cinco.

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j.jk

Dos toques una pausa y otro toque. Mis posibilidades de ser enviado directamente a la mierda debido a la hora eran 100/100 pero en serio necesitaba algo de consuelo y la única persona que me hacía devolver los pies a la tierra además de Yoongi, era Eunji. Las cosas se habían complicado después de la cena, yo era experto en cagarla de maneras magnánimas, eso era un hecho. Y Yoongi estaba al teléfono sabría dios con quién, y siquiera pensar en intentar interrumpirlo me asustaba.

—Más vale que estés muerto para venir a molestarme a esta hora—habló detrás de la puerta para quitarle el pestillo y estudiarme con los ojos adormilados.

Esa noche Eunji lucía como una chica con la que yo saldría. Ella era un puto edén, y lo peor era que me encantaba, era como esa chica por la que todos caen y tu piensas "y una mierda, no voy a caer por ti", y terminas tendido de tapete para que pase sobre ti y no se ensucie los zapatos.
El cabello le caía detrás de los hombros mientras que la playera blanca de Judas Priest le cubría a duras penas debajo de la ropa interior, podía ver aquella pequeña costura de un rosa pastel que probablemente me haría gemir si me dejaba ver por completo. Espabilé cuando carraspeó la garganta y traté de actuar con naturalidad.

—Tengo un problema, sé que no te concierte y que probablemente estés pensando en echarme de una buena vez. Pero confío en que puedes decirme que hacer, porque la estoy cagando.

—Bien, te escucho—encendió la luz y avanzó para cerrar la puerta. Los ojos casi se me van cuando vi el rebote de su trasero al caminar. Que dios me ayudara, me estaba comportando como un jodido adolescente precoz.

—¿No vas a decirme que me vaya a la mierda?—fruncí el ceño extrañado.

—¿Puedes dejar de vacilar así?—tomó los shorts de color gris y me privó de seguir fantaseando descaradamente.

—Sí, lo siento. Es sobre Aera...nosotros peleamos porque no sabe como...chupármela—me senté en el borde de su cama.

Contarle mis problemas sexuales a Eunji era sencillo, porque no me avergonzaba ser yo mismo, era como estar tratando con Yoongi sólo que con pechos y un lindo y regordete trasero. Era fácil.

Mis ojos siempre iban y venían cuando se trataba de ella, pero era porque siempre estaba siendo tan misteriosa. Así que simplemente terminé apoyando la mirada sobre los cuadernos de dibujo que había alrededor de sus cobijas, la cigarrera de color turquesa que tenía grabada sus iniciales y el frasco de pastillas transparente.
Eunji era ordenada hasta la médula, igual que Yoongi. Su habitación no tenía nada colgado sobre las paredes, en el escritorio había cientos de libros de diferentes tamaños y presentaciones, todos adecuados a dimensión. El ordenador en el medio y sobre las repisas interminables que Yoongi había instalado un mes antes, había cuadernos de dibujo, lápices de colores (tantos como pudieran imaginarse), crayones, pinturas en aerosol, pinturas en tubos y frascos de distintos tamaños. Carboncillo, trozos de tela, pinceles, paletas de madera, espátulas y otras cosas que no podría describir para que era que se usaban, pero estaba seguro de que eran propias de un artista visual.
Todo el interior era blanco, todo se veía impecable y pulcro. Ella era sumamente cuidadosa

—Discúlpate y trata de ser exacto con lo que no te gusta. Hablo de ser meticuloso y no dejar pasar ningún detalle, si no lo haces, eso va a terminar jodiéndose.

—¿Cómo debería de iniciar?—me rasqué la mejilla debido a la incomodidad.

—No soy la mejor persona para darte una cátedra sobre ser sutil—sonrió de lado—. Pero supongo que puedes comenzar yendo definitivamente al punto, la has cagado yendo al punto, arréglalo yendo al punto.

Ella sabía perfectamente como dar en el clavo, me había hecho sentir seguro en cuanto me miró sobre el marco de la puerta. Y probablemente eso estaba muy mal.

