"Enfermeria"

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Decidí levantar mi mirada para encontrarme con unos ojos color avellana, aquellos ojos reflejaban procupacion.

-Hey, vamos a enfermeria, esas heridas no se curaran solas, si?

Solo me limite a verlo a los ojos y asentir, fuimos a la enfermeria, una señora castaña, por los 40 años de edad, me atendio y me dijo que tuviera más cuidado con las escaleras, claro, el chico de cabello rojizo quería decirle a la enfermera que unos niños me habian lastimado, la enfermera, al terminar de curarme, se retiro, dejandome solo al de cabello rojizo y yo en aquel cuarto.

-Por que no le dijiste la verdad?- preguntó en un tono dulce y procupado, quizas con un poco de confusión.

-No lo sé - susurre mientras bajaba de aquella camilla.

-Hey, dejame que te ayudo - dijo mientras se acercaba a mi y me ayudo a bajar de la camilla.

- G-gracias - susurre para luego mirarlo a los ojos y dedicale una sonrisa.

Despúes de aquel día, nunca más volvieron a molestarme, volví a tomar nuevamente el papel de "chico invisible", la verdad no me molestaba en absoluto tomar aquel papel.
Pero lo que si me dejo confundido, fue como aquel chico de cabello rojizo nunca volvio a hablarme o siquiera dirigirme la palabra, "solo te ayudó en una situación difícil, olvidalo ya" me repetia una y otra vez para sacarme a aquel niño de la cabeza, cosa que funciono con exito, por un determinado tiempo.
Aquel chico de cabello rojizo, volvio a hacerse presente nuevamenten en mi vida, yo solo era un niño de 4 años queriendo un amigo, o alguien con quien pasar el rato.
En un receso, decidí ir a hablarle, se encontraba jugando en una caja de arena, con una pequeña sonrisa que hacia resaltar sus hoyuelos.

-Hey,h-hola - dije con nerviosismo,  y él levanto la mirada

-Hola - dijo mientras me dedicaba una sonrisa, nuevamente, resaltando sus hoyuelos.

- Bueno, solo queria saludarte y agradecerte nuevamente por ayudarme la otra vez - dije mientras jugaba con las mangas de mi sueter.

- No es nada, tranquilo, ademas, esos chicos merecian una lección por molestar a un chico tan lindo - dijo mientras me miraba con ternura.

No sé si en ese momento mis oídos me jugaron una mala pasada, solo recuerdo que un color carmesí apareció en mis mejillas.
Su nombre era Adam, estuvimos un buen tiempo hablando juntos y nos hicimos buenos amigos, hasta los cinco.
Lamentablemente, nuestra amistad solo duró hasta los cinco, ya que los padres de Adam viajaban mucho, en unos de sus viajes, se llevaron a Adam con ellos, mi madre me explicó que se habian mudado.
Al comienzo, lloré un poco por aquella amistad, luego me olvidé que aquella amistad habia existido, pero no podia sacarme de la cabeza la sonrisa de Adam, sus ojos café claro, sus pecas y los hoyuelos que se formaban al sonreír.

Pasaron lo años, en este momento tengo 10 años de edad, estoy en preparatoria aún, la verdad sigo ocupando el papel de el "chico invisible" solo que ahora tengo una nueva pesona que me acompaña, Rebekah, una chica de cabello color, bueno, basicamemte, no recuerdo muy bien el color de su cabello, no se como describirlo correctamente.
Era como el color de las cerezas, sus ojos eran avellana, y era bastante optimista y alegre, a diferencia de mi, nos conocimos por medio de un proyecto de ciencias, durante una semana hablamos y nos dimos cuenta que teniamos mucho en común, y nos hicimos amigos, es mi única amiga en este instituto, y con eso me alcanza y me sobra.

[...]
- ya estudiaste para el examen de álgebra?- pregunté en un susurro mientras tomaba un libro de aquella estanteria, estabamos en la bibloteca, Rebekah quería encontrar un libro de una saga que leía, yo mientras buscaba un libro que leer para pasar el fin de semana ocupado.
- Algo asi, estoy bastante ocupada con el trabajo - dijo mientras soltaba un suspiro.
- Trabajo?- dije confundido -desde cuando? - dije mientras volvia a la estanteria y buscaba más libros.
- Oh, me olvide de contarte, comenze a trabajar la semana pasada, en esa cafetería que esta a dos calles de aquí - dijo mientras se ponia a mi lado con una pila de libros.
- Creo que fui bastante claro con lo de "tres libros" - dije mientras ponía mis ojos en blanco.
- Ow, vamos, Ty - dijo mientras me miraba con ojitos de cachorrito, una manera de convencerme de hacer algo, no, esta vez no funcionaria conmigo.
- Tres libro, ni uno más - dije en tono frio, una manera de convencerla a ella, pude escuchar un suspiro de derrota.
- esta bien, tu ganas, llevare solo tres - dijo mientras se daba la vuelta para poner los libros en sus estanterias.
Al terminar de elegir los libros que queriamos leer, se los mostramos a la biblotecaria y nos dijo el típico " cuiden los libros, los tendran que devolver en dos semanas, sanos y salvos" a lo que yo y Rebekah asentimos y nos fuimos de allí.
Para ser niños de primaria, ya andabamos solos por las calles y tomabamos el bus y otras cosas.
Claro, la ciudad de New York, era bastante segura, más ya que la mayoría de la población tenia habilidades para defenderse ante alguna situación difícil.

Por estar distraído en mis pensamientos, no pude ver que alguien venia en sentido contrario y choque con aquella persona.
- oh, lo siento, no veia por donde venia - dijo aquella persona con la cual habia chocado, lavante la mirada, conocía esa voz.

-Adam?

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⏰ Last updated: Aug 01, 2018 ⏰

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 "¡Hey, Tyler!"Where stories live. Discover now