4O.♡

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Thomas tembló al ver a Dylan caminar hacia él con paso decidido. Se puso de pie y recogió sus cosas, listo para irse. Kaya le quitó la mochila donde tenía el móvil, los cigarrillos y el mechero, prohibiéndole marcharse.

-Espera un momento y escúchale, por favor. -susurró la chica, alejándose de ellos y caminando hacia un restaurante de cerca, para dejarles solos.

Mala idea.

Thomas estaba entrando en pánico para cuando el castaño se posó delante de él.

Y justo cuando el rubio iba a ir a buscar a Kaya, Dylan rompió a llorar.

El menor lo miraba confundido, y sorprendido. Por alguna razón desconocida, se sentía mal por él.

- ¿P-Por qué lloras? -susurró, tranquilizador.

Dylan lo rodeó con sus brazos, abrazándolo; -Lo siento, lo siento, lo siento muchísimo.

Sollozó.

-Te quiero, joder. Te amo y tenía miedo porque nunca me había gustado un chico antes. Y que ahora me gustaran dos a la vez me asustó demasiado. -Otro sollozo.- Y que cuando estaba empezando a entender que estaba bien, me dijeras que el chico que me atraía sexualmente y que el que amaba de una manera completamente pura; eran la misma persona, me chocó mucho, T-Thomas. -Apretó más sus brazos alrededor de la cintura del chico. -Lo siento, no quiero que dejes de hablarme, no quiero perderte.

-Dylan. -susurró, correspondiendo su abrazo.

-Quiero besarte, Tommy. Quiero cuidarte y mimarte, quiero darte el amor más puro que jamás nadie pueda darte nunca. Pero también quiero quitarte la vergüenza y que me digas todas esas cosas que me decías por WhatsApp a la cara.

-Y-Yo...

-Perdóname. Por favor, Tommy, por favor.

Thomas sentía que todo esto estaba siendo un sueño, no podía creer que esto estuviera pasando de verdad.

-Ya estás perdonado, Dyl.

Dylan se apartó un poco, aun sin dejar de abrazarle, dejando su cara muy cerca de la de Thomas.

El rubio entreabrió los labios, después de tragar saliva. Los ojos de Dylan bajaron desde sus ojos hasta su boca, y los de Thomas igual. Sus rostros estaban, literalmente, a milímetros.

El vaho de la noche y el frío salía de sus bocas, fusionándose en sólo uno. Las piernas de ambos temblaban tanto que sentían que se iban a caer si uno de los dos rompía el abrazo.

Querían besarse, deseaban besarse.

El menor enredó sus brazos en el cuello del más alto y, mandando su orgullo a la mierda, juntó sus labios con los del contrario.

El beso era suave, lento, cargado de sentimientos. Thomas nunca había besado a nadie, así que tampoco sabía muy bien cuándo y cómo tenía que mover los labios. Sin embargo, para Dylan, eso era tan tierno y bonito que fue el mejor beso de toda su vida.

Para Dylan, Thomas era lo más tierno y bonito que había visto en toda su vida.

威右汚 𝘮𝘢𝘭𝘥𝘪𝘵𝘰 𝘤𝘳𝘶𝘴𝘩.Where stories live. Discover now