La familia de Molly.

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DISCLAIMER: Nada me pertenece, solo mi corazón shipper.

La familia Hooper estaba conformada por el Lord Nicholas, él era uno de los Banqueros de la ciudad, contaba con una inmensa fortuna que provenía de su trabajo como financiero y de sus antepasados. Él era un hombre excepcional, todos podían hablar de lo mucho que se preocupaba por las personas, incluso era sabido por todos que él ponía dinero para una clínica no muy grande que atendía a la clase trabajadora y obrera. Para él no tenían por qué existir diferentes hospitales de acuerdo a tu clase social, pero estas eran las costumbres y si podía ayudar aunque sea con esto lo haría. Su esposa Louise, era una mujer con una belleza exquisita, su cabello color marrón y sus rizos la hacían en ojos del Sr. Hooper, la mujer más bella del mundo. Él había sido bendecido cuando sus padres le habían contado que se casaría con ella, lo que nunca pasó por su mente era el hecho de que mientras la cortejaba, se enamoraría perdidamente de ella y ella de él. Ahora aún con treinta años de matrimonio no concebía la vida sin ella.

Su amada esposa le había regalado dos hijos; Nicholas Augusto y Margaret Ann. Esos dos eran lo mejor que había hecho en su vida. Augusto, un hombre alto con rizos de color rojizo y ojos color miel, era un médico memorable, él como primer hijo y único varón era el heredero de la fortuna Hooper, así que había insistido en que a él no le gustaba lo financiero, él quería ayudar a la gente, él quería ser un doctor. Su madre puso el grito en el cielo cuando le dijo a su padre que quería su apoyo para terminando su formación académica abrir una clínica para la clase trabajadora, su padre estaba orgulloso y su madre horrorizada, pero eso a Augusto no le importaba, él no sería otro niño bonito que no hiciera nada por los demás. Y él era el mejor doctor de su edad en la Ciudad y eso era del conocimiento de todos.

Margaret Ann Hooper era una mujer poseedora de una belleza peculiar. Tenía su cabello rojizo y rizado, unos ojos color café, una nariz fina y delicada, unos labios pequeños pero que al formarse una sonrisa en ellos cualquier habitación se iluminaba. Ella tenía la formación de una debida ama de casa, conocía todo lo que era requerido para en un futuro ser una "buena esposa" según las enseñanzas de diversas institutrices y su madre por supuesto. Pero lo que muy pocos sabían era que tenía una fascinación por la medicina, ella también deseaba estar con su hermano en la clínica y ayudar a los necesitados, pero debido a la desventaja en oportunidades que tienen las mujeres, no podía hacerlo. Molly (como le decían de cariño) sentía una profunda envidia de que Augusto pudiera estudiar y ahora trabajar en lo que deseaba y ella no. Su hermano era un amor con ella y desde que empezó su formación como doctor, él le enseñaba también, Molly era perfectamente capaz de desarrollarse en el campo de la medicina si pudiera, así que de vez en cuando a mitad de la noche y cuando nadie los podría descubrir, Augusto y Molly se escapaban a la clínica con la finalidad de hacer experimentos, y trabajar en las habilidades de Molly. Augusto sospechaba que su padre si sabía lo que hacían pero nunca les había regañado o prohibido nada así que ellos lo siguieron haciendo.

- Buenos días, querida mía. (Se dirigió al comedor para tomar su desayuno no sin antes besar a su esposa).

-Querido, ¿dormiste bien? Noté que te quedaste en tu estudio hasta muy tarde. ¿Algo que te perturbe?

- No querida, nada de qué preocuparte- dijo tranquilo.

-Está bien esposo- sonrió cálidamente.

Augusto y Molly bajaron las escaleras con una cara de sueño que su madre no entendía por qué traían si se habían acostado temprano.

-Hijos míos, ¿se divirtieron anoche? (Dijo sonriendo descaradamente)

-No sé de qué hablas padre...

-Molly cariño, les pregunto por la cara de sueño que traen. Parece como si se hubieran dormido tarde.

-Padre, yo me quedé estudiando- dijo orgulloso.

- Y yo yo, yo leía una novela de amor. (Dijo tartamudeando)

Augusto resopló no podía creer que su hermana fuera tan brillante en la medicina y tan tonta en otras cosas.

-Molly, hoy iremos de compras.

- ¿Otra vez madre? Quería visitar la clínica con mi hermano. Y ver si podía ayudar en algo.

- Si madre, nos haría muy bien las manos de mi hermana, hay demasiado por hacer, sobre todo que hoy están llegado más soldados heridos, sería bueno que...

-¡De ninguna manera! No permitiré que mi única hija esté en ése lugar con ésas personas no gratas.

-Madre, son seres humanos, como tú y como yo. Te recuerdo que ellos dan su vida por ganar las guerras de éste país.

-¡Basta! No quiero discusiones- advirtió-

El Señor Hooper podía ser un hombre tranquilo pero si se enojaba era temible. Todos en la mesa se callaron y comenzaron a comer su desayuno.

-Tengo entendido que el que ayudó a ganar ésta guerra fue un teniente Watson, dicen que él trae a su tropa a que los atiendan y a sus muertos para que dispongan sus familias de sus cuerpos. Todos hablan maravillas de él.

-Y dicen que lo nombrarán Coronel padre. Todo en honor a su servicio prestado- comentó Augusto.

- Coronel Watson entonces, qué bueno por él. 



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