De un día a otro, todo se puso extraño
En un día tuve a un perro para el otro tengo un...¿amigo?
Una historia loca y romantica, en el que un deseo fue cumplido pero al igual de cosas buenas tiene cosas malas.
T/N, una chica con 16 años y viviendo so...
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-aun no entiendo-
-si estuvieras en la escuela entenderías-
-¿y te gustan esas cosas?-
-sólo si JiSung me las manda... ¿Entonces que quieres hacer?- le vi una sonrisita -que no sea salir de la casa- se le borró la sonrisita.
-quiero salir- dijo cruzando de brazos.
-pero estando así y casi apunto de morir no podrás salir. ¿No tienes sed? No te he visto beber agua-
-agua, si quiero agua-
Me paré y vi a Felix -no me sigas, quedate quieto, ¿ok? Ok- me fui rápido a la cocina por agua, volviendo en la puerta vi un pedazo de vendaje, me asuste y vi entre rápido. Felix estaba tocando la herida de su brazo, yo estaba temblando y sin palabras.
-mira, ya no duele- dijo enseñándome.
-fe-fe-fe-felix vuelve a po-ponerte la venda- dije tomando lentamente el vendaje.
-no, quiero agua- dijo tomando él del vaso y comenzó a lamer el agua. Yo lo miraba con cara de asco y me aleje... muy... lenta...mente.
~~~~~
-¡dame mi blusa, Felix!-
-no, no me gusta-
-entonces ¡damela!-
-no te queda bien!-
-¿y como lo sabes?!-
-creí que siempre te lo decía cada vez que te la ponías. NO, no dejaré que te la pongas- dijo yendo al patio corriendo, lo seguí y cuando llegué el no la tenía en manos.
-¿dónde esta?-
-encuentralo- dijo sonriendo. Lo empuje a un lado y comencé a buscar ¿que buscar? Si no había lugar donde esconderla... A menos de que...
-Felix- dije volteando la cabeza mirandolo fijo -tu...enterraste... Mi...BLUSA?!- este solo asintió sonriente -¡buscala!- este negó. Juro que algún día lo golpearía pero en lo que esta pasado no lo hago.
Encontré la blusa enterrada cerca del árbol.
-esta sucia...- dije en un susurro -si tanto odias esta blusa...- dije volteando hacia Félix -entonces me pondré otra PERO no dejare esta, están me la dio jungkook- cuando dije eso su sonrisa desapareció. Entré a la casa y decidí ponerme una que mi tía me había regalado el año pasado, me bañe y cambié. ¿A dónde iba yo? Al cementero, mis padres...no los pensaba dejar hoy como otras veces, es mi forma de visitarles desde que comencé a tener 14 años.
