~Capítulo 1~

36 11 13
                                    

Joven desaparecida de Nueva York, se acepta cualquier tipo de información.

Estos mismos carteles llegaron a todos los rincones del pueblo.
Aunque sólo habían pasado 2 semanas desde la desaparición de la joven, la gente empezaba a ir en grupos por temor a ser secuestrado. Ya nada volverá a ser igual, pensaban algunos, aunque resultaba evidente, no secuestran a alguien todos los días.
La joven, de unos quince años, se llamaba Leila Evans. Leila es la chica popular, la animadora... O al menos lo era.
Rachel, al igual que la mayoría de gente, era su amiga. Costaba acostumbrarse el no ver a Leila por los pasillos cada día, con su cabello dorado , ondeado por el leve viento de las ventanas abiertas.

En ese momento, Rachel, estaba de camino a casa de Leila, devido a que su madre la había invitado. No había motivo alguno para invitarla, pero la señora Evans, siempre había demostrado un poco de locura desde la desaparición de Leila.

Leila vivia en el "Soho". Su casa no estaba muy lejos, pero prefería aligerar el paso.
Aunque Rachel no tenia el miedo de los demás, si tenia la precaución, más vale prevenir que curar.
Las calles se vaciaron en cuestión de minutos. Rachel, era la única que todavía tenia la valentía de caminar por el "Soho" a aquellas horas, aunque, poco a poco, empezaba a sentir añoranza de la compañía de alguien.

Aún siendo todavía menor de edad, su padre siempre le dejó ir sola. Su padre era abogado, y estaba siempre fuera. Ella siempre había pensado, que si la quisiera, tuviese al menos tiempo para su hija, pero ¿Como preguntárselo si ni siquiera lo veía? Al ser así de distante con ella, Rachel ya se acostumbró a no tener atención, se desprendió del amor al igual que de su madre, y decidió que una aventura como aquella lo arreglaría.

A las ocho en punto, la hora de la quedada con la señora Evans, Rachel se plantó delante de la puerta de roble y tocó al timbre. Pocos segundos después, la madre de Leila, apareció y la invito a entrar, cerrado la puerta con llave detrás de ella.

—Rachel, menos mal... No podía aguantarlo más— Dijo la señora Evans con un toque de preocupación en su voz.
—¿Que pasa, señora Evans?
—Es sobre... Sobre tu madre y Leila— Continúo a punto de dejar córrer algunas lágrimas por sus mejillas.

A Rachel se le enrojecieron los ojos.
Su madre murió hacia unos cuantos meses , pero no podía soportar cuando la gente le preguntaba "¿Estás bien?" o cuando simplemente la mencionaban. Todavía estaban investigando la causa de la muerte, pues solamente habían encontrado el cuerpo. Esa era otra de las razones por las que el Soho , en Nueva York , está tan vacio últimamente...

—Escucha, esto es importante. Leila no ha desaparecido.— Siguió la señora Evans, convencida.
—No... Eso es mentira. Claro que ha de-desaparecido, sinó hubiera vuelto...¿verdad?— se questionó Rachel.

La señora Evans la miró con una sonrisa. Rachel no entendía el porqué.

— Rachel, —continuó la madre de su amiga— no hace falta que lo entiendas, por ahora.

Rachel la miró extrañada.
Dicho eso, la mujer que estaba en frente de Rachel giró sobre sus talones y de una mesita cercana cogió una cajita plateada con una letra estampada en el centro: "F" y se la entregó en las manos.

— Tu madre me lo dio para ti. ¿Alguna vez te preguntaste porque murió tu madre? Esta es la oportunidad para saberlo. Solamente tienes que abrirlo.

Rachel abrió la caja. Al hacerlo le temblaron las manos. Era una anillo con una piedra plateada incrustada en el medio.

—No puedo... — sentencio Rachel
—No, claro que puedes. Debes aceptarlo. — sentenció con mirada comprensiva— Este anillo de poder es para ti.
— ¿De poder? Lo siento Claire pero de verdad no entiendo lo que me quieres decir.—

La señora lo cogió, y acto seguido, se lo colocó a Rachel en el dedo corazón.
El anillo emitió un fuerte destello, al hacerlo.

—Increíble... Sencillamente maravilloso....— dijo la señora Evans por lo bajo.
—Señora Evans... Tengo que volver a casa pronto , se lo prometí a mi padre... Yo...—
—Ya se lo explicaré después, tienes que irte ya.— continúo.

La señora Evans la agarró fuertemente del brazo izquierdo, y se dirigieron hacia el cuarto de su desaparecida hija.

El cuarto de Leila reflejaba completamente su personalidad. Las paredes eran claras y el suelo era de madera. Había un escritorio, con un hermoso espejo con marcos dorados y plateados con pequeñas serpientes talladas, formando un óvalo encima. La habitación ( para no ser utilizada ) se conservaba muy bien.

La señora Evans se dirigió hacia las serpientes doradas y plateadas. Las cabezas, una junto a la otra, se miraban mutuamente. Ella agarró las cabezas, y las giró, haciendo que estas encajaran con el cuerpo de la serpiente vecina.
Un rayo de luz plateada hizo que las cabezas y el cuerpo de los animales se sellara completamente. Unos segundos después, sus ojos se volvieran plateados , y la boca de una de ellas se abrió.

—¿Contraseña?— pidió la serpiente
— La verdad trae mentiras — termino la señora Evans
—Señorita Fox, será un placer guiarla, atraviesa el portal— dijo la voz garve de la serpiente.
—¿Que?—
—Atraviesa el portal— repitió

El cristal se desvaneció, dejando en su lugar un portal de color verdoso, cuyo centro tenia una espiral que giraba.
Rachel no se lo pensó dos veces. Cogió carrerilla para impulsarse y dando un salto, se metió dentro.

•. •. •. •.

Holaaaaaa✨💕
Espero que os guste este nuevo libro que estamos escribiendo, no creemos que nos lea mucha gente así que si os gusta os animamos a compartirlo con más gente❤️
-G

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Aug 02, 2018 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Between two worlds✨🌍Where stories live. Discover now