Capítulo 2

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Izuku miró a los dos chicos que estaban en su departamento, miró a su alrededor un instante y confirmó que sí, esa sí era su casa.

—Disculpen... —comenzó a decir, confundido— ¿Quiénes son ustedes...? ¿Cómo entraron a mi casa...?

Los dos intrusos, que hasta ahora habían estado congelados por la sorpresa, se miraron y luego en un movimiento rápido corrieron hacia el dormitorio y cerraron la puerta.

—¡Esperen! —gritó Izuku y fue tras ellos, pero cuando deslizó la puerta corrediza vio con horror que no había nadie allí.

No había ventanas por donde pudieran escapar, el armario estaba vacío. Los buscó en cada rincón de la diminuta habitación, pero no había nada, nadie. Era imposible que fuera sólo su imaginación. Volvió a la cocina, las verduras picadas aún se encontraban allí en la mesa, y él no las había cortado antes de salir, ¿o sí? Se quedó un momento congelado pensando. «Yo llegué y dejé las bolsas en la mesa, luego salí a comprar el cuaderno... ¿O saqué las compras y corté las verduras? No, no, ¿por qué habría de cortar las verduras? No tenía pensado comerlas, ¿o sí? Iba a almorzar eso, ¿será que...? No, no, eso no explica a dónde fueron esos chicos...». Definitivamente había algo demasiado raro en esto.

—¡Hola! ¡¿Están aquí?! —preguntó en voz alta, pero nadie contestó— Si se están escondiendo, pueden salir, estoy seguro de que es un malentendido, no llamaré a la policía.

Silencio. Izuku esperó un momento y luego se sentó en el tatami frente a la mesa. No había forma de que esto fuera sólo su imaginación. Tomó el cuaderno que acababa de comprar y anotó en él.


          «15 de marzo: escuché voces y susurros en la noche, como si personas conversasen en la sala».

          «16 de marzo: una chica y un chico estaban cocinando en mi departamento y luego desaparecieron. La puerta estaba cerrada con llave».


Miró lo que había escrito por un momento y luego lo borró furiosamente. ¿Qué estaba pensando? No podía dejar que esto se le subiese a la cabeza, probablemente era todo una confusión, debía haber una explicación lógica, tal vez tenía fiebre o estaba a punto de enfermarse. Respiró profundo y se retiró de la habitación, bajó hasta la tienda y fue a ver a la señora Chiyo, necesitaba distraerse.

La pequeña ancianita estaba atendiendo a unos clientes, ni bien vio a Izuku le pidió que le ayudase a alcanzar las estanterías más altas y a ordenar unas cosas. Trabajó un rato más hasta despejarse y luego la pareja lo invitó a almorzar con ellos.

Luego de almorzar subió hasta su departamento, giró la perilla de la puerta con miedo y entró. No había nadie allí, todo estaba donde lo había dejado. Se sentó a la mesa e intentó recapitular lo que había sucedido, ¿quiénes eran esas personas? Nunca las había visto antes; una chica de cabello corto marrón y un hombre grande y musculoso. No eran vecinos. ¿Acaso había estado soñando despierto? Finalmente razonó que lo mejor sería olvidar el asunto por el momento para no volverse loco ni molestar a nadie con sus fantasías, si en verdad pasaba algo sobrenatural seguramente ocurriría de nuevo, y esta vez estaría preparado.



Esa noche durmió tranquilo, sin ningún ruido, ni susurros, ni ninguna clase de perturbación extraña, lo cual fue decepcionante para su insomnio y su estado de alerta puesto al máximo. Por la mañana despertó cansado y con ojeras, creía que tal vez había escuchado algo, pero lo más probable era que sólo fuese su imaginación y sus ganas de que sucediese. Tal vez extrañaba su hogar y esa era alguna forma loca de su cerebro de compensar la falta de contacto con gente joven, extrañaba a sus amigos y en verdad le asustaba un poco tener que construir nuevos lazos en la gran ciudad...

Aun así, algo dentro de él le decía que las cosas no eran del todo normales en ese lugar. El resto de la mañana se la pasó realizando las tareas diarias como ayudar a la pareja de ancianos a hacer las compras y limpiar, pero además ideó un plan para poner a prueba si es que en verdad no estaba solo en esa casa.

Luego de almorzar con los ancianos juntó todos los recibos de las compras de ese día, incluyendo los de la pareja, y los agrupó junto a una gran variedad de ítems, entre ellos cosas dulces, ropa, papeles, juguetes, todo lo que encontró a mano; los contó, los anotó y luego los esparció por el piso. «Muy bien, la chica estaba leyendo el recibo y el chico cortaba las verduras... Además el otro día encontré ese envoltorio, y yo definitivamente no me comí eso...» pensaba Izuku mientras desparramaba las cosas. El plan era simple, salir por unas horas de casa y al regresar ver qué faltaba, qué sobraba o qué se había movido, y esta vez si algo así sucedía llevaba agendado el estado de cada cosa en su habitación. Sí, era un poco loco y un poco enfermizo, pero tenía que quitarse esa duda.

Una vez que terminó de «ordenar su desastre» fingió una llamada telefónica y dijo en voz alta que estaría fuera unas cuantas horas, juntó unas cosas y luego salió, pero antes de salir dejó su teléfono celular enchufado al cargador grabando todo lo que ocurriese en la sala...



Izuku volvió a casa cuatro horas después de haber puesto en marcha su experimento, en ese tiempo aprovechó el tiempo para caminar, despejarse y leer en el parque algunos de los libros que necesitaría para la secundaria. Intentó no pensar en lo que estaba ocurriendo en su departamento, y afortunadamente pudo concentrarse en sus estudios, pero ahora era momento de enfrentar la verdad.

Cuando llegó a su hogar lo primero que hizo fue trasladar el video que su teléfono había grabado a su ordenador portátil, mientras tanto recogió todas las cosas que había esparcido prestando mucha atención a lo que faltaba y lo que sobraba. «Falta un caramelo... Estos recibos estaban doblados a la mitad y ahora están extendidos... El espejo estaba mirando hacia abajo y ahora mira hacia arriba... Alguien estuvo aquí».

Una hora infernal transcurrió hasta que el pesado video de cuatro horas terminó de copiarse al ordenador, estaba atardeciendo. Izuku respiró hondo y se preparó para ver con atención qué había ocurrido en el tiempo que estuvo fuera. Los primeros cuarenta minutos fueron totalmente aburridos y los reprodujo con triple aceleración, pero en el minuto cuarenta y dos vio algo que lo dejó desconcertado...


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⏰ Letzte Aktualisierung: Aug 05, 2018 ⏰

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Con los siete pecados [Boku no Hero Academia - Participativo]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt