ROMA ━ MINSUNG

s e v e n

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Durante una semana entera Han JiSung golpeó la puerta de Lee MinHo, pero nunca recibió una respuesta. Ya sin saber que hacer, un sábado por la tarde, se dirigió a la recepción y le preguntó a la muchacha que lo atendió sobre su Hyung.

—Se cambió de habitación—fue lo que le respondió.

Pero como Lee no atendía las llamadas, a Han JiSung se le ocurrió una idea genial -no tan genial- para conseguir la atención del chico que rompió su corazón.

Durante un día entero lo esperó en la recepción del hotel, apenas dormía y comía. Intentaron sacarlo varias veces, diciéndole que le haría mal estar ahí, pero él se sentaba recto y respondía: "No me iré sin MinHo Hyung", por lo que después de varios intentos, los empleados del hotel se dieron por vencidos.

Y de repente, en la madrugada, todo el esfuerzo de Han dio resultado. Vio entrar a su MinMin por la puerta principal, un tanto desabrigado para la temperatura que hacía en ese momento, así que se acercó a él y le dijo:

—¡MinHo Hyung! ¿Qué hace así de desabrigado? Hace mucho frío afuera —Lee se sobresaltó al tener de repente, a una ardillita frente a él, retándolo por no abrigarse.

—No es nada, JiSung. Andá a dormir, es tarde.

—No.

—¿Por qué no? —preguntó MinHo cansado.

—Porque estuve esperándolo todo el día acá. Quiero que hablemos—Lee lo miró confundido, levantando una ceja— ¿Puedo ir a su habitación?

El más grande tomó la mano del chico y lo llevó consigo por todo el hotel hasta llegar a su nueva habitación. Han no sabía bien que iba a decir, pero quería estar con aquél chico que tanto extrañaba.

—¿Querés un café? —le peguntó su Hyung cuando entraron— ¿Un té? ¿Leche caliente?

—Lo quiero a usted.

—No empieces con eso, JiSung —le pidió MinHo—. ¿No leíste los papeles que te dejé?

—Sí,

—¿Entonces?

—Si su pregunta hace referencia a que opino sobre estar con alguien con depresión, no me molesta —respondió Han rápidamente.

—No es eso, Sung. No fui suficiente para SeungMin, y tampoco lo soy para vos.

—Todo eso que decís, me hiere más a mi —comentó el menor mientras las lágrimas comenzaban a llenar sus ojitos.

—¿Por qué lloras? —Lee se acercó y tomó sus manos— ¿Por qué lloras, Sungie?

—¿Cómo es que lográs que vuelva a vos incluso cuando sé que no querás eso?—preguntó JiSung levantando su cabeza y mostrándole las lágrimas— ¿Por qué seguís insistiendo en que no sos suficiente para mí?

MinHo secó las lágrimas con pequeños besos en las mejillas de Han, recorriéndolas lenta y suavemente. JiSung estaba quieto como una estatua, sentía como su respiración se hacía más lenta a medida que su Hyung cuidaba más de él.

Lee posó sus manos en el cuello del menor, y depositó un tierno beso en los labios de su ardillita.

—¿Esto responde tu pregunta? —interrogó tímidamente, mirando a los ojos de JiSung.

—Creo que no  me quedó claro —rió Han por lo bajo—. ¿Podrías mostrármelo otra vez?      

MinHo sonrió frente al pedido del chico y volvió a darle pequeños besitos en las mejillas.

—¿Sabés que son muy bonitas? —preguntó entre los besos, ganándose una risita tierna de JiSung.