Cuando siento tu rostro arroparse junto al mío todo se torna mágico, poderoso. Auténtica magia entre los dos, no existen trucos. Cuando la oscuridad inunda mi jardín resplandece un único farol, la lumbre de tus caricias pone "fin" a mis miedos.
Ladrón de mi tiempo, guardián de mis sueños: te alojas en mi mente, habitas mis pensamientos. Me encuentro desorientada paseando por un laberinto de flores muy pequeñas, mariposas turquesas me acompañan, ya no estoy sola, ya no. El universo es sabio porque nos unió.
De pronto truenos me invaden, comienza a desatarse una tormenta en mi interior. Como si cada sonrisa, fuera un relámpago que deslumbra todo el cielo que hay dentro de mí. Atesoro cuidadosamente con su debido valor cada una de ellas, y allí permanecen.
Lo compruebo, es como si oliera a mañana fresca o a granos de café. Un placer semejante al que se produce cuando percibís un aroma agradable por primera vez.
Aterrizo en tu boca, mi cuerpo desafía a tus manos. Busco hallarte, ser tu compañera y cómplice, explorar que esconden tus cofres ¿Qué te hace seguir cuando ya no deseas continuar?
Te siento respirar muy cerca, me observas, te contemplo y es difícil de expresar. Son brasas ardiendo ¡Me incendio! es la espuma del mar interrumpiendo mi respiración, mi cuerpo no soporta tanto alboroto.
Revitalizas mi fe una vez más, reestableces aquello que creía perdido. Me espanta esta sensación; tengo claro que soy vulnerable a tu amor.
Mientras soles y lunas perduran para iluminarnos incesantemente, la música es nuestra guía en este eterno presente.
Acá estoy una vez más,
apostando todo
si es que alguna vez tuve algo
Ofreciéndote mi total entrega
Mi ego quedó sometido,
no le interesa
ya no teme perder...
Me derrumbo en tu abrazo, desgástame, re-invéntame.
Porque a partir de ahora
amor mío
somos sólo vos y yo.
