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Siento pisadas, sin embargo, ahora son cercanas y repetidas, me alarmo, empiezo a correr velozmente. Siento adrenalina, me caigo e intento pararme rápido, pero es en vano. Segundo más tarde, percibo sus pies rodeando mi cuerpo, simplemente no puedo hacer nada. Lentamente mi mente se desvanece a negro y el dolor llena mi cuerpo.
Nunca creí que moriría de tal forma, tan trágica, siempre pensé que mi muerte sería rodeando a los 70 años de alguna enfermedad, pero nunca en el bosque. Tras dos meses, aún procuro que encuentren el cuerpo que alguna vez me perteneció, enterrado profundamente en el lago de mi ciudad.
