Detonacíon

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Nunca presiones demasiado a una persona. Nunca sabes cuándo puede explotar. Literalmente.

Un día más desde que dormían en la academia. Al principio todos estaban super emocionados, extrañados y se sentían quizá un poco fuera de lugar, con el paso de los días la situación se fue normalizando. Además, aun cuando no era uno de los objetivos por los cuales la dirección del centro decidió internarlos en el mismo, los lazos entre ellos se estaban estrechando creando un ambiente de familiaridad y compañerismo.

De todos modos es bien sabido que todo son risas y diversión hasta que te encuentras miguillas en tu suelo recién barrido, de unas galletas que definitivamente no te has comido tú. Oh, si, la convivencia y los roces cotidianos pueden ser el pasaje directo a la tumba de una amistad.

Más si lo que molesta no son unas miguillas de galletas sino una personalidad de mierda que no se puede barrer en un momento. Ni siquiera con la escoba más grande del mundo. La cual, por cierto sería muy necesaria en esta ocasión.

Con el buen empanamiento mañanero estaban Kirishima y Bakugō lavándose los dientes y acabándose de preparar. La mayoría del tiempo se les iba en el pelo. Para que luego se quejen de las chicas, pero vamos con esos peinados con una estructura digna de Calatrava normal que tardasen tanto. Por mucho que el rubio insistiera en la naturalidad de su pelo era un secreto a voces que ese estilo mezcla de "recién levantado" y "vengo del rave sin dormir" llevaba algún fijador y practica con el peine. Por otro lado Kirishima estaba tardando bastante más, de normar ya lo hacía. Siempre solía tardar más, pero esta vez estaba siendo exasperantemente lento.

Especialmente para Bakugō quien tenía la paciencia en el culo.

— Joder ¿se puede saber por que coño tardas tanto?

Kirishima dejó de mirarse en el espejo con el ceño levemente fruncido dando paso a una expresión más suave, una sonrisita de disculpa porque sabía que lo estaba haciendo esperar de más.

— Lo siento, tío es que tengo el pelo un poco más largo de lo normal y que cuesta ponerlo bien. Por el peso, ya sabes. — Al tener más era más difícil manejarlo, evidentemente, el pelo tenia tendencia a alisarse.

— Me importa una mierda lo que te pase en el puto pelo, date prisa. — Pone los ojos en blanco mientras cambia el peso de pie, aunque ahora que lo dice si era cierto que tenía el pelo más largo. No se había fijado mucho. Se le pasa algo por la cabeza pero no dice nada.

Kirishima ignora las malas formas de su amigo, pues ya estaba acostumbrado. Después se toca un mechón y se mira el flequillo. Pensativo. Gira la cara hacia el rubio y después la vuelve al espejo. — Tal vez me lo corte más que de costumbre. En plan tú -.

Bakugō no pudo poner más cara de asco. Enseguida negó de manera efusiva.

— A ver, para empezar solo me estás haciendo perder el puto tiempo, para seguir no se qué clase de idea de mierda es esa, que no tengas ni puta idea de peinarte no es motivo para que acabes pareciendo mi jodido primo hermano pelirrojo de bote. Y para acabar tu pelo siempre ha sido una puta mierda pinchada en un palo. ¿Nos movemos ya?

El" pelirrojo de bote" estaba curado de espanto con los insultos del otro que eran más bien como muletillas no obstante que se metiera tanto con su pelo si fue algo que le dolió ya que le había acarado expresamente que no le hacía ni puta gracia. Pero oye él como siempre. Y eso que parecía qué había dejado de hacerlo.

— Ni que ahora fueras Iida con tanta prisa por llegar a clase, imbécil, perdóname la vida no sabía que el hecho de que te relacionaran conmigo te provocaba tanto rechazo. — El sarcasmo era casi tan afilado como los salientes de su piel endurecida.

Pomeranian RabiosoWhere stories live. Discover now