—Hay otra cosa, que me tiene...preocupado, no vayas a pensar que estoy saboteando pero...

—Jungkook, trastabillar no está permitido conmigo. Ve al jodido punto, quiero ayudarte pero sabes que soy impaciente—sus ojos se achinaron un poquito, como si estuviera disculpándose por ser así.

—Bien, sí, lo siento—coloqué las palmas hacia ella para exculparme otra vez—. Me preocupa que estés tan cerca de Park, sé que sabes el tipo de sujeto que es, pero no puedo evitar sentirme inquieto cuando sé que estás con él. No soy tu padre y probablemente no vayas a tomar en cuenta lo que estoy diciendo porque hace años que no te veo, y sé también que no necesitas un sermón sobre como cuidar tu corazón, pero no quiero que vayas a quedarte colgada por alguien como Jimin.

—Bueno, gracias por preocuparte... pero, Jimin no es como tú ni yo soy como Aera, no pretendo quedarme el resto de mi vida con él. No tienes de que preocuparte, debo decir que él es genial, quizá empatizamos a la perfección porque ambos lucimos como si fuéramos unos hijos de puta—se quedó pensativa—. Pero nos entendemos—me miró incomprensible—, como Aera y tú, aunque no me caiga demasiado bien lo entiendo.

—¿En serio?—respondí sarcástico—, ni siquiera lo he notado.

—Idiota—sonrió, al fin me sonrió—. Es sólo, que hace sentir asfixiada, odio tanto que actúe como si fuera estúpida, porque ella es bonita, Jungkook. Aunque sé que eso lo sabes de sobra, probablemente sea una de las razones por las que estés con ella, pero me parece que lo suyo iría en ascenso si le dices que está comprobado científicamente que las rubias no son unas estólidas huecas.

—Voy a tomarlo muy en cuenta, lo prometo—suspiré—. Aunque me pregunto, ¿Jimin siquiera puede atarse los zapatos él sólo?

—Y las zapatillas de ballet también—me guiñó. Si ella seguía teniendo actitudes como esas, me iba a dar un paro cardíaco y fálico—. De hecho deberías de ver lo bien que se le ve el culo con aquellas mallas, de otro mundo—admitió inocentemente.

—Parece que él te gusta demasiado, porque yo no le he visto absolutamente nada de culo, nunca.

El hecho de que no respondiera mi pregunta sobre sus sentimientos por él me hizo sentirme nervioso, por alguna razón me sentí como si tuviera miedo de no saber la respuesta, pero tuviera todavía más de saberla.

—Sé que estás mintiendo—me señaló acusadoramente—, te conozco.

—Bien, bien, quizá se lo he mirado una o dos veces—admití ofendido—. Pero nada de otro mundo, en lo más mínimo.

Volvió a reír y me sentí contento, como si recupera todo el tiempo perdido fuera más sencillo de lo que imaginé. Podría acostumbrarme a momentos así en un dos por tres me sentí tan cómodo que ni siquiera supe cuando me quedé dormido.
El sol entró por la persiana a libertad, pegando todo sobre mi rostro. Coloqué la mano al frente y me cubrí para poder abrir los ojos. Cuando giré el rostro de a poco contuve el aire en un instante, Eunji dormía a milímetros de mí, su respiración incluso chocaba con mi nariz mientras que mi mano libre yacía sobre su cintura.

—¿Podrías soltarme?, tengo que ir al baño.

Aparte la palma como si la superficie que estaba tocando hirviera. Contoneó las caderas fuera de la habitación y mis pantalones se sintieron ajustados sobre mi entrepierna.
Dormir con una chica no era el problema, el problema era que era Eunji.
Respiré profundo y salí tan rápido como mi habilidad motriz me lo permitió, estaba avergonzado.

Debo decir que me resulta más divertido y fácil escribir las partes de Jungkook por alguna razón jaja.
Gracias por votar.
SARANGHAEEEEEEEEEEEEE 💖

sᴡɪɴɢ|ᴊ.ᴊᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora