Capítulo 8: "Sam"

610 52 27
                                    


El ensayo de los Warblers se iba a extender esa tarde. Teníamos las locales casi sobre nuestras espaldas y había mucho por practicar. Esos coros de fondo no iban a hacerse solos.

- ¿Qué tal si pedimos unas pizzas? – propuso Trent.

- Sí, es una excelente idea – Thad estuvo de acuerdo y todos lo imitaron.

- Yo puedo pedirlas – me ofrecí. Lo cierto es que necesitaba algo de aire y no soportaba la intensa mirada que Blaine había puesto sobre mí desde el inicio del ensayo.

Me agradecieron el ofrecimiento y salí al pasillo para llamar. Decidí quedarme un rato afuera, anduve por el hall principal y me senté en uno de los sofás. El encargado de la recepción llegó donde mí, preguntándome si estaba esperando por una entrega. Asentí y salí a recibirlas.

- ¿Sam? – dije sorprendido - ¿Qué haces aquí?

- Ah... ¡Kurt! – saludó, dejando las cajas sobre una mesa a un costado, para abrazarme – Yo... sabía que el nombre de la escuela se me hacía familiar, pero no estaba seguro.

- ¿Trabajas en la pizzería? – quise saber.

- Sí, es... una larga historia – se rascó la nuca – Estamos pasando por una situación complicada con mi familia... y bueno – me dio una sonrisa triste – Soy el hermano mayor y quiero ayudar.

- Eres un gran hijo – lo animé, poniendo mi mano en su brazo – Si necesitas cualquier cosa, puedes contar conmigo.

- Am... sí, sería bueno si pudieras guardarlo como un secreto – Pidió – No quiero que todo mundo esté comentándolo y teniéndome lástima.

- Por supuesto, cuenta con ello – le di mi más sincera sonrisa.

Nos quedamos en silencio un rato, entonces... inevitablemente recordé que en mi listado, Sam era el siguiente. Confiaba en que él accediera, debido a que siempre se mostró abierto conmigo, desde que le propuse participar juntos haciendo un dueto.

- Sam... este... - me retorcí los dedos con nerviosismo – Tú... ¿podrías hacerme un favor?

- Claro, qué necesitas – respondió con total disposición.

- Sé que sonará algo extraño, pero... ¿puedes... darme un beso? – solté, sintiendo mis mejillas arder. El rostro del rubio se sorprendió y luego sonrió divertido – No... no es... no quiero que pienses mal, sólo... estoy intentando confirmar... lo que soy – intenté explicar torpemente.

- De acuerdo – dijo, aun sonriendo.

- ¿De acuerdo? – quise confirmar, tomado por sorpresa.

- Tú me hiciste un favor y ahora yo te lo devolveré – comentó, acercándose a mí.

Yo no supe cómo reaccionar ante su cercanía. Sam es un chico muy atractivo, mucho más que Finn y yo no soy de piedra. Preferí cerrar los ojos, para evitar avergonzarme a mí mismo, haciendo algo estúpido. Sentí sus amplios labios tocando los míos y contuve el aire. Esto estaba pasando y yo no daba crédito de que así fuera. Sin inhibiciones, me besó. No fue sólo un topón de labios como con mi hermanastro, sino que Sam capturó mi boca y me tomó por la nuca, para profundizar el contacto. Yo creí en un momento que me desmayaría, por la osadía de Sam.

- ¿Kurt? ¿Ya llegó la...? – me petrifiqué completamente al oír la voz de Blaine a mi lado. Sam se apartó como un rayo y mi rostro se pintó de rojo. Miré al moreno y sus ojos viajaban de mí a Sam y de vuelta – Am... lo siento – bufó, con una expresión de molestia absoluta – No quería interrumpir.

Sin decir nada, se regresó por donde había venido, dejándonos solos. Yo le di una mirada de disculpa a Sam y él sólo rió.

- Parecía que iba a golpearme en cualquier momento – bromeó él, señalando con su pulgar el lugar donde había estado Blaine anteriormente.

- Es por él que estoy haciendo esto – expliqué, soltando un suspiro – Blaine me dijo que no podía estar seguro de ser gay, hasta que no besara a una chica.

- ¿Lo dice porque besó a Rachel en su fiesta? – yo asentí.

- Ahora él se siente seguro de ser gay – respondí, negando con la cabeza luego.

- Se veía enojado – murmuró Sam, tomando las olvidadas cajas de pizza de la mesita.

- Supongo que él no creía que me tomaría tan enserio su desafío – dije, entregándole el pago.

- Yo diría más bien, que eran celos – afirmó y me dio una palmada en el brazo, antes de marcharse - ¡Adiós!

Yo ni siquiera respondí. ¿Celos? ¿Será que Blaine siente celos? Porque yo los sentiría si lo viera besando a un apuesto chico rubio... Pero, él... ¿Por qué podría sentir celos?

Entré a la sala de ensayos y todos celebraron la llegada de la comida.

- Creí que no llegarías jamás – comentó Thad.

- ¿Por qué tardaste tanto? – se unió Jeff.

- Mas te vale que no estén frías – advirtió Nick.

- Lo siento, resultó que el repartidor era un amigo mío – me disculpé – Y me entretuve conversando.

- Sí, claro – oí como decía Blaine con sarcasmo.

- No están frías, pero tampoco calientes – acotó Wes – Te culpo por eso – me señaló con un dedo. Yo alcé las manos, fingiendo inocencia.

- Yo... yo no tengo hambre – murmuró Blaine, tomando su bolso – Nos vemos mañana – sin siquiera mirarme, se marchó. Nadie notó la actitud del moreno, pues todos estaban demasiado concentrados en comer.

Tal vez sí tiene celos... ¿Pero de qué exactamente?

Challenge Accepted [Klaine]Where stories live. Discover now