The Dark Lords

Capitulo III

Callejón Diagon

Había pasado una semana desde que los chicos se enteraron de que eran magos. Logan durante esa semana estuvo muy hiperactivo, las ganas de ir a Hogwarts le recorrían todo el cuerpo, de cabeza a pies. En cambio, Bartholomew se lo había tomado con calma, no mostraba emoción por ir, creía que iba a un lugar peor que el Orfanato.

Pocos días antes, Madame Edison llevó a los chicos al Callejón Diagon. La mujer sorprendida por todo lo que veía, los llevó para poder cambiar dinero muggle por Galeones, Sickles y Knuts. Mientras caminaban por el Callejón, Bartholomew caminaba junto a Madame Edison mientras leía sin levantar la vista del libro. Por otro lado Logan iba de lado a lado mirando escaparates y preguntando a la gente, le encantaba este mundo.

-¡Bart, quiero una!- Exclamó a pocos metros de su hermano y la Sra. Edison, mientras estaba con la cara pegada al cristal del escaparate de la tienda de Artículo para Quidditch.

-¿Para qué? Si no sabes barrer.- Dijo el chico sin dejar de leer, puso los ojos en blanco por un segundo, acto seguido soltó una leve risa, retomando su lectura.

-Chicos... no discutáis.- La señora sonrío al verlos, aunque no los soportaba le tenía cariño.

Pasaron las horas y ya habían comprado todo lo necesario, excepto las varitas. Al entrar, el Sr. Ollivander salió a atenderlos.

-Muy buenas tardes, dama y caballeros.- Dijo el ya anciano vendedor. -Ollivanders, vuestra tienda de Varitas de confianza.- Miraba a los chicos expectantes, con una gran sonrisa en su rostro. -¿Cuáles son vuestros nombres, jovencitos?- Preguntó mientras frotaba sus manos esperando la respuesta, y así poder entregarles las varitas a los chicos.

-Yo soy Logan Thomas Riddle.- Dijo mientras iba de una lado a otro tocando todo lo que podía a medida que soltaba algunas carcajadas.

-Bartholomew.- Dijo el otro gemelo sin ganas, estaba cansado puesto que había caminado demasido ese día.

-¡¿Riddle?!- Exclamó el anciano vendedor, la expresión de su cara cambió drásticamente de estar sonriendo y feliz, a estar atemorizado. -¿Usted debe ser la Señora Riddle, cierto?- Preguntó mirando a Madame Edison.

-Oh no, no. Yo soy la dueña del Orfanato al que ellos pertenecen. Me llamo Angelique Edison.- Dijo la mujer notando el cambio drástico del vendedor.

Después de que ambos chicos obtuvieran sus varitas, salieron de allí despidiéndose del Señor Ollivander. Ambos asombrados con sus varitas, las cuales eran muy parecidas.

La de Logan era de: 33 centímetros, flexible, empuñadura de colmillo de Basilísco y Núcleo de escamas de Cobra. La de Bartholomew por su parte era de: 33 centímetros, Empuñadura de Vibranium, muy poco flexible y Núcleo de corazón de una Boa.

Mientras caminaban por el Callejón Diagon ya para marcharse, Bartholomew alzó la mirada del libro y observó el Callejón Knocturn. Este le llamaba mucha atención, por ello se separó de su hermano y Madame Edison. Logan por su parte se separó de ellos para seguir investigando el Callejón.

-¡Bartholomew! ¡Logan!- Exclamó la señora, estaba desesperada, no podía más con esos chicos, por ello salió tras Logan que era más inquieto.

Mientras Madame Edison seguía a Logan de un lado a otro, Bartholomew caminaba por el Callejón Knockturn, la gente le miraba extrañada y sorprendida ya que un chico de once años caminaba por ahí sin temor. No descubrió nada interesante allí hasta que se paró frente a Borgin&Burkes, el chico entró y no vió a nadie. Curioseaba y leía todo lo que podía hasta que el dependiente, Borgin, apareció.

-¿Que haces aquí, niño?- Dijo el anciano a espaldas del chico. -No es una tienda de juguetes.

El chico no reaccionó al oír al Sr. Borgin. -Lo sé. Soy Bartholomew Riddle, y voy a estudiar en Hogwarts.- Murmuró sin apenas mirarlo mientras seguía husmeando las cosas. -Perdone Señor Borgin. ¿Pero que son todos estos artículos?

El anciano sorprendido, actuó como si nada y explicó todo sobre su tienda al joven. Este le regaló un ojo de cristal al chico, el cual guardó como si de un tesoro se tratase.

Cuando la señora Edison logró volver a juntarse con los chicos, los tres volvieron al orfanato para así poder prepararse y descansar ya que en los próximos días iban ir a Hogwarts.