Capítulo uno: Amigos y ex novias.

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—¡Harry!

Pongo los ojos en blanco, encaminándome por sobre la acerca en destino hacia el auto de Liam, y percibiendo los diminutos deseos acerca de cruzar nuevamente los pasillos de la preparatoria esfumándose. Mis manos se refugian en los bolsillos de mi abrigo azulado, sintiendo mis hombros encogiéndose a causa de los aires glaciales azotando el lugar. Mi madre probablemente echa una mirada cautelosa por detrás de las cortinas como le es de costumbre, pero continúo emprendiendo mi camino hasta abrir la puerta del auto de Liam, el cual sus padres le han obsequiado en una mañana navideña y al día siguiente, se había precipitado a mostrarlo frente a toda la preparatoria.

Entro en el auto, forzando a mí mismo para no quejarme por lo apretujado que estoy entre mis amigos. Llevo una mano hacia el asiento delantero, en donde se asienta Liam.

—Entonces, ¿qué hay de nuevo? —le pregunto exactamente a él, pero soy consciente de que yo he generado una avalancha de respuestas sin sentido.

Niall se remueve en mi dirección, empujando los hombros de Zayn y Louis, quienes toman relajados su acción.

—Hermano, me he folla...

—Deberías ahorrarlo—le interrumpo, formulando un mohín.

Zayn carcajea con vitalidad.

— ¡Jane no ha vuelto con Harry!

Liam arranca el auto, encendiendo el estéreo en una ruidosa canción de rock moderna. Él ríe en exceso al escuchar con atención a Zayn, manteniendo la mirada fija en el panorama y las manos concordando por sobre el volante.

—Me has quitado la jodida duda—Liam bromea, lanzando una mirada a los asientos traseros con dificultad.

Niego con la cabeza, con un aspecto derrotado. Mi respiración se entrecorta con demasiada sencillez que me sorprende.

Jane no ha vuelto conmigo, no ha aceptado mis disculpas sin un tema en exclusivo y sé que no va a hacerlo, pero soy muy tozudo como para llegar a acostumbrarme.

—Basta de Jane, chicos—les pido, y el dolor se incrementa en mi voz.

Niall me propina un golpe en la nuca, sonriendo enérgicamente mientras me sacude contra su anatomía reiteradas ocasiones.

— ¿Basta? ¡Harry ha dicho que nos detengamos!, no lo vamos a hacer porque eres libre—me vocifera.

Echo los hombros hacia atrás.

— ¿Se supone que aquello importa?

—Harry está deprimido—Louis comenta.

Un bufido logra escapar de mis labios y permanezco dentro de un semblante cabreado por un tiempo.

—No lo estoy—rechazo con ímpetu su opinión, aunque mi madre me lo ha recordado repetidas veces al escucharme llorar por una joven que posiblemente me ha olvidado con facilidad.

Liam comienza a estacionar el auto en la plaza de aparcamiento de la preparatoria, estableciéndose en el espacio libre para discapacitados.

— ¿No nos enviarán con el director sobre esto? —Suena a una pregunta que a una confirmación.

El conductor del auto sacude la cabeza con determinación, lo que me tranquiliza.

—Probablemente—Vaya, menuda sorpresa—. Pero no nos importa, ¿no es así?

—Una mierda—Louis añade.

Resoplo, poniendo mis pies fuera del auto. Ahora el ruido me recuerda al año pasado; fiestas, una novia leal, mejores amigos, malas calificaciones y pasar por arte de magia. Sin embargo, mis amigos han inculcado el cigarrillo a mi ser para calmarme.

ex || h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora