23. In your dreams...

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Sophía

Nico empezaba a acercarse lentamente hacia donde me encontraba yo.

El suave sonido que provocaban las olas al chocar contra el acantilado, me tranquilizaba.

Si no fuera por las circunstancias en las que nos encontrábamos, habría cerrado los ojos y disfrutado del momento.

Continuaba sin entender el motivo por el cual Nico me había traído a un acantilado en el medio de la nada.

Continuaba sin entender el porqué del cual me había dicho que me quería a mí. Después de todos mis esfuerzos, después de prácticamente haberle confesado que lo quería en la cabaña esa noche que volví, aunque no fuer sin palabras propias, mis gestos fueron suficientes para que hasta un idiota se percatarse que él comenzaba a volverme loca.

Él simplemente sonrió y dejó que el momento pasase. Me dejó ahí plantada como una inútil, pensando en todos los errores que había cometido para que el no se fijará en mi.

Intente comportarme bien con el, no chincharle, pero era difícil, ya que, al principio todo empezó con odio. Luego el corazón me hizo pasar una mala pasada. Ahora, ahora después de todo esto, entiendo el significado de la frase: Del odio al amor solo hay un paso.

La entiendo, porque eso es exactamente lo que me ha ocurrido a mí.

Comienzas odiando a la persona que todos los días te despierta, te molesta, y cuando es a persona que odias te dice algo cariñoso, lo miras extraño y puede que con repugnancia. Pero cuando esa persona desaparece de tu vida, o un día deja de molestarte, comienzas a echarlo de menos. No entiendes el motivo de tal cosa.

Pero finalmente, lo sabes.
Y ya es imposible negarlo.

Echas de menos a esa persona, porque la amas.

Y de una forma u otra, acabas encariñandote con ella.

Ahora mismo miraba a Nico con ojos diferentes a los de la primera vez que nos conocimos.

Sonrió al recordarlo.

—–Llegas nueva, y ya eres un incordio.

En ese momento, me molesto. Pero esa simple frase, cambió mi vida más adelante.

En un principio, miraba a Nico con molestia. Más adelante, con cariño. Y ahora, con nostalgia. Echaba de menos todo, deseaba que todo volviera a ser como era antes de que me desmayara.

Pero, no.

Si los dioses necesitaban mi ayuda, ayudaría.

Aunque ellos me dejaron sola durante la mayor parte de mi vida.

Yo no era rencorosa, y saldría adelante con la ayuda de mi hermana, y mis amigos del campamento.

En ese momento sentí como Nico fijaba sus oscuros ojos sobre mi. El quería que le devolviera la mirada. Cosa que no estaba dispuesta a hacer, yo ya había sufrido demasiado, no quería sufrir más, no quería, simplemente me negaba.

Mirarle a los ojos, significaría recordar todos los momentos juntos, y eso me mataría. Porque saber ahora que igual ni viviríamos después de esta guerra que había sido creada por mi culpa.

Observe el horizonte por unos largos segundos, antes de anclar mis ojos a los de Nico para dejarle las cosas claras.

—–No quiero sufrir más, Nico —–pronuncie, mi voz apenas audible.

Él frunció el ceño levemente, haciéndole parecer un pequeño niño adorable y curioso.

Sonríe un poco.

—–Todo esto, lo he causado yo, todo por haber nacido —–comencé, cansada. Nico me escuchaba atentamente sin despegar sus ojos de los míos —–. Toda mi vida ha sido escapar de todos los lugares. Toda mi vida he buscado un lugar en el que encajar. Finalmente cuando encuentro ese lugar, en el que, soy querida tal y como soy, puedo ser yo misma sin que nadie me lo reclame, encuentro por fin a mis padres, conseguia controlar mi poder bien, todo cayó como agua en un día de verano caluroso. Todo iba genial, hasta que tuve que escuchar la Profecía, hasta que supe que mis hermanos estaban hechizados y puede que nunca vuelvan al normal, hasta que supe que alguien conseguía controlarme si sacaba mi poder a luz, hasta que me descontrole y casi mate a Drew, mi propio mejor amigo. Yo, yo simceramente no se si puedo con todo. Todo el peso, el peso de la responsabilidad del asunto a caído sobre mis hombros. Y tengo miedo de que si pido ayuda, las personas que involucre en esto acabarán mal, y no puedo perder a alguien importante para mi. No más.

A este paso las lágrimas ya caían rápidamente por mis pómulos, mojando los completamente.

—–Lo último que necesitaba era que te fueses, y te fuiste. Me metiste. Dijiste que siempre estarías conmigo y te marchaste.

Me abrace a mi misma, intentando disminuir el temblor que mi cuerpo adquiría al llorar.

Intentaba no llorar, pero era imposible. Las lágrimas continuaban cayendo.

De un momento a otro, me vi envuelta por los brazos de Nico. Algo que no me esperaba. Le devolví el abrazo, porque realmente lo necesitaba.

Nico olía a menta y fresa, una combinación extraña que a la vez olía estupendamente.

Enterré mi cara en su pecho, buscando esa sensación de plenitud en mi, que a los pocos minutos de estar abrazada a él, apareció.

—–Tienes que saber algo, Soph —–dijo finalmente Nico con su característica voz ronca —–. Y no es bueno, pero que sepas que no volveré a separarme de ti.

~*~

Hey!

¿Que tal todo?
Yo bien, feliz :)

Espero que os haya gustado el capitulo.

No tengo más que decir :(

DARKNESS UPON ME (Nico di Angelo) *CORRIGIENDO*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora