CAPITULO 1 - VALERIE

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La calle es estrecha, y tan oscura que ni siquiera la luz de la luna consigue iluminarla.

No alcanzo a ver el final, pero no tengo tiempo para pararme a pensar hacia donde ir.

Sólo me limito a correr.

"Otra vez no", pienso.

De repente dos manos gigantes se posan sobre mis hombros y me estampan contra una pared. Su cara no tiene ojos, nariz ni boca. Sólo es un vacío oscuro. Pero aún así lo conozco. Cómo no voy a olvidarme de tal repugnante persona.

- ¿Creías que escaparías, niña?- dice, soltando una carcajada. Siento su aliento sobre mi cuello. Una mezcla entre alcohol y suciedad. Me dan ganas de vomitar.

Intento escaparme pegándole patadas e incluso le escupo, pero no sirve de nada. No tengo escapatoria.

- ¡Otra vez no!- grito con todas mis fuerzas.

Su carcajada cada vez se hace más fuerte y resuena en mi cabeza, hasta que esta empieza a convertirse en un sonido más musical: el despertador.

Abro los ojos y siento el gran alivio de haberme despertado. Aunque sé que tengo que ir al instituto, lo prefiero mil veces a volver a vivir ese maldito sueño.

Apago el despertador y reviso el móvil rápidamente antes de levantarme. Puedo oír la música que proviene de la habitación de mi hermano desde la mía. Si no me equivoco, está escuchando a Coldplay. Por suerte, ambos tenemos gustos musicales parecidos, aunque él es más de rock. No sé cómo es capaz de levantarse de tan buen humor el primer día de clase.

Hoy todas las chicas irán al instituto con su mejor atuendo. Yo lo veo una tontería, pero supongo que intentarán causar buena impresión el primer día, y seguramente conseguir que alguien se fije en ellas. Es como repetir el primer día del año:"nuevo año, nuevo yo".

Yo pienso ser la misma de siempre, pero nunca se sabe cuándo puede llegar el momento en que la vida te cambie totalmente.

Me pongo un jersey verde oscuro y unos pantalones ajustados de color negro. Miro al suelo donde se encuentra mi colección de converse de todos los colores. Me decanto por los blancos.

Este es mi último primer día de clase y debería ser especial, pero no lo es, al menos para mí. Cuando termine el instituto me iré a Londres. Aún no sé que estudiaré o qué haré con mi vida, pero necesito salir de este pueblo. Harveytown. Un pueblo pequeño y acogedor. Y aburrido para la gente joven.

Ni siquiera tenemos una discoteca. Sólo un cine y un par de bares. Aunque uno de ellos, el Neon Owl, es el que utilizamos como discoteca. Todo el mundo se conoce aquí, y cuando hay algún rumor, todo el pueblo se entera.

- Sólo un año más - me digo a mí misma mirándome al espejo mientras me cepillo el pelo.

Oigo unos golpes en mi puerta que me devuelven a la realidad.

- Val, ¿estás lista? - pregunta Colin mientras la abre.

- Sí, ya voy - respondo, cogiendo la mochila.

Bajamos las escaleras y vamos a la cocina. Allí se encuentra papá leyendo el periódico mientras desayuna y mamá preparando nuestro desayuno.

- ¡Buenos días!- dice Colin con su usual sonrisa. Siempre he admirado su optimismo.

- Buenos días, chicos - dice papá sin quitar la mirada de periódico.

- Ya sois bastante mayorcitos para que yo os prepare el desayuno, ¿no creéis? - dice mamá.

HarveytownWhere stories live. Discover now