos". Esa fue la frase que inspiró a la pequeña Katherine, y desde ese entonces comenzó a dibujar la historia que ella soñaba.
Ella dibujaba cuando más necesitaba desligarse de la realidad que la rodeaba, pues no obtenía mucho amor de su entorno. A pesar de dibujar diferentes situaciones, había algo que siempre se repetía: un príncipe encantador la acompañaba a todas partes. Al principio era sólo un dibujo garabateado, pero a medida que los años pasaron aquel garabato fue tomando forma; sus facciones eran precisas, cada detalle de aquel hombre le fue tomando más y más perfeccionamiento, hasta lograr dibujar al hombre soñado.

(***)

Ya con veinte años era un motivo de burla el ver a la universitaria dibujar situaciones romanticas entre un hombre perfecto y ella; pero a ella no le importaba en lo más mínimo, no perdería las esperanzas.

Una noche como cualquier otra, mientras Katherine dibujaba, se quedó profundamente dormida sobre el papel y comenzó a soñar.

Todo era perfecto, se hallaba en un bosque extraño, pero aún así ella se sentía bien y protegida allí porque sabía que aquel hombre estaba con ella aunque no pudiera verlo. De pronto al darse vuelta, se vio frente a un espejo que apareció de la nada; no era ella, era un ser feo que parecía sumido en la depresión. Ella retrocede unos pasos asustada cuando aquel ser comienza a salir del espejo estirando su brazo como pidiendo el suyo. Katherine comenzó a correr despavorida gritando el nombre de su amado, más él no aparecía. Entonces, como si nada llegó a una ciudad muy conocida: era New York, donde ella había crecido. Se dirige a un departamento y resulta ser donde había vivido toda su niñez; entra a su habitación recorriendo con sus ojos cada detalle y tocando todo con las yemas de sus dedos... se sentía tan real. Al reposar la vista sobre su cama logra distinguir una figura humana sobre esta; lleva puesta una chaqueta de cuero negra con jeans y zapatos a juego, y una camisa blanca de algodón. Su cabello negro azabache está impregnado en gomina para tener un jopo impecable, tal y como estaba de moda en esa época. Al acercarse más a él, Katherine recorre cada detalle de su rostro con la mirada; su mandíbula recta bien varonil, una nariz respingada, cejas tupidas negras, pestañas negras largas y unos labios carnosos. Ella no logra resistirse ni un minuto más y lo acaricia de manera lenta y suave. Para su sorpresa él no despierta asustado, sino que parece alegrarle que ella estuviera allí; sus hermosos ojos azules la observan con un brillo especial, como si estuviera viendo a la mujer más hermosa del mundo.

-Katherine, al fin viniste, te he estado esperando -sururró él y ella se abalanzó a sus brazos.

Era su príncipe azul, el hombre con el que había soñado durante toda su vida, su dibujo estaba allí, frente a ella, abrazándola

-Extrañaba ver tu rostro esta noche, comenzaste a dibujar pero... nunca terminaste...

Él señala hacia su escritorio y de repente allí se encuentra ella dormida, era tan extraño verse a sí misma...

Unos fuertes golpes en la puerta de su habitación la sobresaltaron.

-¡Abre la puerta mocosa! -grita la voz de su padre del otro lado.

-¡Debió entrar al portal porque no acabaste de dibujar! ¡Rápido, por la ventana!

Sin pensarlo dos veces ambos saltaron hacia la calle, no importaba que fueran cinco pisos, era un sueño nada sucedería.

ENTRE DOS MUNDOSWhere stories live. Discover now