¿Lindos?

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Acabo de despertar y estoy desnuda, sobre una manta blanca, con Juan Luis a mi lado en las mismas condiciones y otra manta blanca qué nos arropaba. En el momento en qué me vi dónde estaba, di gracias a Dios porqué estábamos en el jardín cerrado y no el del frente de la casa, porqué cualquiera nos pudo haber visto, aunque por aquí no hay muchas casas y están muy separadas, pero uno nunca sabe.
Ayer Juan Luis me preparó un lindo y muy romántico desayuno en la piscina, hoy yo quería hacer algo para él, pero no quería arruinar alguna sorpresa qué el tuviese para mí, pero él seguía dormido y si estaba dormido era porqué no tiene ninguna sorpresa. Así qué busqué mi ropa y entré a la casa, subí las escaleras y tomé un baño rápido, me salí del baño, me Sequé, me puse crema corporal y la ropa interior, me puse un conjunto deportivo negro y una chaqueta de camuflaje, bajé y caminé hasta la cocina, revisé todo, no habían indicios qué me dijeran qué Juan Luis tenía alguna sorpresa, entonces me dispuse a preparar el desayuno para ambos, cuándo ya estaba listo todo lo serví en la mesa del comedor y fui a despertar a Juan Luis.

•Juan cariño, despierta - dije mientras acariciaba el búho en su brazo derecho - Amor, despierta - ahora besé el león en pectoral derecho - Juaan - y por último y lo más efectivo besé la corona debajo de su oreja derecha y ahí despertó
•Buenos días princesa - dijo él
•Buenos días mi amor - dije - Ven preparé el desayuno - dije levantándome de la manta
•¿Ya no habíamos hablado de esto? - preguntó Juan Luis y aunque sabía a lo qué se refería
•No, hablamos de qué hacías muchas cosas lindas por mí y yo no hacía nada para agradecerte - empecé - El preparar el desayuno para ambos no tiene nada qué ver - expliqué
•Si lo tiene, yo debía preparar el desayuno, no tú - dijo
•Bueno, bueno, ya lo preparé y me ha quedado riquisimo, así qué vistete y vamos a comer - dije y eso hizo, no sin antes ir a cepillar sus dientes.

Juan Luis y yo nos sentamos a desayunar mientras platicabamos, uno qué otro beso apeteció durante el desayuno y muchos mimos.
Al terminar de comer Juan Luis se fue a dar un baño y yo me cambié con unos jeans rotos debajo de las nalgas, un crop top negro y unas sandalias altas negras de tacón corrido, me maquille normal y dejé mi cabello suelto, me puse una diadema de gatito y ya.
Juan Luis había dicho qué saldríamos a conocer un poco, así qué esperé a qué él estuviese listo y nos fuimos.

•El viaje durará una hora y media o menos - dijo Juan Luis
•¿A dónde iremos? - Pregunté
•Ya verás - dijo Juan Luis

Y sí, no fue broma de Juan Luis, el viaje duró una hora y media, pero el lugar dónde estábamos lo recompensaba todo el tiempo de viaje.
Estábamos en un zoológico safari, es decir qué los animales no estaban encerrados y qué podíamos interactuar con ellos desde muy cerca, lo qué me encantó, pero también me dio un poco de miedo por los animales grandes.

•Vamos mi amor - dijo Juan Luis y tomó mi mano para entrelazarla con la de él.

Juan Luis y yo caminamos hasta la taquilla de las entradas e hicimos una pequeña fila, cuándo nos atendieron Juan Luis dijo...

•Hola, compré las entradas por internet hace cómo un mes - explicó a la chica de la caja
•Está bien, ¿a nombre de quién están las entradas? - preguntó ella.
•Juan Luis Londoño - dijo, la chica tecleó varias veces y dijo
•Si, aquí están - dijo pasándole nuestras entradas
•Muchas gracias - dijo Juan Luis y caminamos de nuevo

Entramos al Zoológico y ahí me enteré de qué Juan Luis había contratado a un chico para qué nos diera un tour por el zoológico, era trabajador del mismo, pero su trabajo era un pago adicional, junto con nosotros iban cómo diez personas más.
Empezamos el recorrido motandos en un carrito decorado con rayas blancas y negras cómo las cebras, dentro de éste vimos obviamente las cebras, los rinocerontes, los canguros y demás animales.
Después de una largo y divertido recorrido por el zoológico fuimos a la zona de los camellos, Juan Luis y yo nos montamos en uno, porqué me daba un poco de miedo ir sola, así qué Juan Luis me acompañó. Mientras íbamos en los camellos, el chico encargado del tour nos platicaba datos sobre ellos y nos tomábamos fotos. Luego de eso llegó la hora de almorzar y el chico nos guió hasta un lindo restaurante, no tenía nada qué ver, nada diferente a los demás o eso creía yo; Algo qué me gustó mucho fue qué Juan Luis pidió qué nuestra mesa estuviese junto a la ventana, porqué según él, era más romántico, la ventana o el gran ventanal daba a una especie de selva, no le tomé mucha importancia, hasta qué sirvieron nuestra comida unos curiosos amigos se empezaron a asomar por el ventanal, eran leones, también tigres de bengala blancos, eran preciosos, cuándo los vi miré rápido a Juan Luis y él rió.

•¿Lindos no? - dijo él
•¿Lindos? ¡Mi amor son preciosos! - dije emocionada y Juan Luis rió - ¿Tú sabías qué esto pasaría? - pregunté a Juan Luis y él asintió
•Si, sabía qué eso pasaría y sé todo lo qué pasará en éste viaje - dijo él - También sé qué te encantan los tigres y los leones, esa es la principal razón de venir a éste zoológico, porqué nos ofrecerían comer en éste restaurante y esto pasaría - explicó
•Gracias bebé - dije y lo besé.

Juan Luis seguimos hablando y luego a eso de las cuatro de la tarde nos mostraron una de las actividades más aclamadas del zoológico, era estar encerrados en una jaula con un grupo de personas mientras los tigres y leones caminaban al rededor de está, así sentiríamos lo qué sienten ellos al estar encerrados y siendo observado por los humanos, esa experiencia me gustó bastante, era algo muy reflexivo.

Mi verdadero amor (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora