1806

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Advertencias: pedofilia, violaciones, relaciones sexual es explícitas y sin consentimiento.



Disclaimer: Arthur Kirkland pertenece a Himaruya y Martín Hernandez pertenece a su respectivo autor en la comunidad de Latín Hetalia. Hago esto sin fines de lucro, sino solamente el de entretener a quien le guste.



Descripción: Arthur y Martín, tras el primer día de las invasiones inglesas de 1806. Primeramente los criollos quisieron ser colonia británica, pero luego vieron que no. En el caso del shot, Martín acompañó a Arthur voluntariamente, y luego se arrepintió.



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-Po-Por favor, tío Arthur... ¿Q-Qué está pasando?



Esa pregunta, del niño asustadizo que era Martín en aquel momento, murió con un golpe proveniente del mayor. Una bofetada, que había dejado al latino sollozando contra la cama, sentado sobre la misma, debido a la fuerza implementada por el pirata. Pero los llantos de su recientemente adquirida colonia no serían los que detuvieran al corsario de tomar su botín de guerra.



Completamente al contrario, una fina mano que permitía exhibir el guante negro del pirata, se posó de manera burlesca en la barbilla del niño que físicamente no sobrepasaba los seis años. Con una fuerza innecesaria, le levantó el rostro al menor, forzándole a mirarlo a los ojos. Si... el rubio se sentía extasiado solo de imaginar esas esmeraldas cubiertas de lágrimas por todo lo que iba a hacerle.



No. No iba a volver a ser blando con nadie. Lo de Alfred había sido el único desliz que pensaba permitirse. Definitivamente, ser bueno con su colonia solo había desencadenado en su independencia, y no estaba dispuesto a perder más territorios. Si causaba terror en su nuevo hermanito, conseguiría tenerlo siempre a su lado. O al menos, eso era lo que su trastornada cabeza creía, aunque la idea era completamente enferma.



Para hablar, se acercó a su rostro de una manera en la que podía dejar ver sus amenazantes pupilas. Esos ojos verdes, con distintas y curiosas tonalidades en diversas partes, serían los que perseguirían a Martín en muchas de sus pesadillas. Es más, llegarían a ser asociados con los ojos de los monstruos de los cuentos de terror.



-Now, you are mine, Little Plata. -Y su voz sonó tan terminante como quería, lo cual, solo produjo un terror mayor en la colonia- You only can speak in English. And, if you are a bad child, I will be a very bad big brother. Do you understand?



El niño solo había entendido la mitad de las cosas, gracias al conocimiento brindado por su... ¿Tío? ¿Hermano? Ya no sabía que era el mayor. Pero claro, había que recordar que a papá Antonio no le agradaba que sus colonias se juntasen con los demás adultos, y solo lo permitía muy de vez en cuando, estando él presente. Lo que le había enseñado Arthur de su idioma era menos que escaso.



Tras ver que no respondía, el rubio perdió su paciencia. Volvió a abofetearle, dos veces en esta oportunidad. -Answer me! Do you understand?!



Los ojos verdes del rubio reflejaban auténtico terror. Quería volver a estar con España, pese a todo el trabajo extra que le daba, al menos el hispanohablante no le golpeaba tan fuerte. -Y-Yes... I do.



La respuesta tartamudeada del joven pareció dejar a Arthur más que complacido, encontrando cada actitud aterrada de su colonia más excitante que la anterior. Y si solo había estado así por tres golpes suaves, no se imaginaba lo que sería en cuestión de segundos. Pero volvió a ponerse de pie, ordenándole al niño que se quitase absolutamente toda la ropa, y por el tono de voz empleado no era necesario aclarar lo que sucedería si no obedecía. Todo estaba dicho.

One-shots UkArgWhere stories live. Discover now