*Odno*

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Era una tarde de verano, las cigarras se escuchaban, los niños ya se encontraban saliendo de sus clases y es aquí donde dos amigas habían salido de sus clases de bachillerato.

Inko Midoriya se encontraba con su amiga de infancia Mitsuki; una rubia, alta que a la primera impresión pareciera que fuera una delincuente juvenil. Inko por su parte era de baja estatura y delgada, una joven de tan solo dieciocho años que muchos llamarían como una mujer amable.

Mientras tanto ellas hablaban sobre sus clases ambas se dirigían a tomar el metro para ir al distrito más ruidoso de Japón, Shibuya, ambas querían encontrar el nuevo café que había abierto tan solo unos días y que Mitsuki tenía cupones.

Mitsuki bosteza ruidosamente.

— Vamos rápido Inko, acaso tus piernas cortas no pueden caminar más rápido para irnos y tomar el metro. —Se quejo la rubia.

— Tenme paciencia Mitsuki no soy tan atlética como tú... —Jadeaba la joven.

Iban casi corriendo para dirigirse al metro ya que el autobús que se dirigía a Shibuya estaba cortado, todo porque un villano había atacado cerca de los recorridos.

— ¡Es que acaso los villanos no descansan aún que sea un día! —Bramaba Mitsuki que había tomado la mano de Inko para comenzar a jalarla para apresurarla.

Entonces fue que un hombre alto, vestido con ropa americana dijo:

— Para los villanos no hay descansos para atacar, señorita.

Inko tuvo que levantar la cabeza para mirar esos cautivadores ojos azules, no se le veía bien el rostro ya que estaba con una capucha, pero pudo notar que era rubio y sin poder responder ya que Mitsuki jala bruscamente a Inko para apartarla de aquel hombre, hasta que finalmente llegaron a la estación.

— Inko que te he dicho, no hables con hombres extraños. —La regañó como si fuera una niña pequeña.

—Mitsuki, yo no...

— Ya mi pequeña e ingenua Inko — está la abraza fuertemente para luego soltarla— yo te protegeré de todos los idiotas que se acerquen a ti. Una explosión y los haré volar a Marte. — sonríe orgullosa.

Inko negó con la cabeza estaba completamente divertida ya que a veces Mitsuki podía ser muy dulce y sobreprotectora, pero de todas formas ella apreciaba lo que su amiga y sabía de antemano que ella se  metería aún que nadie la llamara y era por esto mismo que la quería tanto, pero su agresividad a veces la hacía retractarse sobre ese adjetivo.

Aún la impresionaba el hecho que estudiara algo tan minucioso como técnico en computación...

(...)

Tres horas más tarde fue que llegaron finalmente al ruidoso distrito, con el teléfono de Mitsuki googlearon el sitio para guiarse con el mapa y dirigieron al café el cual era muy llamativo su interior.

Luego cuando salieron estaban ambas amigas muertas de la risa, mientras Inko enseñaba las fotografías que se habían tomado dentro de la cafetería llevabando orejas de conejo y gato que las hacía lucir muy tiernas, pero lo que la hacía reír era la cara avergonzada del novio de Mituski, ya que lo invitaron cuando la rubia descubrió que se encontraba cerca del cafe.

— Oh Dios, te vez tan tierno, Masao. —Se reía ruidosamente la rubia.

Ahora mismo estaban los tres caminando por las cálidas calles cuando de la nada se escucha una explosión a no más de tres cuadras de distancia. Se giraron rápidamente, sorprendidos, miraron atónitos la pelea que tenían entre un héroe y un villano habían destruido la muralla de un resintió departamental e inmediatamente Mitsuki se había puesto enfrente de ambos.

Entre Tus Manos - (Toshinko)Where stories live. Discover now