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—¡No, de nuevo no

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—¡No, de nuevo no... por favor!, dijiste que solo seria una vez que no volvería a ocurrir— despertó con la respiración entrecortada, respiro profundo. Los recuerdos de aquellas noches la atormentaban, no podía superarlo, no podría.

Entró en una larga y pausada ducha, tratando de que el agua borrará cada recuerdo que no la dejaba avanzar que la tenia en un agujero sin fondo. La puerta sonó tres veces, no se apresuró en realidad no le importaba. Salió secándose el cabello cuidadosamente con una toalla, el correo había llegado la cuentas del agua, de la luz, y un sobre mas que logro que sonriera.

Corrió quitando todo lo que estaba en su pequeña y acogedora cama y lo abrió sin dudar. Recorrió los párrafos como si de un maratón se tratara hasta que llegó a lo que estaba buscando. No sabía si leerlo o dejarlo en espera hasta la noche, tal vez así si descubre que no había sido aceptada podría llorar toda la noche apretando una almohada. Tomó el riesgo y lo leyó sin remordimiento.

Señorita Lana, nos da mucho gusto y placer hacerle llegar en este mensaje. Después de analizar la escena que nos presentó el comité de audiciones a quedado encantado con su actuación. Usted ha sido seleccionada para ser la nueva protagonista de MIRADAS PERDIDAS.

Presentarse en hora y fecha el dia de mañana para hacer el papeleo y comenzar las grabacion.

No podía creerlo, en realidad se había esforzado mucho para poder obtener dicho papel, dias y dias de desvelo para que una de sus metas se hiciera realidad, nada le hubiera podido alegrar el dia como esta noticia. Se percató que festejaba su gran felicidad, sola sin nadie que pudiera decirle, estoy orgulloso de ti, te lo merecías en realidad te esforzarte.

Desde que abandonó la casa del verdugo que se hacía pasar por su tía Gabriela y se mudó a Bond Street, Londres. Debía admitir que antes las visitas a esa casa eran gratas, todo cambio cuando tenia que quedarse temporalmente desde entonces su estadía fue un martirio y mas con la ayuda económica que debía dar cada vez que hacía falta dinero. Sus padres nunca llamaron, seguramente se decepcionaron al enterarse que se fue al cumplir la mayoría de edad para lograr uno de sus mayores sueños en la vida.

No era momento para que se pusiera melancólica, terminó de vestirse y salió del departamento un poco apresurada. Un retardo más en su trabajo y cabía la probabilidad de que la despidieran. No logro llegó más lejos de tres puertas, unas maletas hicieron que tropezara dejándola caer completamente al suelo, se paró como pudo y siguió pero se detuvo al ver que una pareja discutía en la habitación. Se gritaban mutuamente la chica salió hecha una mar de lágrimas y la empujó a un lado.

—Se nota que la educaron bien en su casa— musitó tan bajo que casi fue un susurro, vio cómo se alejaba decidiendo regresar a lo que hacía anteriormente. Debía llegar pronto a ese trabajo.

—¿Que dijiste?— se detuvo al estar casi en la puerta al escuchar esa voz masculina con un poco de burla en ella, decidió seguir e ignorar su comentario.

Eterno Secreto©Where stories live. Discover now