Luis.

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Cada jueves en punto de las 7 de la noche, llega Luis, un hombre de 42 años, en un auto último modelo negro piano, el hombre apuesto, alto, bien vestido, con traje de diseñador, una gabardina negra hasta los pies, zapatos bien lustrados, reloj de oro, piza corbatas de plata, ojos color miel y cabello negro ligeramente cubierto por canas, tiene porte de caballero, un hombre seguro, rígido, audaz.

Habitación 37, siempre la misma, siempre el mismo pedido, un poco de vino, fresas, chocolates, rosas, aromatizantes de miel, velas por toda la habitación, sabanas rojas, luces tenues, jacuzzi con burbujas, todo preparado para una gran noche.

Cada jueves llega, entra, pide su llave y guía su equipaje hasta la puerta 37, entra cerrando la puerta tras de sí, después de 30 minutos, la puerta se abre, pero el caballero no sale en su lugar, una dama de vestido rojo, cabellera rubia, tacones altos, medias negras, pendientes de oro, perfume de dulce fragancia, sombras tenues, labial rojo pasión y un ligero delineado en sus ojos.

Caminaba meneando sus caderas de lado a lado, se siente guapa, sexi, segura de sí misma; sale y va a su auto, se va unos minutos y regresa, pero no regresa sola, va acompañada de un hombre, siempre uno diferente, pero todos apuestos, altos, adinerados y varoniles con gran porte.

Entran a la habitación, 8:00pm, 9:00pm, 10:00pm, se abre la puerta y salen juntos, el, la besa en los labios, cálido, apasionado, suben al auto, se van.

Ella regresa un par de minutos después, baja del auto y camina a la habitación, después de 35 minutos, de nuevo es Luis, pide que entren a limpiar; entra Amanda una chica de limpieza, de estatura promedio y ojos cafés, comienza su trabajo, Luis listo para salir acomoda su reloj y se acerca a Amanda.

-Tu- le dice en vos baja al oído-jamás me viste aquí- deja en su mano un par de billetes de alta denominación. Nadie puede saber que esconde, que hace cada jueves.

Su familia, Esperanza su esposa, y sus hijos Mario e Ivette, piensan que papa tiene reuniones con grandes accionistas.

Sale de la habitación, camina recto, audaz, serio, se sube a su auto y se va, no se le volverá a ver hasta el siguiente jueves en punto de las 7, en la habitación 37.

FugacesWhere stories live. Discover now