30 Capítulo

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Hoy me casaba yo Andrea de junco estaba yo con a la mano agarrada a samuel mientras que el sacerdote hablaba el me sonreia

El sacerdote se dirige a los esposos con estas palabras u otras semejantes:

Queridos hermanos: Estamos aquí junto al altar, para que Dios garantice con su gracia vuestra voluntad de contraer Matrimonio ante el Ministro de la Iglesia y la comunidad cristiana ahora reunida. Cristo bendice copiosamente vuestro amor conyugal, y él, que os consagró un día con el santo Bautismo, os enriquece hoy y os da fuerza con un Sacramento peculiar para que os guardéis mutua y perpetua fidelidad y podáis cumplir las demás obligaciones del Matrimonio. Por tanto, ante esta asamblea, os pregunto sobre vuestra intención.

El sacerdote pregunta a los esposos:

Sacerdote: Esposa y Esposo, ¿venís a contraer matrimonio sin ser coaccionados, libre y voluntariamente?
Esposos: Sí, venimos libremente.
Sacerdote: ¿Estáis decididos a amaros y respetaros mutuamente, siguiendo el modo de vida propio del Matrimonio, durante toda la vida?
Esposos: Sí, estamos decididos.
Sacerdote: ¿Estáis dispuestos a recibir de Dios responsable y amorosamente los hijos, y a educarlos según la ley de Cristo y de su Iglesia?
Esposos: Sí, estamos dispuestos.

El sacerdote invita a los esposos a expresar su consentimiento, diciéndoles:

Así, pues, ya que queréis contraer santo matrimonio, unid vuestras manos, y manifestad vuestro consentimiento ante Dios y su Iglesia.

Los esposos unen su mano derecha y dicen:

El esposo:

Yo, ......, te quiero a ti, ......, como esposa
y me entrego a ti, y prometo serte fiel
en la prosperidad y en la adversidad,
en la salud y en la enfermedad,
y así amarte y respetarte
todos los días de mi vida.

La esposa:

Yo, ......, te quiero a ti, ......, como esposo
y me entrego a ti,
y prometo serte fiel
en la prosperidad y en la adversidad,
en la salud y en la enfermedad,
y así amarte y respetarte
todos los días de mi vida.

Los esposos unen su mano derecha y dicen:

El esposo: ......, ¿quieres ser mi mujer?
La esposa: Sí, quiero.
La esposa: ......, ¿quieres ser mi marido?
El esposo: Sí, quiero.
El esposo: ......, yo te recibo como esposa y prometo amarte fielmente durante toda mi vida.
La esposa: ......, yo te recibo como esposo y prometo amarte fielmente durante toda mi vida.

Los esposos unen su mano derecha y responden a las preguntas del sacerdote:

El sacerdote:

......, ¿quieres recibir a ......, como esposa,
y prometes serle fiel
en la prosperidad y en la adversidad,
en la salud y en la enfermedad,
y, así, amarla y respetarla
todos los días de tu vida?

El esposo: Sí, quiero.

Tierra De ReyesWhere stories live. Discover now