Morgan Bennington

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Nací en Owatoma, una pequeña ciudad situada en el estado de Minnesota, Estados Unidos. Mi vida nunca fue fácil, pues vengo de una familia desestructurada. Mi madre era dueña de una empresa textil poco conocida, no ganaba mucho dinero de ello, y por eso decidió empezar a trabajar en una pequeña cafetería de la ciudad, mi padre era general en el Ejército Estadounidense, por lo que era un hombre muy estricto y serio, no le gustaba la gente a la que él llamaba "básicos", que según él, fue en lo que me convertí.

En el año 2042, mi madre murió, cuando yo sólo tenía 16 años. Un año antes de su muerte, los médicos descubrieron que padecía de cáncer de hígado, pero cuando lo encontraron estaba en fase terminal, por lo que ya era demasiado tarde.

Después de su muerte, caí en depresión, ya que mi madre era la única persona que confiaba plenamente en mí. Empecé a cambiar mi estética y comencé a tatuarme y hacerme piercings, y eso a mi padre le horrorizó, puesto que siempre he debido seguir sus normas.

Un año más tarde y tras juntarme con malas compañías, hice algo que cambió mi vida de un momento a otro, le dimos un paliza a un inmigrante inglés que encontramos por la ciudad. Yo no quería hacerlo, pero los que por aquel entonces yo consideraba mis amigos, me obligaron a pegarle para después robarle una pequeña cartera en la que tan solo había un billete de 50 dólares y una foto del que supusimos que era su hijo. Cogimos su carnet de identidad, se llamaba David Wilson. No le dimos mucha importancia, así que huimos, dejando a aquel hombre delirando en el suelo.

Esa misma noche, nos detuvo la policía por lo que habíamos hecho. Yo intenté excusarme como pude de aquel suceso, pero nada sirvió, así que me pusieron una multa y uno de los agentes me llevó hasta mi casa. Y ahí estaba yo, en la puerta, con la mirada furiosa de mi padre clavada en mis ojos. En ese momento supe, que yo misma había arruinado mi vida por completo.

Al día siguiente, mi padre decidió alistarme en el ejército sin previo aviso, a modo de castigo por lo que hice. Fui a los entrenamientos de batalla que impartían a los soldados durante dos años, por lo que me enseñaron a manejar armas y a moverme por el lugar por si en algún momento estábamos en situación de guerra. Y fue entonces cuando sucedió lo que nadie se imaginaba, estalló un concepto bélico a escala mundial, pero no fue una guerra normal, si no tecnológica.


















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⏰ Last updated: Aug 07, 2018 ⏰

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Grabado a fuegoWhere stories live. Discover now