Capítulo 4

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Kaito se encontraba en su antigua casa, en su habitación. Era todo como antes, y de pronto el cuadro de su padre comenzaba a girar rápidamente. Daba muchas vueltas como si fuera una puerta giratoria. Kaito se acercó y al tratar de detenerla, cayó por un agujero muy largo hasta que llegó a una habitación completamente oscura. No veía a nadie, hasta que vio que, a unos metros de él, había alguien igual que a él, vestido con el uniforme de su instituto.

—¿Quién eres? —preguntó Kaito.

—Yo soy tú —respondió esa persona.

—¿Tú tienes mis recuerdos?

—¿Estás seguro de querer recordar?

Kaito se quedó pensando por un momento.

—Sí. ¿Por qué no querría?

—Es algo que cambiará tu vida. Tal vez desearás no haber recordado. Puede que no sea lo que esperas. Puede que seas más feliz como estás ahora.

Kaito se asustó un poco con esas palabras. Era como si hubiera pasado algo importante. Eso le dio una gran inseguridad.

—Entonces algo sucedió... Necesito saber qué sucedió. No puedo quedarme con esta incertidumbre sin saber qué es.

—Aún no es el momento.

—¿Cuándo? ¿Por qué no puedo saberlo ahora? ¡Necesito saberlo ahora!

El otro Kaito de pronto desapareció, y el mago se vio en una profunda oscuridad. Empezó a correr desesperadamente, buscándose a sí mismo, pero no encontraba nada, estaba completamente solo.

Kaito despertó muy sobresaltado, con el pulso acelerado y transpirando. Aunque ya se había vuelto común que tuviera sueños, la mayoría eran siempre de noche, generalmente arriba de un edificio. Este sueño había sido distinto a los anteriores. Ahora se sentía angustiado, lo que debía recordar era algo que lo haría sufrir y algo importante. Empezó a pensar en sus pocos recuerdos que tenía: Aoko, la escuela, la noche, la multitud en las calles de noche. La mayoría de sus recuerdos eran cosas cotidianas que había vivido con Aoko.

Exaltado, el mago empezó a respirar profundo para tranquilizarse con sus ojos cerrados. Luego de varios minutos, finalmente volvió a abrir sus ojos.

"¿Por qué...? ¿Qué es lo que sucedió?"

Después de levantarse confundido y demorarse más tiempo de lo normal, bajó a tomar desayuno

—Buenos días Kaito —lo saludó su madre.

—Buenos días.

—¿Pasa algo? Te ves preocupado.

—No... solo que hubiera querido dormir más.

En ese momento, sonó el timbre de su casa.

—Shinichi-kun, bienvenido.

—Muchas gracias, Chikage-san.

Kaito al escuchar la voz del detective, se sorprendió porque era día de semana y Shinichi debía estar en el instituto. Le tomó un tiempo recordar que habían quedado de juntarse ese día. Habían pasado ya las dos semanas desde que le había dicho que se juntaran temprano este día. Kaito miró el reloj de la pared y se dio cuenta que, además de que había olvidado el requerimiento de Shinichi, se había atrasado más de lo que había calculado al quedarse tanto rato pensando en su sueño.

—¿No que siempre eras muy puntual? Llevo mucho rato esperándote —dijo Shinichi al entrar.

—Perdón Kudo —respondió con una sonrisa—. No había recordado que hoy no tenías clases.

AmnesiaWhere stories live. Discover now