Hal & Barry (Drabbles)

Aviones & Autos

Castigo con paga.

Era la definición exacta sobre lo que Hal estaba viviendo en ese momento, el hecho de hacer un vuelo de exhibición, acompañado de acrobacias que normalmente no le permitían hacer con los aviones prototipos, le había emocionado en un inicio, pero el ser "un pequeño espectáculo de apertura" le hacía sentirse rebajado ¡Iba a sobrevolar el autódromo de Coast City en un cazabombardero F-16! Era obvio que él junto con sus compañeros tenían que ser el show principal, si, su ego había sido dañado por veinte autos.

La Fórmula 1 había llegado a cada rincón del mundo, y Estados Unidos no fue la excepción, siendo sede de una de las veintiún carreras, más lo importante era que sería la carrera final y ostentando el autódromo más moderno y nuevo, su ciudad fue la elegida.

Muy en el fondo, Hal admitió que era un gran evento, uno que jamás llamó su atención, estar sentado por varias horas viendo como dan vueltas en un circuito cerrado, no sonaba muy excitante para su gusto, ¿La velocidad? Tal vez si, pero era el único aspecto favorable. Poco era comparable a volar a velocidades en fuerza g, libres a través del viento, muy lejos de tierra.

En la parte trasera del autódromo, en la entrada privada del recinto, Hal esperaba la llegada del transporte de Ferris para llevarlo a él y sus compañeros, que por cierto llegaban tarde, al hangar de donde despegarian.

Aun era temprano, por lo cual eran pocas las personas presentes, personal del lugar sobretodo, con sus respectivos pases. Si mal no recordaba, a dos secciones se encontraba el bar, la idea de ir por una cerveza lo estaba tentando, arriesgándose a un regaño por parte de Carol.

- Disculpa...

Una amable y masculina voz lo llamó, causando un escalofrío por todo su cuerpo, giró y por un momento, creyó que su mandíbula caía drásticamente al suelo. Un lindo chico rubio, con los ojos más azules y hermosos que jamas habia visto, solo comparables con el propio cielo, misma estatura y tal vez un poco menos musculatura que él, lo miraban confundido

- Ah, sí

Tardó varios segundos en responder, recompensando con una coqueta sonrisa, que hizo un claro efecto en el rubio

- ¿Esta es la entrada solo para personal?

Distraído, Hal ignoro por completo el tono de pregunta

- No te preocupes, tengo autorización

Sacó su pase y se lo enseñó al rubio, que usaba un conjunto deportivo de color negro, similar al resto de los del personal y un gafete, por lo cual debía formar parte de el, concluyó la mente de Hal

- C-claro, pero no era a lo...
- No me voy a quedar, solo espero al resto de mi equipo

La respuesta del castaño le intrigó de inmediato

- ¿Equipo? ¿Acaso eres un corredor?
- ¡Puff! Por supuesto que no, soy un verdadero piloto
- ¿Verdadero piloto? - preguntó un poco molesto
- Soy piloto de avión, el encargado de vuelo de apertura

Era claro que estaba presumiendo, pero tenía que hacer algo para intentar cautivar al chico frente a él, mas no parecía estarlo, de hecho se veía un poco molesto por el comentario

- ¡Oye! Los de F1 también son verdaderos pilotos

Era claro que si trabajaba allí, sería un fanático de los autos

- Si, pero bueno... - Hal pensaba en una forma de arreglarlo - Cuando uno vuela, le es difícil ver con asombro ir tras un volante en tierra
- Estar en tierra no le resta complejidad
- Esta bien, lamento si te molesto mi comentario, es que simplemente no soy fan de las carreras. ¿Qué te parece si iniciamos de cero? Hal Jordan, un placer...
- Oh, por eso no sabes mi nombre, eso tiene sentido - hablo mas para si
- Pero quisiera...
- Claro, soy... Barry
- Un placer ¿Y ansioso por la carrera?
- Demasiado, pero no hablemos de ello
- ¿Entonces de que quieres hablar?
- ¿Sobre tu vuelo? Jamás he visto uno
- ¿En serio? Pues que suerte, seré tu primera vez

Claramente esa frase hizo eco en ambos, las mejillas de Barry se sonrojaron de forma inmediata

- Me refería al vuelo
- Claro, a qué otra cosa podrías referirte
- A nada más. Digo, voy a volar sobre el lugar con mis compañeros y daremos varios giros así como la clásica formación de flecha para pintar el cielo
- Debe ser asombroso, es una lastima que no podré ver lo
- ¡Oh! ¿Por qué?
- Estaré un poco ocupado durante el evento
- Es una lastima, pero podríamos dar una vuelta en mi avión después y
- ¡No!

Eso sonaba un rechazo prematuro por parte de Barry

- Es que... Me encantaría verte después del evento pero... me dan miedo las alturas - terminó en un susurro
- Oh...

Al menos eso lo aliviaba

- ¿Qué te parece un trago en el bar? De todas formas después del vuelo vamos a regresar aquí, ya sabes, pases de cortesía
- Suena magnífico

La mirada esquiva de Barry estaba volviendo loco a Hal, era más que claro que era tímido, sin control sobre su propio cuerpo, Hal tomó por la barbilla a Barry para hacer que sus ojos celestes se encontrarán con los caoba

Una electricidad latente que se volvía de alto voltaje entre más cerca se encontraban sus labios, lentamente unieron sus labios, un tacto suave que dejó en sus labios un calor abrasador. Se separaron perplejos por lo ocurrido, ninguno de los dos esperaba aquello

- ¡Por fin te encuentro niño!

Aquel grito los sobresaltó a ambos, Barry miró nervioso al señor que se aproximaba a ellos

- ¡Voy en un segundo Jay!

Miro a Hal, que mantuvo su sonrisa pícara por lo ocurrido

- ¿En el bar al finalizar la carrera?

Hal volvió a replantear la idea

- ¡Seguro! Me tengo que ir, adios Hal
- Hasta pronto, Barry...

Se acercó al gafete de Barry y al leer la información en él, se paralizó

Nombre: Barry "The Flash" Allen
Número: 52
Estatus: Piloto
Edad: 24 años
Escudería: Ferrari
Boxes: S04
Nivel: VIP1

Barry veía divertido la expresión en el rostro del piloto de avión

- ¿Eres un corredor?
- Un piloto falso, por lo que dijiste al inicio
- Es muy tarde para mencionar que al cambió de latitudes puede afectar lo que decimos

Que Barry soltara una pequeña carcajada lo tranquilizó

- Y solo por eso tu invitas la primera ronda
- Dalo por hecho
- ¡Te veo en un flash!

Una gran copa dorada con su nombre grabado en ella, un cerveza y la ropa del castaño esparcida por el suelo de su habitación de hotel, resultó ser más placentero que la carrera misma para el joven corredor.