2.- Un viaje por un pastelillo.

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"En la cafetería, ven cuando puedas"
Después de leer el mensaje que me ha enviado Jack me levanto del piso de la biblioteca donde he pasado toda la mañana leyendo para preparar mi clase de finanzas agropecuarias.

Sacudo la tierra de mis pantalones y comienzo mi recorrido hasta la cafetería.

Ya cuando estoy fuera del edificio les pido un aventón a un par de los chicos que pasan en su carrito de golf, ya que la cafetería esta en un polo opuesto a la biblioteca y es un largo camino, tengo la suerte de que los chicos son amables y me llevan hasta la entrada de la cafetería, me despido y les entrego unos cupones de descuento de mi trabajo en agradecimiento y entro buscando con la mirada a mi amigo peliblanco.

Conocí a Jack el primer día, en ese entonteces compartíamos todas las clases, lo cual era extraño, pero fue el empuje que ambos necesitábamos para volvernos mejores amigos.

Al principio nos tratábamos con mera indiferencia, saludos discretos desde una punta del pasillo a otra, intercambios de frases cortas como "qué tal" o "qué onda" y se debía a que había cosas en él que me costaba comprender (por qué siempre llevaba una cámara colgada al cuello o por qué no le gusta el aguacate) y cosas en mí que él no entendía (por qué usaba suéteres de cachemira rosas o por qué me gustan las telenovelas coreanas). Después de un tiempo nos dimos cuenta de que eran mas las cosas que teníamos en común que las que diferían y entre las tareas y los proyectos que hacíamos juntos, llegamos a ser como Ash y Pikachu.

Claro que ninguno podía ir en el hombro del otro, una vez intenté llevarlo en mi espalda cuando se torció el tobillo jugando rugby y ambos terminamos con fracturas de 2do grado.

Me forme en la fila del almuerzo y pedí una ensalada con pollo al curry, las albondigas ya se habían terminado, también pedí agua de mandarina y un postre de banana. Cuando finalmente encontré a Jack, no fue su amiga rubia la que me sorprendió, fue su amiga pelirroja. Jack la rodea con el brazo y están tan cerca que los labios de Jack pegan en su oreja.

Jack y ella... Ella y Jack... Juntos, abrazados, con tanta confianza, ¡NO!

No logro registrar el momento en el que pasa, pero la bandeja se resbala de mis manos estremeciendo a todo el lugar, menos a las chicas junto a Jack, que tenían las miradas fijas sobre el celular y audífonos en los oídos que las privaban del sonido del salón. Miro mis pantalones y zapatillas Converse cubiertas del curry, siento en mis anteojos hojas de lechuga y el agua de mandarina me ha mojado en la entrepierna imitando una mancha de orina. Salgo huyendo por la vergüenza y después de alejarme lo suficiente de la cafetería recargándome en la pared bajo hasta que puedo abrazar mis piernas. Siento que me falta el aire y que mis pulmones se hacen cada vez más y más pequeños, estoy sufriendo un ataque de asma. Cuando le doy una segunda inhalada a mi broncodilatador veo la punta de las botas de Jack frente a mí. Le arrojo el inhalador a la cabeza y él lo atrapa mucho antes de que lo golpee.

–¡Hey! ¿Que va mal viejo? ¿Por que saliste huyendo?

Le lanzó una mirada asesina y le extiendo la mano para que me devuelva el inhalador. Le doy otra calada antes de hablar.

–¿POR QUÉ? ¿En serio preguntas por qué? Estabas con ella ¡CON ELLA! ¿Por qué nunca me dijiste que la conocías? ¿Desde cuando la conoces? ¿Por qué siquiera la conoces? –lo digo tan rápido que de nuevo siento que el aire deja mis pulmones, si eso sigue así tendré que internarme en la unidad de inhaloterapia del hospital así que intento tranquilizarme. -Acaso ustedes son...

–¿Que quieres que responda primero? Fueron demasiadas preguntas. —dice el rubio mientras se sienta a mi lado en el piso. Levanto la cabeza tanto como puedo y dejo que vea mi semblante serio. Sé que le estoy lanzando dagas de ira en este momento, porque Jack cambia por completo su actitud cuadrándose de hombros y carraspeando la garganta—. Es mi amiga desde hace muchos años. Tenemos una especie de relación de amor/odio —dijo elevando los hombros restando importancia. Mis ojos se abren tanto que parecen salir de sus órbitas.

Un Real DesastreWhere stories live. Discover now