Capítulo 6:

41 2 5
                                    

Desperté sobresaltada, empapada de sudor y eso no era normal en mí, al mirar a mi alrededor me dí cuenta qur no me encontraba en mi cama ¿Era un sueño? No lo sabía, pero encontré un rostro familiar en aquella habitación, esos ojos penetrantes color azul y esa piel pálida sólo podían pertenecer a una persona: Cedric.

-¡Cedric!- grité; él no parecía escucharme o me ignoraba, me traté de levantar pero estaba atada a algo, no podía verlo por falta de luz, pero sí lo veía a él, mirándome fijamente.

-Jeannie....- murmuró acercándose con pasos lentos hacia mí, no entendía porque estaba con él ¿me había secuestrado?

-¿Qué has hecho? ¿Por qué estoy aquí? -se sentó a mi lado acariciando mi cabello, yo negué con la cabeza para que dejara de hacerlo.

-Tengo que cumplir con lo que prometí...antes de que sea tarde- dijo con una expresión dura, nunca lo había visto así, se notaba enojado o al menos molesto.

-¿A qué te refieres? -levanté la voz desesperada; quería saber.

-Tengo..tengo que matarte, Jeannie. -soltó cómo sí fuese una palabra muy fácil de decir. Sentí un nudo en la garganta y otro en el corazón, no podía hacerme esto, ¡Él no!

-¿Por qué? ¿Por qué yo? -se cristalizaron mis ojos, fui tan estúpida al pensar que él me gustaba, ¡sólo ha querido matarme todo este tiempo!

Pero no respondió, sólo se quedó en silencio, los dos nos quedamos en silencio, pero sin previo aviso, se acercó más y corto la ditancia entre nuestros labios, los suyos eran fríos y duros, tomó mi barbilla sin separarse y sólo le seguí porque tendría que hacerlo antes de morir, eso era lo que quería, pero no duró mucho porque después de un instante, se separó. Mis labios ahora estaban fríos.

-¿Por qué fue eso? Te gusta Zeena, los vi besándose, ¿Lo recuerdas? -le dije y él sólo soltó una pequeña risita burlona negando con la cabeza.

-Siempre me has gustado tú Jeannie, no puedo matarte, tengo más instinto de protegerte que destruirte, tú hermana era el único para estar junto a ti sin que lo notaras, pequeña tonta.

No sabía que decir. ¿Confesarle también mis sentimientos a la persona que hace unos minutos quería matarme? Emmm, no.

Desamarró mis manos y moví mis muñecas sintiéndome libre, aún estaba junto a él, me cortaba la respiración.

-Salgamos de aquí antes de que sea tarde.-dijo y me tomo entre sus brazos, sólo me quedé en silencio pensando en todo lo que ha pasado este tiempo, salimos de lo que parecía una cueva, pero parecía que alguien nos estaba esperando.

-Vaya...vaya, Cedric, has cumplido tu misión, ¿no? Has encontrado al elemento. -era la voz de una mujer que no conocía, Cedric me bajó de sus brazos y los dos miramos a la mujer rubia, era guapa, y tenía un parecido notable con mi hermana, seguro que él la conocía de algún lado.

En el mismo infierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora