✿Pétalos que se llevó el viento✿ (2)

120 14 12
                                    


    —¿Quién eres tú?

    El mencionado se mordió el labio con suavidad.

    —Me llamo Namjoon... Kim Namjoon —dijo, con un poco de miedo y frotándose los brazos—. ¿y tú?

    —Oh... yo soy Kim SeokJin, un gusto, supongo. Pero ese no es el punto —dijo firmemente—, ¿por qué estás aquí? ¿Sabes que mis abuelos pueden demandarte? ¿Dónde están tus papás?

    El pequeño Namjoon volteó a ver otro lado, frunciendo cada vez más el ceño, Jin pensó que quizá fue grosero, sólo un poco. Pero se confundió aún más cuando al menor le empezaron a salir pequeñas gotas de un líquido salado de sus ojos y soltaba jadeos para nada discretos.

   —Hey... —suavizó su voz y se dirigió al contrario para abrazar sus hombros— ¿Pasa algo? ¿Fui muy firme? ¿Dije algo que no debí...? Lo siento.

    No recibió respuesta. Simplemente, el cachetón se lanzó hacia él y rompió en llanto. Actuó por instinto, porque no se lanzaría a un desconocido sin más. Pero necesitaba consuelo.

    Después de un minuto, una silueta se aproximaba a ellos. Cuando ya estaba a unos pocos metros, Jin pudo darse cuenta que era una de las mucamas. Volteó a verla con una sonrisa forzada, mordiéndose el labio. Namjoon aún seguía llorando, pero tratando de hacer el menor ruido posible. Ella arqueó una ceja.

    —Su llanto se escucha en todo el pasillo y parte de la sala —miró de reojo al más pequeño—. ¿Quién es?

    —Ja ja ja... —claramente, fingió una risa— Qué gracioso, tampoco sé quién es. Yo estaba en el baño, cuando del otro lado escuché su voz y vine a investigar —rascó su nuca—. Se llama Kim Namjoon. Es lo único que dijo.

    La mujer pensó unos segundos con los brazos cruzados.

    —Entonces, pequeño Jin, ¿no sabe por qué está aquí y por qué comenzó a llorar? —el otro negó con la cabeza— Bueno... creo que debería irse ya. Estoy segura que al Señor Kim no le agradará tener visita de un desconocido, y menos a estas horas.

    —¡¿Eh?! ¡Pero mira su estado! ¡Capaz que no tiene a dónde ir! Y con este frío...

    —¿Se va a arriesgar a que lo castiguen por traer desconocidos a la casa?

    —Pues sí. No lo dejaré en la calle solo.

    Llamaron a la puerta. Jin se sobresaltó del susto.

    —Puede pasar. ¿Qué se le ofrece?

    —Con permiso —abrió la puerta una mucama y sólo asomó una parte del cuerpo—. Joven Seokjin, un muchacho vino a verlo.

    —Oh... dile que me espere en la sala, bajaré en diez minutos.

    —Em —la mujer asintió— Perdóneme que pregunte, pero... ¿quién es él?

    —No hay problema. Él era aquel chiquillo que, a los diez años, se quedó sin familia ni hogar. Desconsolado en una helada Noche Buena.

    —No me diga... ¡El pequeño Kim Namjoon! Bueno, ahora ya no tan pequeño. ¡Vaya que ha cambiado bastante! 

    —Sí.

    —E-en fin. Con su permiso, joven Seokjin —estaba a punto de cerrar la puerta, cuando el chico le llamó— ¿Diga?

    —No hace falta que... Ah, puedes llamarme sólo joven Jin.

    «No puedes sólo invitar a gentuza, así como así ¡y sin mi concentimiento! ¿Qué tal si la próxima es un ladrón? ¿Asesino? ¿Violador? Estás castigado.»

ROSALES ⚘ NamjinWhere stories live. Discover now