Capítulo 7: Una situación algo incómoda.

3.9K 149 38
                                    

Me separo rápidamente de Tom al escuchar la voz de Alfred.

Qué vergüenza madre mía... cómo me está pasando ahora esto, en serio, cada vez creo más la posibilidad de que estoy maldita o de que me han echado un mal de ojo.

—Al-Alfred... no nada, no estamos haciendo nada, solo me ha entrado una pestaña en el ojo y le he pedido a Tom que me la quite porque no puedo abrirlo —respondo muy sonriente y nerviosa.

—¿En serio pretendes que se crea eso Evans? Será estúpido, pero no tiene cinco años. —Tom mira a Alfred—. Nos estábamos besando y punto. —Me mira—. No tienes por qué dar más explicaciones, no es nada tuyo.

Me quedo boquiabierta, este chico más directo no puede ser, no se anda con rodeos no. A Alfred se le ha descompuesto un poco la cara, no me quita el ojo de encima, a saber qué está pensado ahora mismo de mí.

—¡Eres un maldito cabrón, que le has dado, una poción mágica para que se enamore de ti verdad, seguro que lo has metido en alguna comida, no te basta con tus amiguitas que ahora también te tienes que aprovechar de una chica inocente!

Tom comienza a reírse a carcajadas, nunca lo había visto reírse así.

—¿Crees que necesito utilizar eso para conseguir que una chica se fije en mí? Hacer algo tan rastrero como echar eso en la comida solo lo pueden hacer personajes como tú gusano, yo nunca haría algo así, y menos para conseguir la atención de una mujer.

—¡Entonces le has lanzado algún hechizo! Ven conmigo Valentina, aléjate de él.

Yo estoy aquí observando la escena sin saber bien que hacer y que decir. Alfred coge mi mano para que me vaya con él, pero Tom se lo impide cogiéndome del otro brazo.

—Tú no te la llevas a ninguna parte gusano, te piensas que es propiedad tuya o qué, ella no se va contigo si no quiere.

—¡Ella no sabe lo que está haciendo, está hechizada, a mí no me tomas el pelo Blake! —dice furioso.

—Alfred, Alfred... no me ha lanzado ningún hechizo, ni he bebido ninguna pócima mágica para que me enamore de él —respondo algo avergonzada.

—¡Eso tú no lo sabes! —suelta mi mano.

—Tom, mañana hablamos, que descanses. —le miro seria.

Pero él no me suelta el brazo, solo mira a Alfred con cara de querer asesinarlo lentamente y torturarlo, miro a Tom y con mi brazo libre me suelto de su agarre, él me mira y hay una extraña conexión entre los dos, se toca el cabello nervioso.

—Mañana nos vemos Evans, y en cuanto a ti, ojito con lo que haces o dices gusano, como te dé por contar lo que has visto te dejo sin descendencia —lo señala furioso con su dedo y se marcha de ahí a buen ritmo.

—Alfred, ven, siéntate conmigo.

Le cojo del brazo y nos sentamos en las escaleras. Le comienzo a explicar todo lo sucedido, últimamente tengo que darle demasiadas explicaciones, pero no me apetece nada tener que mentirle e inventar algo, total, yo no siento nada por Tom, ni el por mí, estoy segura, pongo la mano en el fuego si hace falta.

—Seguro que es por alguna apuesta Valentina.

—Sí, yo también he pensado que puede ser eso, pero a saber.

—Es que no veo ninguna explicación del porque te ha besado entonces, él obviamente te odia y tú a él lógicamente. —Yo asiento con la cabeza no tan convencida de eso último—. Pues entonces tiene que ser eso, una apuesta que ha hecho con alguno de su hogar.

—Seguramente será eso sí —respondo algo desanimada—, o simplemente que se aburre.

—¿Y tú porque no te apartas o le pegas un buen empujón Valentina?

Oscuridad, peligro y... ¿amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora