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CAPÍTULO PRIMERO
"La puerta hacia el éxito, Park JiMin"

     YoonGi gritó fuerte y claro en medio del salón, en medio de la clase y en medio de sus compañeros—. ¡Juro que esta vez sí estudié!

     Todos rieron en voz baja por la pena que causaba el pelinegro chico de tez clara cual porcelana y ojos oscuros como la noche, y es que este era el segundo examen de filosofía del mes que el muchacho reprobaba, y conociendo las metas de éste, esa no era una buena noticia, ni para él ni para el equipo de Las Águilas que vendría a jugar un partido de básquet mañana. Probablemente quienes se llevarían la peor parte de la frustración del pelinegro serían ellos, porque un Min YoonGi a punto de explotar significaba una bestia en el campo de juego. Claro, Los Dragones no se quejan de ello, adoran ganar a costa de un solo jugador, pero nadie piensa en los contrincantes y las posibles heridas por golpes que se llevarían.

     En fin, a nadie le importa el destino de las pobres águilas sino el de nuestro sufriente protagonista, Min YoonGi.

     Cuando lees ese nombre debes pensar en un chico de 18 años visiblemente frustrado por obtener una calificación baja en su materia menos preferida de nuevo. Y es que quizás para algunos el que obtenga una nota regular —a lo que él llama "reprobar"— no es nada, pero este muchacho de altura media no piensa lo mismo. Si se ponen en su lugar, en realidad quizás entiendan un poco mejor el porqué es tan importante obtener una buena nota en una materia que a nadie le interesa.

     Min YoonGi no es un chico cualquiera. Él detesta ser el muñeco de los demás, no quiere ser el típico chico que hace lo que sus padres desean y deja sus sueños de lado para no "fracasar" en la vida. No, para eso está su hermano. Él, en cambio, prefiere ir en contra de la corriente con tal de cumplir su sueño, aunque eso requiera tres horas de sueño y nadar en cafeína diez meses al año.

     Quizás la música tanto como el arte en sí sea una carrera difícil, no sólo por su complejidad sino también por la liberación mental que ésta exige, pero YoonGi es fiel creyente de que si se hace con pasión cualquier obstáculo se reduce a una piedra que se debe aprender a esquivar o saltar. Y sí, su sueño tal vez no es el que le dará dinero apenas termine de estudiar y sí, es muy probable que deba vivir en la basura de departamento que tiene por más años de lo que se supone, pero al final valdrá la pena, porque él así lo quiere.

     Pero todo su castillo se está viendo a punto de colapsar por el simple hecho de que el profesor Park no cree que su visión del mundo sea la más adecuada para aprobar un examen.

     —Quiero morir.

     —No es cierto, hyung, no sea dramático. —HoSeok, uno de los mejores amigos de YoonGi, dice mordiendo tranquilamente un pedazo de sándwich de huevo. Está tan acostumbrado a que esa situación se repita que incluso tiene preparadas tarjetas con frases tales como "No deberías rendirte tan rápido, hyung" y "El mundo no acabará mañana, hyung" para responder en caso de que se encuentre muy ocupado comiendo o estudiando—. Además, no debería darle tal contento al mundo, hyung.

     YoonGi sisea—. Mírate, tan joven y tan venenoso.

     —Sólo para usted, hyung —se mofa, recibiendo un amague de golpe del que se defiende pobremente debido a las risas. Cuando se calma, sus ojos se dirigen a un punto en especial. Un punto con cabello rosa y mejillas abultadas—. Oiga, hyung.

     —¿Qué quieres ahora? Estoy bastante ocupado planeando mi funeral. Antes muerto que...

     —Que ir a decirle a tus padres que fracasaste, sí, hyung, lo sé —completa la frase. Percibe que su mayor rueda los ojos, pero no pierde de vista su objetivo—. Hyung, ¿usted no ha pensado en pedirle al hijo del profesor que te dé clases de filosofía a cambio de una cita?

[PAUSA] El chico de las Estrellas ㅡ ymWhere stories live. Discover now